Terapias posmodernas

TERAPIAS POSMODERNAS

Fue una materia que en un principio no había considerado dentro de mis optativas, pero como mis horarios no me permitieron tomar las clases que yo había seleccionado me vi en la tarea de preguntar referencias sobre las otras materias que sí se me acomodaban.

Obtuve muy buenas referencias tanto de la clase como de la maestra, y ahora soy yo la que me he encargado de darle buena promoción.

Al principio tenía mis dudas sobre si me gustaría o no, pero cuando vimos los temas que abordaríamos durante el semestre cambié de opinión.

Las lecturas si bien no eran en su mayoría cortas, pero si fáciles de digerir, nunca se me hizo pesado tener que leerlas, me hacían reflexionar e hilar ideas y sobre todo romper paradigmas.

Lo que debíamos leer siempre fue de mi agrado, considero que la materia, más bien dicho los temas que vimos me fueron de gran utilidad, tanto para tener nuevos conocimiento que me sirven y servirán en mi vida profesional como personal.

Las actividades, creo que ya se lo hemos hecho saber en clase pero de igual manera se lo reitero, me ayudaron de una manera que nunca hubiera imaginado, el hecho de externalizar nuestros problemas, verbalizarlos y enfrentarlos, aunque pareciera una simple actividad dentro del aula, considero que nos llevábamos mucha tarea a casa, el reflexionar sobre la actividad, ver nuestros problemas desde otras perspectivas y ver nuevas alternativas, que parecieran haber estado escondidas y que de pronto surgen velozmente.

No fue como las típicas clases en las que se revisa la teoría y ves ejemplos de textos, nosotros simulábamos y creábamos los ejemplos, exponíamos nuestros propios casos. Creo que el hacer esto nos brindó experiencia, porque nos dimos cuenta del poder que tienen las preguntas en terapia y de la forma en la que se deben realizar para que se logre una buena comunicación que brinde cambios favorables a las personas.

En anteriores ocasiones yo he recurrido al psicólogo, en la primera de ellas me dieron de alta aún cuando ni siquiera me sentía del todo bien, y en ésta última me tocó el “plus“ de haber realizado a la par ejercicios como el de externalización del problema, que considero me fue de gran ayuda para darme cuenta que soy yo la que cuenta con las herramientas necesarias para enfrentar cualquier tipo de situaciones que se me presenten, si bien es necesario que alguien te guíe, eres tú mismo quien decides cómo, cuándo y con qué enfrentar tu problema.

Este tipo de terapias siempre me han gustado más, porque son más cortas, eficientes, dinámicas y flexibles. De cierto modo me parece “mágico” como los problemas se van solucionando, nos permitimos ver más allá, no tener miedo de quitarnos esa venda de los ojos y rompemos barreras que nos impiden

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