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Reflexiones del libro “Ética para Amador” de Fernando Savater.


Enviado por   •  12 de Octubre de 2016  •  Ensayos  •  3.139 Palabras (13 Páginas)  •  709 Visitas

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Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

Instituto de Ciencias Sociales y Administración

Departamento de Ciencias Sociales

Reflexiones del libro “Ética para Amador” de Fernando Savater

Sandra Rodríguez Pérez

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Ética Profesional

Reflexiones

Noviembre 2015

Prólogo

Los padres, en un intento por guiar a los hijos por el camino del bien y esperando que toda la enseñanza que les hemos dado a través de la vida, sea lo que marque el resto de sus vidas, somos capaces hasta de dedicar libros, leer un libro y pensar en que ese libro dice todo lo que uno piensa y se siente como si hubiera el autor hubiera leído nuestro pensamiento. Fernando Savater, logra transmitir en su libro a través de una forma muy amena su experiencia de vida sobre la ética a su joven hijo. El autor recuerda momentos que fueron únicos para los dos y ha llegado el momento de compartir parte de su vida y su trabajo a su hijo. El plasma en este libro una huella indeleble de sus convicciones que perdurarán y orientarán no solo a su hijo sino a todos esos hijos que han tenido la fortuna de encontrarse con este libro.

Capítulo Primero: De qué va la ética

Savater usa una variedad de ejemplos para mostrar que hay cosas que la naturaleza, los insectos, tienen una función inevitable e ineludible para preservar su especie. Es parte de su naturaleza. Los hombres tenemos la libertad de elección tanto para enfrentarnos a una batalla, o desertar. Estas decisiones parten de nuestro sistema de creencias culturales, sociales, lingüísticos, religiosos, educativos, etc., Desde ahí decidimos si queremos hacer algo o no deseamos hacerlo. Ciertamente, hay cosas que nuestra libertad no tiene ninguna injerencia, por ejemplo accidentes, el día que nacemos, perder un trabajo porque la compañía se mueve a otra zona del país, etc.,

        La libertad de elección está sujeta a condiciones externas que pueden impedir que realicemos aquello que nos hemos propuesto. Recuerdo la anécdota de un maestro que contaba que ya tenía su pasaje para ir a Roma, ya se había inscrito en una escuela para aprender latín por dos meses. Ahora bien, él dentro de su libertad había decidido hacer eso, pero tenía que terminar la grabación de un disco que estaba retrasándose, por lo que tuvo que posponer el viaje y su hijo nació prematuro. El podía haber elegido irse, y dejar botada la grabación y a su esposa,  pero había una fuerte convicción y prioridad por su familia y compromisos adquiridos con anterioridad. Me da mucho gusto que diga Savater que somos libres porque aunque hay muchas cosas que nos harían pensar que no lo somos, desde dentro de nuestro ser, sabemos que podemos elegir.

Capítulo segundo: Órdenes, costumbres y caprichos

El siguiente comentario es en relación con la historia que Platón exponía para hablar de ética a sus discípulos. Si pensáramos en tirar a los marineros mas ociosos del barco, para salvar el cargamento, es equivalente a defender la idea del bien mayor. En lo personal, el bien mayor es para mi, es un engaño, puesto que no hay personas que se puedan desechar. Del utilitarismo surge el capitalismo, por lo que creo que es el bien mayor es una idea puesta en manos de nosotros los comunes y corrientes  por los mercenarios de la ciencia, la farmacéutica, gobiernos y las élites del mundo. ¡Cuántos millones de personas han muerto en aras del bien mayor!!! En hospitales psiquiátricos, en la segunda guerra mundial, en hospitales con enfermos graves. ¿Cuántos? Si me pongo en esa posición, me pareciera que creo que mi vida vale mas que las de otros, y creo sinceramente que todos somos iguales y somos merecedores de una vida digna. Las convicciones o ética  surgen de tu experiencia de vida. Afortunadamente como lo dice Savater, nuestra vida transcurre sin tener que poner a prueba de fuego nuestras decisiones. Regularmente todo lo que hacemos es automático. Sin embargo, éstas acciones surgen de una decisión previa. En mi caso, la decisión desde mi libertad que tomé hace tres años y medio por entrar a la universidad es la que me ha permitido levantarme cada día para acudir a mis clases, la fuerza motora que me impulsa a continuar y me ha llevado por un camino que yo diseñé. Es verdad que a veces hay uno que otro maestro que no me explico por qué están ahí y se me quitan las ganas de ir a su clase;  pero sé que es una de mis máximas prioridades y continúo yendo, cumpliendo con mis tareas y compromisos adquiridos, porque si lo pienso es sólo un arroz negro entre tanto arroz blanco. Lo mas importante como dice Séneca es “satisfactoriamente”.

Capítulo Tercero: Haz lo que quieras

En este capítulo habla de que muchas veces se permite que los amigos influyan en nuestras decisiones  porque todos lo hacen, para no ser expuesto, por ser costumbre. Se me hace muy interesante como lo maneja. No somos esclavos de los demás para obedecerlos, si algo me dice que está mal, si creo que no está bien ¿por qué voy a hacerlo? En mi caso, pues ya estoy grande, pero por mucho tiempo dejé que mi familia interviniera en mis asuntos y por seguir con ellos hacía cosas que estaban en contra de mi misma. Este capítulo me hizo recordar a un maestro que era muy bueno en lo que enseñaba y cuando se le acusó de acosar a las chicas, un maestro lo defendió diciendo: Uno no tiene que fijarse en esas cosas, el es un muy buen maestro. Cuando lo escuché, me sentí asqueada. Un ser humano cuando  es bueno, es en todos los sentidos, no solo en el ejercicio de su profesión, porque entonces ¿dónde está la ética que debe tener como maestro, tanto el que acosa como el que lo defiende? Dice mi muy estimado y querido Doctor Quiñonez: “un excelente profesional es un excelente ser humano” y yo comparto su pensar. El criterio para ver qué es bueno y qué es malo es observar y razonar lo que es bueno para mi, es decir, el hacer esto me hace sentir bien, pero a largo plazo qué consecuencias me traerá?

Capítulo cuarto: Date la buena vida

Las órdenes que seguimos cuando éramos pequeños nos permitieron modelar la persona que somos hoy. Al crecer ya no sigues ni órdenes ni costumbres, te dejas guiar por la razón y en consecuencia actuar. La única persona que puede responder por tus actos eres tú mismo. Estaba pensando al leer este capítulo aquellas personas que han estado cerca de mi, que continúan con determinada adicción y cuando se les pregunta por qué lo hacen, dicen  “de algo me he de morir”. Han dejado en manos de algo su vida y están muriendo lentamente. Se olvidan de las relaciones de amistad, de familia y le dan alta prioridad a una cosa, como bien lo menciona Savater al narrar el cuento del Génesis. Me llama mucho la atención que el autor ve la ética como el arte de vivir mejor. Cuando vivimos con miedo a la vida, nos enganchamos de relaciones dolorosas, de adicciones químicas o emocionales y dejamos realmente de vivir. En el momento en el que reconozco mi libertad y hago uso de ella empiezo a ser mas sabio y viviendo verdaderamente. Esta frase de Erich Fromm de “prestarse atención a uno mismo” me hace pensar en el mindfulness esa noble técnica milenaria que nos hace “despertar” y estar atentos, desarrollar nuestra empatía hacia los demás y tener mayor equilibrio, por ende, mayor libertad.

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