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Reforma


Enviado por   •  1 de Mayo de 2015  •  Síntesis  •  6.487 Palabras (26 Páginas)  •  144 Visitas

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Los profesionales hablan de trastorno hostil/desafiante, trastorno de conducta y trastorno de personalidad antisocial antes que de delito como tal. Lo estudia hasta los 20 años, pero cree que hay que prolongarlo hasta los 25. Repiten un estudio hecho en 1983. "Desde entonces ha habido un considerable aumento del conocimiento empírico relativo a la naturaleza de la delincuencia, sus causas, factores que influyen en su perpetuación en la vida adulta, su prevención y tratamiento. Las teorías del delito basadas en una serie unificadora de factores causales han caído en descrédito y cada vez se ha prestado mayor atención a los orígenes de las diferencias individuales en cuanto a responsabilidad por la conducta antisocial.

Importancia de la investigación longitudinal. La investigación reciente ha sugerido maneras en las que se podían diferenciar variedades de delincuencia, por ejemplo, las asociadas con la hiperactividad de aparición temprana o las que aparecen en edad temprana en vez de en la adolescencia. Se sabe mas sobre las relaciones entre delito y abuso de sustancias, entre delito y dificultades de lectura, entre delito y suicidio y entre trastornos de la conducta y depresión.

Los cambios más evidentes en los modelos familiares incluyen un espectacular aumento de los divorcios: entre 1977 y 1992, tanto el número de divorcios como el número de hijos de menos de 16 años de parejas divorciadas se incrementaron de una manera drástica en el Reino Unido. En EEUU los niños que viven con dos progenitores descendió al 73%. Acceso fácil a drogas. Continuo ascenso de los índices de delincuencia. Importancia de la pertenencia a un grupo étnico. Aumento general de los trastornos psicosociales en jóvenes. Los índices de delincuencia en varones son varias veces más elevados que los de las mujeres. A pesar de ello, ha habido escasas investigaciones sobre las diferencias varón-mujer en la conducta antisocial.

Hallazgos:

1.- Cuando son muy jóvenes, las personas que posteriormente desarrollan repetidas actividades antisociales tienden a ser superactivas, de conducta indisciplinada, hostiles y tienen dificultades para llevarse bien con los demás niños.

2.- También cuando son jóvenes tienden a ser impulsivos y a estar deseosos de buscar experiencias nuevas y excitantes.

3.- Además de estas características, en la niñez , media y en la adolescencia tienen más inclinación que los demás a mostrar sentimientos de infelicidad, a tener dificultades de lectura y a consumir drogas ilegales.

4.- Cuando estos rasgos persisten en el final de la adolescencia y en la edad adulta temprana, adoptan a menudo la forma de excesos en la bebida, un historial laboral irregular, dificultades en las relaciones con la familia y los amigos, tendencia a contraer deudas y a jugar y tendencia a responder a la frustración y a otras dificultades mediante el uso de la violencia.

Biología y conducta. En épocas pasadas ha habido una tendencia a suponer que si algún rasgo o anormalidad biológica puede ser identificado y asociado con una conducta determinada, el rasgo biológico tiene que haber causado la conducta. Ahora esta claro que esta suposición es injustificada porque hay una compleja interacción de doble dirección entre psiquis y soma. Los procesos del pensamiento y las emociones y las tendencias de la conducta no aparecen fuera del cuerpo. Por el contrario, hay y tiene que haber, acompañamientos biológicos, al menos inmediatamente. Esto equivale a decir que cuando alguien se siente preocupado y asustado, eso irá acompañado de un aumento de las pulsaciones, la sudoración y la segregación de determinadas hormonas. También a largo plazo los efectos duraderos de las experiencias supondrán algún cambio en el organismo. Así los experimentos con animales han mostrado que los procesos de aprendizaje van acompañados de cambios en el cerebro y que los efectos del estrés van acompañados de cambios estructurales y funcionales en el sistema neuroendocrinologico. Los estudios tanto animales como humanos indican de manera similar la interacción de doble dirección entre hormonas y conducta. Si se elevan artificialmente las hormonas sexuales masculinas, esto tendrá efectos mensurables en ciertas conductas como el dominio. Igualmente, sin embargo, la superación de situaciones sociales alterará los niveles hormonales. Así, por ejemplo, el ganador de un partido de tenis o una partida de ajedrez muy reñidos tiende a mostrar un aumento de hormonas sexuales mientras que los perdedores tienden a mostrar un descenso. Los trastornos funcionales del cerebro tienden a desaparecer cuando se alivian los síntomas mediante tratamiento.

Causalidad. La simple comprobación de un factor que esté estadísticamente asociado con una conducta no significa que haya desempeñado ningún papel causal Una cosa son los indicadores de riesgo y otra los mecanismos de riesgo. El divorcio acarrea más riesgo de conducta antisocial que la muerte de uno de los padres, pero "no constituye el principal mecanismo causal del delito. La discordia tiene una mayor capacidad predictiva.

La pobreza y las presiones económicas parecen tener solamente una relacion debil y desigual con la conducta antisocial, y por lo tanto es improbable que desempeñen un papel importante en los procesos cercanos que tienen que ver con la génesis de la conducta antisocial. Por otra parte, la pobreza y las tensiones económicas parecen desempeñar un papel al hacer más difícil mantener la armonía familiar y los patrones adaptativos de crianza de los hijos.

Existe la posibilidad de que la flecha causal vuele en dirección contraria, que la conducta antisocial haya causado el supuesto factor de riesgo. Hay muchos testimonios de que la conducta problemática o antisocial de los niños provoca reacciones negativas de otras personas. La critica y la hostilidad de los padres se asocian con la conducta antisocial de los hijos. es necesario preguntar si la conducta de los hijos ha provocado reacciones negativas en los padres o esta actuando un proceso circular bidireccional.

Otra posibilidad es que la asociación refleje una mediación genética en vez de un proceso de riesgo ambiental. Por ejemplo es evidente que los padres no solo transmiten genes a sus hijos, sino que también ayudan a configurar y seleccionar sus experiencias. Así por ejemplo, hay pruebas de que los factores genéticos cumplen un papel en la causa de la discordia familiar y de que este esfuerzo está condicionado en parte por las características de la personalidad de los padres.

La tercera posibilidad es que la causalidad guarde relacion no con la conducta antisocial como tal, sino con algún otro rasgo con el cual da la casualidad de que está asociada. Un hogar

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