Representaciones Y Educacion
lulis198828 de Mayo de 2014
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VIDA EN GRUPO Y DESARROLLO SOCIAL.
P. OSTERRIETH
La importancia d la necesidad de asociación y la atracción que ejercen las actividades colectivas en este nivel aparecen bien demostradas por una observación de FROYLAND-NELSEN durante sus investigaciones acerca del comportamiento de los niños considerados en grupo de 5,6 y los 6,6, el 70 por ciento de los niños actúan en el aislamiento, sin que las interacciones tenga otro carácter que el ocasional del que ya hemos hablado; entre los 6,6 y los 7,6 anos, por el contrario, todos los miembros del grupo trabajan en asociación. Parece ser que sobre todo en curso del séptimo año, los niños tienden espontáneamente a agruparse, y expresar el deseo de jugar o de trabajar con otros.
Estos no aparecen como una amenaza de interferencia o de frustración para un yo débil; constituyen, por el contrario, una oportunidad de valorización y de afirmación para un yo que se ha hecho más consistente, pero que sin confundirse con el adulto, se ha dado cuenta de su pequeñez y de la limitación de sus medios. Desviándose entonces de esos contactos menos necesarios ya para su aseguramiento, el niño se refugia entre sus iguales, donde halla mas ocasiones de mostrarse grande y de ser aceptado como tal. Aunque es siempre el deseo de ser mayor lo que anima, como advierte CHATEAU, la realización se estrella por la presencia del adulto cuanto ella comporta; por ello, ahora es en el grupo donde mejor se expresara el deseo.
Entre la búsqueda de un refugio o de una valorización en la cooperación y la realización efectiva y duradera de esa cooperación hay un margen. Siendo el estadio siguiente, alrededor de los 9 años, el grupo debidamente construido. El problema con el que los niños han de enfrentarse es, en efecto, muy complicado, y no puede resolverse pronto: de trata nada menos, para cada participante, de asegurar la afirmación de si mismo y la valoración que busca; para elo necesita a los otros y no puede enajenárselos; pero esos otros tienen exactamente, el mismo deseo, y también tratan de afirmarse.
La aparición desde los 6 años es de juegos colectivos y organizados muestran que se ha hecho posible una colaboración, al menos en condiciones bien determinadas y, evidentemente, con la ayuda de los modelos proporcionados por los mayorcitos, a quienes los pequeños pueden observar en la calle o en el patio de recreo.
COUSINET, lo esencial es que el juego dure, y poco importa con quien. En efecto: hasta los 9 años el grupo permanece fluctuante, por que los compañeros no son aun sino elementos necesarios para la actividad del niño y para su formación, y no personas plenamente individualizadas.
Prevalecen muchos factores, exteriores al niño, y puede decirse que este torna a sus camaradas donde los encuentra: en la misma clase en el mismo edificio o en el mismo barrio, sin hacer una elección verdadera basada en afinidades personales. Por ello el primer grupo infantil carece de cohesión, y necesariamente es poco estable y poco organizada. Hacia los 9 o 10 años el grupo se organiza, estableciéndose, para convertirse con su código secreto, su santo y seña, sus signos particulares en verdadero centro de la vida infantil, y mas tarde aun, hacia los 11 años, cuando se hará norma la constancia en las amistades, que crecerán regularmente en función de la edad.
HUBERT, la acción del maestro es aglutinante primero de la solidaridad de la clase, que se funda en un deseo común de conformidad con la autoridad del educado: el nuestro maestro es el mejor, ella nuestra señorita es la mas simpática, esta en el fondo del sentimiento del grupo.
Esas experiencias sociales tienen importantes prolongaciones en el ámbito de la moral infantil. Esta se limitaba hasta entonces, ala sumisión al adulto, representante del todo bien y de toda virtud, promulgador de toda regla y de toda ley, y con respeto al cual
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