Espiritualidad Calasancia
marielaangel22 de Enero de 2015
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Espiritualidad Calasancia
José P. Burgués Sch.P.
Vivimos en todo el mundo, aunque en unos lugares se nota más que en otros, un tiempo de crisis,
de transición. Permitidme que comience mi charla con unas palabras que nuestro Santo Padre
escribía el 9 de noviembre de 1619 en una carta al P. Castilla: “Espero que en el futuro el Señor
socorrerá a nuestra Congregación por medios que ni imaginamos, con tal que le sirvamos con
diligencia y perseverancia”1. Esas palabras proféticas se han cumplido ya muchas veces en la
historia, como se están cumpliendo hoy, y como se seguirán cumpliendo… mientras sirvamos a Dios
con diligencia y perseverancia, como escribió Calasanz.
Entrando ya en nuestro tema, empezaré diciendo que hay muchas definiciones del “Espiritualidad”2.
Como no quiero aburriros con ellas, os ofreceré la que a mí me parece más sencilla y más clara,
según el estilo calasancio: Espiritualidad es la acción del Espíritu. En el libro del Génesis se lee que
Dios (Padre, creador) cesó el séptimo día de toda la tarea que había hecho después de la creación3,
y este cesar tradicionalmente se entiende como “descansar”, y se relaciona con el descansar
obligado del sábado en la ley judía. El Hijo, siendo humano, también se cansaría y descansaría a
veces. Y, desde luego, descansó en el sepulcro. En cambio el Espíritu no está nunca en reposo,
siempre está en acción, aleteando sobre las aguas… La espiritualidad es algo que no puede
dejarnos reposar, sino que nos empuja adelante, en el sentido de la historia, una historia abierta y
en perpetua expansión, como el universo. No tendría valor hablar de la espiritualidad centrándonos
exclusivamente en el pasado, como un estudio arqueológico de lo que vivió nuestro Fundador, o lo
que ha vivido la Orden en tiempos de Calasanz y a lo largo de sus casi cuatro siglos de historia. Ni
siquiera tendría sentido el tratar de presentar una radiografía o un gráfico sobre la espiritualidad de
los escolapios hoy. Entiendo que la espiritualidad que nos interesa es esa que nos ayuda a adivinar y
a construir el futuro, con fidelidad a nuestro pasado, sí, pero siguiendo sobre todo los impulsos del
Espíritu hacia adelante. Que es, en definitiva, lo que hizo Calasanz, como nos dice él mismo en el
Proemio de sus Constituciones4. Lo cual no quita para que, si queremos asomarnos al futuro,
1 AGSP., RC. n. 01, 037
2 El Diccionario de Espiritualidad de Ermanno Ancilli (Herder, Barcelona, 1983, p. 13) indica varios
significados: “cualidad de lo que es espiritual” (Dios, los ángeles, el alma humana, la Iglesia); “piedad
realmente poseída” (de un santo, o alguien al servicio de lo divino, aunque no sea cristiano); “ciencia que
estudia y enseña los principios y las prácticas de que se compone dicha piedad o dicho servicio de Dios”.
Están además las “escuelas de espiritualidad” entendidas como doctrinas particulares de espiritualidad que
pueden ser muy diversas. Los diversos autores emplean además muchos sinónimos para indicar la
espiritualidad: camino de vida espiritual, método, modo o modalidad, orientación, mentalidad, corriente,
actitud, fórmula, forma o norma de vida, aplicación o interpretación particular del mismo ideal evangélico,
estilo o tipo o género de vida religiosa, matiz, tradición espiritual, experiencia, caracterización… No se puede
dar una definición universalmente aceptada de espiritualidad: cada autor tiene la suya.
3 Gn 2,2.
4 “En la Iglesia de Dios y bajo la guía del Espíritu Santo, las Instituciones Religiosas tienden a la perfección de
la Caridad…” (CC, 1)
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tengamos que hacer un breve recorrido por el pasado, y no podamos evitar el presentar un somero diagnóstico del presente.
Voy a desarrollar el sentido de la palabra “acción”, para que no quede demasiado vago o impreciso. Para mí espiritualidad es la acción transformadora que el Espíritu Santo va produciendo en la manera de ser y de actuar de una persona o de una institución, de tal modo que ésta se convierte en una imagen y un agente del Reino de Dios.
