TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN .

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                                                                                    Alumna: Jasmin Parada

                                                                                  Docente: Lorena Manríquez                                                           

Temuco 06 de noviembre 2014

INTRODUCCION

Cuando nos mencionan o escuchamos  la palabra déficit atencional y más aun cuando nos escuchamos Hiperactividad, se tiende a pensar en que ese niño o niña va hacer o será un “problema” para nuestra labor como educadores, las concepciones que se tiene de este trastorno son muy duras ya que inmediatamente nos hace colocar barrera para evitar a este tipo de alumnos.

Por eso es relevante  e importante analizar este trastorno de manera que permita tener un mayor conocimiento de él y nos permite reflexionar para así poder atender las necesidades que presentan los alumnos (as) de forma efectiva y oportuna.

El desafío es grande, pero como docentes debemos lograr identificar las causas  que generan este déficit y poder ayudar a los estudiantes a superase día día.

 Bien considerando que hoy en día  los una gran cantidad de niños en edad escolar son evaluados para determinar este trastorno, este  ensayo dará énfasis a la definición, el origen, las características, las causas, la evaluación, el diagnóstico y el tratamiento que trae consigo este trastorno.

De manera de reflexionar y analizar  nuestras prácticas pedagógicas frente a estos niños (as), para así lograr entender y generar estrategias y herramientas que nos permitan abordar este tema con mayor conocimiento.

DESARROLLO

 Las situaciones que se producen en torno a los procesos de la atención son diversas, por ende esta  ha sido definida  como la orientación de un comportamiento hacia determinada tarea. La alteración de cualquiera de estos procesos de la atención es llamada TRASTORNO DE DÉFICIT DE ATENCIÓN. Dicho trastorno es uno de los problemas más frecuentes en niños en edad escolar, es una de las principales razones por las que los niños son evaluados por profesionales de la salud.

Este trastorno está presente en todas las zonas y culturas del mundo; siendo las más frecuente en varones que en mujeres. El niño con déficit de atención no aprende de las experiencias sociales que tiene con sus pares, educadores y padres.No se da cuenta del tono, gestos y todas las manifestaciones de carácter que se asocian a las respuestas de quienes les rodean ante su conducta inapropiada.

 El TDA  es un síndrome reconocido por la Organización Mundial De La Salud (OMS). Este trastorno puede ser con o sin hiperactividad. Es la denominación diagnóstica más reciente para personas que presentan problemas serios de atención, impulsividad y en algunas ocasiones hiperactividad. Al decir problemas serios me refiero a las dificultades para integrarse e a su entorno escolar, familiar y social.

Este trastorno no es nuevo, ni ha sido descubierto recientemente. Su historia se remonta desde principios del siglo XX cuando en Inglaterra, George Still y Alfred Tredgold realizaron investigaciones científicas acerca de la  conducta de los niños, e identificaron un tipo de comportamiento que se asemeja a lo que actualmente conocemos como Trastorno De “Déficit De Atención”. Cabe señalar que antes se le consideraba a estos niños con este trastorno como “niño con daño cerebral” por lo tanto los docentes no daban respuestas adecuadas y muchas veces insistían en que no estaban preparados para atender a este tipo de alumnos, por lo tanto se creía que debían ir a las escuelas especiales para ser atendidos por profesionales “idóneos”,  pasaron los años y con nuevos descubrimientos comenzaron a salir nuevas definiciones como ”daño cerebral mínimo ”, “disfunción cerebral” ; pero hoy se  le conoce con las siglas TDA (trastorno de déficit de atención).

 Este trastorno se caracteriza por una dificultad o una incapacidad para mantener la atención voluntaria frente a determinadas actividades tanto en el ámbito académico, como cotidiano; no sigue instrucciones, se distraen fácilmente  por estímulos irrelevantes, olvidan sus objetos necesarios, son desordenados , desean terminar rápido su actividad  o lo dejan para el último, tiene malos hábitos en sus cuadernos , no prestan atención a detalles, hablan mucho, su rendimiento escolar es inconsistente (mala memoria),  tiene cambios de humor bruscos, comenten errores frecuentemente en las tareas o exámenes. Con todas estas características ya estamos pensando en quien de nuestros alumnos presentan estas características y muchas veces  los clasificamos a como flojos, inquietos y no  le buscamos una solución que les ayude a superar esta deficiencia.

Como consecuencia, las relaciones sociales para estos niños se ven afectadas porque es muy difícil para el o ella seguir reglas o normas rígidas de comportamiento.

Aún no se sabe con claridad las causas que provocan este trastorno; son muy variadas las teorías que tratan de explicarlas. A continuación  cuatro autores  tratan de explicar  las posibles causas de este trastorno; como Tomas Perlan que en sus Teorías nos hablan: “de un desequilibrio químico en el lóbulo frontal. Un metabolismo de glucosa bastante más lento que el normal, y que afecta a las dos áreas claves del cerebro relacionadas con la habilidad para concentrarse y controlar la actividad motora y que podría ser también de origen hereditario (biológico y congénito)”.

Según Russell Birkley, las causas serian “biológicas, genéticas, presentando actividad cerebral menor en las regiones frontales, precisamente en los centros que están relacionados con la inhibición del comportamiento, la perseverancia, resistencia a la distracción”.

Según Freud, “la causa es de los padres por no criar ciudadanos felices y perfectos (biológicas)”.

Según Pichardo, distingue las siguientes causas: “genéticas (los niños con un cromosoma (XYY) mostraban un aumento de los síntomas de la hiperactividad y también de atención, como la disminución de las habilidades verbales y el rendimiento); neurológicas (toma como responsables a la disfunción del diencéfalo o el sistema límbico); ambientales (el clima y la contaminación ambiental); familiares (comportamiento similar al de los padres).”

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