Resumen Libro "besame Mucho "
estef2226 de Abril de 2014
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El autor de este libro es Carlos González un doctor en pediatría y autor de varios libros sobre crianza, alimentación y salud infantil.
Este libro parte de la base de que los niños son buenos, de que sus necesidades afectivas son importantes y de que los padres tienen que darles cariño, respeto y atención. Está a favor de los hijos, pero no en contra de los padres, pues sólo solo en la teoría del hijo malo, existe este enfrentamiento entre padres e hijos.
Con este libro el autor quiere desmentir, romper tabúes y dar a los padres/madres (se dirige sobre todo a las madres) la libertad de disfrutar de su paternidad/maternidad como ellos deseen. En este libro el trato de los niños, al igual que con los adultos, exsisten principios.
Bésame mucho, nos habla del respeto hacia los niños, del trato humano, como personas que son, deben recibir, de cariño y amor, de seguir nuestro instinto maternal, y paternal en la crianza de nuestros hijos. Compara las distintas formas de crianza a través de los tiempos, a través de las diferentes culturas, comparándonos con otros animales. Nos hace reflexionar sobre cosas que tomamos como normales cuando no lo son.
También da una respuesta a dudas que surgen a los padres, porqué los niños no quieren dormir solos, porqué lloran, porqué llaman nuestra atención...
El libro está divido en tres partes:
1) El niño bueno y el niño malo
2) Por qué los niños son así
3) Teorías que el autor no comparte
En la primera parte del libros nos habla del niño bueno y el niño mal, estas dos visiones de un mismo ser desde hace siglos; para unos el niño es tierno, frágil, desvalido, cariñoso y inocente, un ser inmaduro que necesita nuestros cuidados y atenciones para llegar a convertirse en adulto. Mientras, para otros el niño es egoista, desvalido, malvado, hostil, cruel, manipulador, y solo si se doblega su voluntad desde el principio, y se le impone una disciplina rigida, algún día será un hombre de provecho.
Las madres y los padres se ven influenciados por estos expertos y estos libros intentan llevarlo a la práctica. Nos explica que hay diferentes familias y la forma de actuar estas con sus hijos, unas intentan estar todo lo posible con sus hijos, que estos hagan aquella cosas que les gusta o les apetece hacer, mientras otras familias apenas pasan tiempo con sus hijos y los saturan de actividades que a veces no son de su interés, por diversos motivos.
Me llama la atención lo que dice Kant de que la voluntad se educa, ejercitándola y restingiendola, mediante el ejercicio y la represión.
Me parece absurdo negarle al niño cualquier cosa porque si, por puro placer de llevarle la contraria; ya que ya tendrá tiempo de que acabará reprimiéndose ante determinadas situaciones sin necesidad de crear dicha situación a propósito.
El libro habla que en muchas ocasiones se afirma que los extremos son malos y en el medio está la virtud. Nos habla de como la sociedad actual no es capaz de tratar al niño con respeto, habría que tratarlo como un adulto siempre adaptándonos a las necesidades del niño.
Existen muchos libros de expertos que ven más al niño como la segunda descripción y que dicen generalidades vacías de contenido con los que cualquiera puede identificarse. Como por ejemplo: los padres deben encauzar las potencialidades de su hijo pero sin limitar su creatividad; el vínculo de apego debe ser sólido sin caer en la desprotección, para no ahogar el desarrollo de su personalidad, etc.
Nuestra sociedad parece muy tolerante porque muchas cosas que hace cien años estaban prohibidas se consideran ahora normales; y viceversa. Muchos de los antiguos tabúes se referían al sexo; muchos de los actuales se refieren a la relación madre-hijo, para desgracia de los niños y sus madres.
La sociedad, tan comprensiva para unas cosas, lo es poco con las madres y hijos. Estos tabúes se podrían clasificar en tres grandes grupos:
-Relacionados con el llanto: está prohibido hacer caso de los niños que lloran, tomarlos en brazos, darles lo que piden.
-Relacionados con el sueño: prohibido dormir a los niños en brazos o dándoles pecho, cantarles o mecerles para que duerman, dormir con ellos.
-Relacionados con la lactancia materna: está prohibido dar el pecho en cualquier momento o lugar; o a un niño demasiado grande.
Casi todos ellos tienen una cosa en común: prohíben el contacto físico entre madre e hijo. Son actividades en las que se aumenta la distancia entre madre e hijo, como por ejemplo: dejarlo solo en su habitación, llevarlo en cochecito o capazos, llevarlo a colonias y campamentos lo antes posible...