Entiendo por espiritualidad Calasancia en primer lugar la manera de ser y actuar característica de san José de Calasanz, en cuanto instrumento elegido por Dios para poner en marcha la obra de las Escuelas Pías5. En segundo lugar es la manera de ser y actuar a lo largo del tiempo de las mismas Escuelas Pías, en cuanto herederas del carisma fundacional de Calasanz6. Podemos establecer una
5 No faltan los estudios sobre espiritualidad calasancia, referidos generalmente a la espiritualidad propia de nuestro Fundador. Señalaremos, entre otros, SAPA, A., Teologia Spirituale Pedagógica di San Giuseppe Calasanzio (Tip. Calasanziana, Firenze, 1951), AGUILERA, C., Espiritualidad Calasancia, en Revista Calasancia III (1957), pp. 469-507; ASIAIN, Miguel Ángel, “Espiritualidad de la Orden”, en Escuelas Pías. Ser e Historia, de S. Giner y otros, Ediciones Calasancias, Salamanca, 1978, pp. 355-377. El autor, a pesar del título, presenta la espiritualidad del fundador, más que la de la Orden. Miguel A. Asiain es sin duda el autor que más esfuerzos ha dedicado al estudio de la espiritualidad calasancia. Sin pretender ser exhaustivos, nos parece necesario citar sus obras La experiencia religiosa de Calasanz (Ediciones Calasancias, Salamanca, 1979); La experiencia cristiana de Calasanz (Ediciones Calasancias, Salamanca, 1980); El camino de Calasanz (Ediciones Calasancias, Salamanca, 1981); Espiritualidad calasancia para laicos (Madrid, 1988); Itinerario de espiritualidad calasancia (Madrid, 1990); La experiencia de Dios en el escolapio Col. Materiales n.8, Roma 1992); Páginas inéditas de un diario. Autobiografía íntima de San José de Calasanz (Analecta Calasanctiana, 89-90, 2003); Claves de discernimiento para la vida escolapia en San José de Calasanz (col. Materiales, n. 24, Roma 2009). También: “Espiritualidad apostólica escolapia” en Analecta Calasanctiana n. 56 (1986), pp. 601-617, y en otras obras suyas que no citamos por no extendernos demasiado. Del Capítulo General Especial de 1969 es la Declaración sobre la Espiritualidad Calasancia. Notas (Roma, 1971). La declaración en sí es breve: 26 páginas, en las que tras una breve introducción se habla de la Espiritualidad de Calasanz, la patrística calasancia, la tradición calasancia y la renovación de la vida espiritual, para terminar con una breve conclusión. Tenemos también el Ensayo de síntesis que citamos en la nota siguiente. Hemos de decir que los historiadores escolapios apenas desarrollan el tema de la espiritualidad en sus obras: en cierto modo dan a entender que la espiritualidad de Calasanz es lo que se manifiesta en su vida y en su quehacer. Incluso autor como A. GARCÍA DURÁN, que titula su obra Itinerario espiritual de San José de Calasanz de 1592 a 1622 (Barcelona, 1967) no trata específicamente el tema de la espiritualidad, sino más bien sus años romanos hasta la constitución de la Orden de las Escuelas Pías. Los grandes biógrafos recientes, como C. BAU (Biografía crítica de San José de Calasanz, Textos E.P., Madrid, 1949) y S. GINER (San José de Calasanz. Maestro y fundador, BAC, Madrid, 1992) y entre los italianos F. Giordano (Il Calasanzio, A.G.I.S., Génova 1960) y R. BRANCA (Aventura del Calasanzio; Sarda Fossataro, Cagliari, 1967) apenas dedican atención al tema de la espiritualidad en Calasancio; se fijan más en sus aporte pedagógicos. Como ocurre, lógicamente, en la obra de G. SANTHA San José de Calasanz. Obra pedagógica (BAC, Madrid, 1984), aunque en ella apodemos encontrar no pocos elementos referidos a su espiritualidad. Y lo mismo se puede decir de otras biografías menores recientes: S. LOPEZ RUIZ, Educar es liberar (Ediciones Calasancias, Salamanca, 1979); D. CUEVA, Vida de san José de Calasanz (E. Paulinas, Madrid, 1992); C. MIGLIORANZA, San José de Calasanz (Misiones Franciscanas Conventuales, Buenos Aires, 1997); G. GRIMALDI, Giuseppe Calasanzio (San Paolo, Milano, 1997); E. INIESTA, La escuela del sol. Calasanz para ahora mismo (Santillana, Madrid, 1998); M. SPINELLI, José de Calasanz, el pionero de la escuela popular (Ciudad Nueva, Madrid, 2002); J. FLORENSA, Josep Calassanç. Ni més ni menys que un mestre d’escola (El mèdol-Fòrum, Tarragona, 2008).
6 En Espiritualidad y pedagogía de Calasanz. Ensayo de síntesis (ICCE, Madrid, 1995, p. 16) se dice que “Por espiritualidad se entiende hoy la totalidad de la existencia de una persona en cuanto está dinamizada por el Espíritu de Jesús”. Esta obra presenta la espiritualidad de Calasanz en primer lugar como un itinerario
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presentación diacrónica de la espiritualidad calasancia de la Orden a lo largo de sus casi cuatro siglos de historia, hasta nuestros días, como respuesta a las necesidades que nuestro mundo tiene en relación con nuestro carisma y con nuestra vocación histórica. Quedaría aún un tercer aspecto de nuestra espiritualidad a desarrollar: la espiritualidad calasancia del mañana. Hacia dónde podemos imaginar que el Espíritu nos está dirigiendo. Porque la espiritualidad calasancia es una obra inacabada, algo vivo, en evolución. Voy a desarrollar mi presentación, pues, en tres momentos. Quiero hacer notar que en su desarrollo me guío por criterios teológicos, respetando la historia y el trabajo de los historiadores calasancios. No quiero hacer un trabajo de investigación histórica, ni tampoco una síntesis sobre el tema; ese tipo de trabajo
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