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Resumen del Libro Aproximaciones a la Psicoterapia (Feixas, 1993)


Enviado por   •  13 de Octubre de 2019  •  Resúmenes  •  3.079 Palabras (13 Páginas)  •  2.108 Visitas

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Universidad del Valle de México Campus Zapopan

Resumen del Libro Aproximaciones a la Psicoterapia (Feixas, 1993)

Aplicaciones en psicoterapia

Dra. Maricela Virgen

Jorge Francisco Ahumada Hernández

Resumen de Capítulo I

La aproximación inicial

Introducción

Desde que ha sido acuñado el término “psicoterapia” no ha habido un consenso real sobre la definición del mismo. Más bien parece que conforme crece el número de enfoques psicológicos, lo hace también el de las definiciones de “psicoterapia”. Según cada autor y sus particularidades, las definiciones varían. Sin embargo, coinciden en que la psicoterapia consiste en el proceso (sea cual sea que este sea de acuerdo al enfoque particular) por medio del cual se restablece la salud psicológica (cuyas definiciones también variarán dependiendo del enfoque entre emociones, creencias, conductas y varias más) con la ayuda de un profesional (de nuevo con definiciones diversas de lo que se consideraría un profesional). Para simplificarlo aún más, dice Feixas (1993): “...un tratamiento ejercido por un profesional autorizado que utiliza medios psicológicos para ayudar a resolver problemas humanos, en el contexto de una relación profesional.” (p 16). Habrá, pues, que buscar una metaperspectiva, que refiere una integración de diversos conceptos. Para lo cual hay que conocer los diversos elementos de la psicoterapia:

1.- El cliente:

Es aquella persona que acude a la terapia motivada por el deseo de un cambio en su manera de relacionarse consigo misma o con el mundo que le rodea, frecuentemente habiendo fracasado en sus intentos personales de cambio, habiendo probablemente acudido a otras personas antes de acudir al terapéuta y en ocaciones con expectativas poco realistas sobre el tratamiento y los resultados del mismo.

El hecho de reconocer que se requiere acudir a terapia supone admitir la incapacidad propia de resolver las dificultades por sí mismo, lo cual resulta paradójico siendo que a través de la psicoterapia se pretende generar en el cliente todo lo contrario. Esta situación puede llevar a algunas personas a no acudir en busca de ayuda con tal de mantener hasta el extremo su autoimagen.

También se puede producir una cierta ansiedad al comenzar un proceso de psicoterapia (de parte del cliente) debida a la falta de referencias culturales respecto a lo que sucede durante la terapia.

Hay que diferenciar también entre paciente identificado (PI), que es quien requiere la terapia aplicada sobre sí mismo, y el demandante, que es quien solicita la terapia. No siempre son la misma persona, ya que el demandante puede ser por ejemplo, un familiar del PI.

2.- El psicoterapeuta:

Es distinto el rol social de psicoterapéuta que existe desde la antigüedad y la institucionalización del psicoterapéuta como un profesional con un acervo de conocimientos y habilidades esenciales para el desempeño ideal de la profesión. Guy (1987) presenta una serie de características bien definidas y generales que idealmente debe poseer el psicoterapéuta. Distingue entre motivaciones funcionales y disfuncionales. las funcionales son:

1. Interés natural por la gente y curiosidad por sí mismo y los demás.

2. Capacidad de escuchar.

3. Capacidad de conversar

4. Capacidad de discernimiento emocional.

5. Capacidad introspectiva.

6. Capacidad de autonegación.

7. Tolerancia a la ambigüedad.

8. Capacidad de cariño.

9. Tolerancia a la intimidad.

10. Confortable con el poder.

11. Capacidad de reír.

Las motivaciones disfuncionales son:

1. Aflicción emocional.

2. Manejo vicario.

3. Soledad y aislamiento.

4. Deseo de poder.

5. Necesidad de amor.

6. Rebelión vicaria.

Parece ser que con cierta frecuencia, el profesional de la psicoterapia, elige su profesión para resolver cuestiones personales, y que su profesión resulta ser un reflejo de la dinámica familiar en que se desarrolló desde su infancia (por ejemplo). Sin embargo no existen estudios suficientes como para poder asegurarlo con certeza. En algún momento se consideró que las cualidades personales del psicoterapéuta jugaban un papel de gran importancia en la competencia como tal. Sin embargo, tras el desarrollo que ha tenido la psicoterapia y la estandarización de los procesos, esta variable ya no se puede considerar significativa.

Habrá que considerar además del psicoterapeuta como individuo, al “sistema terapéutico” como “entidad”, conformada por más elementos que el psicoterapéuta solo. Por ejemplo, tenemos a los co-terapeutas, que se dividen las tareas y se mantienen en el mismo nivel (no terapeuta y co-terapeuta sino co-terapeutas).

Del punto anterior, se desarrolla la idea de “equipo terapéutico” que implica una participación más activa y en que se divide la carga de la responsabilidad de la terapia. Sobresale en psicoterapia cognitiva.

Existe también la figura del supervisor, que es un psicoterapéuta más experimentado que brinda su ayuda en un caso particular. Se distingue entre directa (a través de un espejo unidireccional) o indirecta (a través del relato del psicoterapéuta menos experimentado)

La característica principal, sin embargo, es, que tratará ayudar al paciente.

3.- La relación Terapéutica.

La relación terapéutica se diferencia de las demás relaciones que puede llegar a tener el paciente a pesar de que las últimas puedan ser benéficas para la salud mental también. La principal diferencia que existe es el carácter profesional propio de la relación

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