Todos estos tabúes y prejuicios hacen llorar a niños, y a los padres, porque se sienten mal de no poder coger a su hijo cuando llora, o cuando necesiten, pero no lo hacen por los consejos anteriormente descritos dichos por expertos en materia infantil, médicos, educadores...
Los padres lo hacen en general bastante bien al criar a sus hijos los errores que cometen no se les ocurren a ellos, sino a los expertos.
No quedan seres humanos "en libertad" guiándose únicamente por sus instintos y su imperativa biológica. Todos vivimos en"cautividad"en ambientes artificiales y en el seno de grupos humanos con normas culturales.
Al autor le marcó el saber que era posible criar a sus hijos en una civilización que había decidido no pegar ni castigar a los niños, no por casualidad o porque se portaran bien, sino por principio.
No es fácil para los padres decidir qué es lo mejor para sus hijos, cuál es la manera de criar a un ser humano. Tras observar lo que hacen otros mamíferos y comparar diversas sociedades humanas, se puede elegir cosas que parezcan funcionar mejor. Pero sobretodo usando el corazón para intentar hacer felices a los niños.
A lo largo de millones de años, los que mejor criaban a sus hijos han tenido más hijos vivos y sus genes se han extendido. En el ser humano no depende sólo de los genes sino también del aprendizaje. Las conductas aprendidas se pueden transmitir a través de la educación. En la conducta la selección natural ha cedido paso a la selección cultural. Los adultos; debido a la selección cultural (padre o madre), se dejan influenciar por lo que la sociedad dice que está bien hecho o es conveniente hacer para dar una buena educación a sus hijos, sea bueno o no para sus hijos.
En el capítulo de Cómo crían a sus hijos los animales, el autor describe las diferentes formas de cría en diversos animales, incluyendo el ser humano. Como el instinto de supervivencia consiste en comer y no ser comido, explica como cada especie animal cuenta con unos instintos maternales cubriendo las necesidades básicas para sobrevivir y que han pasando de generación en generación. También nos habla de Bowlby (y su experimento con primates) y de la teoría del apego, que el ser humano, al igual que los primates establecen con el cuidador principal. También nos pone el ejemplo de que las madres bosquimanas (Kung) llevan a sus hijos siempre encima y que se sirven solos. Un etólogo declara que los cólicos del lactante podrían ser la respuesta de los bebés cuando se les intenta alimentar a intervalos, en vez de continuamente.
No hay que olvidar que un niño que nace hoy en día es iguales a los que nacieron hace cien mil años.
La forma en que los bebés se comportan espontaneamente, la forma en que esperan ser tratados, la forma en que reaccionan a los diferentes tratos recibidos, no ha cambiado en decenas de años. Si queremos entender a los niños como son nos hemos de observar años atrás y observar como el hombre se adaptaba a su ambiente evolutivo.
La mutación que sufrieron los humanos fue la inteligencia. La inteligencia requiere aprendizaje, y cuanto mayor sea la inteligencia requerirá más tiempo de aprendizaje. El ser humano es el único que necesita ser protegido y cuidado por el adulto durante tanto tiempo.
Los niños de antes siempre estaban en contacto físico con la madre y cuando este contacto se perdía, el niño inmediatamente empezaba a llorar, es una conducta lógica y adaptativa, porqué facilitaba la supervivencia del individuo. El llanto del niño desencadenaba en la madre un impulso fuerte de acudir y callarlo. En cambio los niños que no llorábamos lo hacían mas tarde la madre podía estar lejos y no oírlo, pero sí que lo podían oír los predadores que acabarían con la vida del bebe, sino lo hiciera antes el frío, calor...
El niño de ahora no sabe que no está en la selva i que ya no existen estos peligros, y que no tienen noción del tiempo: un minuto para ellos es como una hora.
A medida que el niño vaya creciendo irá aprendiendo a distinguir en qué casos la separación conlleva un peligro real y en qué casos no tiene importancia.
Hay expertos quienes piensan que hay que calmarlo pero sin cogerlo ,cantarle, mecerlo o darle pecho. El dr.Estivill propone decirle al niño palabras tranquilizadoras desde una distancia superior a un metro. Lo cual me parece absurdo, ya que un niño siempre que llora es por algo y la manera de calmar sus temores es mediante el contacto físico, notando al cuidador principal es donde el niño se encuentra más agusto y seguro.
Se ha comprobado que la separación a corto plazo produce efectos negativos que pueden ser devastadores a largo plazo. A corto plazo: cuando vuelve la madre el niño se enfada, el niño se muestra exigente con sus cuidadores, se relaciona con cualquier adulto, muestra apatía...
En algunos casos se autolesionan, así lo explica Freber y Estivill de enseñar a dormir un minuto,
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