La Responsabilidad Social De La Igliesia

La Responsabilidad Social de la Iglesia

Introducción

El Señor Jesucristo oró por sus discípulos y por los que creerían después de ellos para que pudiesen manejar exitosamente la difícil tensión de estar en el mundo sin ser del mundo (Jn. 17:14- 16). Posteriormente, habiendo acabado su obra expiatoria, los envió a hacer discípulos (Mt. 28:17-20), pero no sin antes haberles enseñado cómo hacerlo, por medio de su palabra y su ejemplo. Unió indisolublemente el amor a Dios, pilar de la religión de Israel, con el amor al prójimo, mismo que llega a ser la expresión plena del Código de Santidad en el libro de Levítico1. Además, explicó que el amor no conoce barreras étnicas, sociales o económicas (Lc. 10:25-37) y que alcanza incluso a los enemigos (Mt. 5:44). Todo esto fue difícil de entender para los discípulos en aquél tiempo y lo es hoy para nosotros pero, movidos por el poder del Espíritu después de Pentecostés, los discípulos pudieron influir sobre todo el mundo conocido, y no es casualidad que la iglesia primitiva mostrara junto a su predicación del evangelio una tierna sensibilidad social. ¿Cómo evaluaría la iglesia hoy su labor ante el ejemplo de los primeros cristianos? Esta es una pregunta válida para el presente, pues cada generación tiene la obligación de hacer sus propias preguntas a la Palabra Viva de Dios para aplicarla a un mundo cambiante y lleno de sufrimiento.

Por ello, a través de este ensayo se buscamos retomar el tema de la responsabilidad social de la iglesia a la luz del amor al prójimo, particularmente ante el desafío de las necesidades críticas imperantes en América Latina.

La tesis de este trabajo es que el elemento social es parte integral y fundamental de la misión de la iglesia. Esta tesis supone la siguiente hipótesis: Ser prójimo es el método misionero por excelencia de la comunidad de fe, la cual demuestra su compromiso con la obra divina de salvación integral en el mundo al vivir esta ética del amor.

Cabe precisar el uso de algunos términos mencionados con frecuencia en este trabajo: ser prójimo, es decir, la ayuda amorosa al necesitado, según la descripción de Lucas, es entendido como el resultado de la fe y no como su equivalente. La misión de la iglesia es comprendida como la labor de compartir las buenas nuevas de salvación al mundo perdido, con el fin último de llevar gloria a Dios, y esto incluye toda proclamación, actividad o método que avance dicho propósito.

Finalmente, se distingue a la comunidad de fe como aquel reducto de personas redimidas, vinculadas estrechamente con su Redentor por medio de una relación de alianza, y a través de las cuales Dios lleva adelante sus planes salvíficos para la humanidad.

1. Compare Lv. 19:18 con Mt. 5:43; 19:19; 22:39; Mr. 12:31; Lc. 10:27.

Estos ensayos enfocan principalmente el elemento social como parte integral del quehacer de la iglesia cristiana. La falta de análisis bíblico sobre el tema, particularmente en el ámbito evangélico, destaca la relevancia de un estudio cuidadoso de la cuestión social en el contexto de

América Latina. Tres son los aspectos principales que han motivado la inquietud de asumir esta tarea:

 En primer lugar, es evidente que la Escritura da lugar a la preocupación y al quehacer social en la comunidad de creyentes, particularmente en el Antiguo Testamento donde hay toda una legislación al respecto.

 En segundo lugar, históricamente los sectores teológicos no evangélicos han mostrado un mayor énfasis en la labor social per se, a contar de fines del siglo pasado, motivados en gran medida por sus preconcepciones acerca de lo que es el cristianismo y la misión de la iglesia. Esto no significa que la iglesia evangélica no se interese en absoluto por los problemas sociales, sino que sus presuposiciones teológicas la ha conducido a ponderar preferentemente otras preocupaciones, e interesa estudiar si tales presupuestos son realmente sostenibles escrituralmente.

 Por último, el llamativo auge del interés por las misiones en Latinoamérica, entendidas como el envío de misioneros a proclamar el evangelio de salvación espiritual, llama a preguntarse si este énfasis, por cierto bíblico, es el único que debe promoverse, y si no acusa cierto nivel de disociación con el tema de la preocupación social. Resulta importante, entonces, buscar en la Biblia indicadores, al menos tentativos, de la relación de estos asuntos y las consecuencias de desatender alguno de ellos.

Por lo tanto, la investigación pretende ser una contribución exegética y teológica a la comprensión de la misión de la iglesia, por medio del análisis de conceptos y pasajes tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Pero no es sólo un estudio del desarrollo de un concepto (en este caso prójimo), al estilo de un diccionario teológico, sino que busca, además, inquirir acerca de la posibilidad de establecer un hilo en la revelación progresiva en cuanto al tema social, lo que en sí es una contribución hermenéutica además de teológica. Por lo extenso del material a cubrir, el análisis no pretende ser exhaustivo, y se reconoce desde ya la limitación de no poder abarcar el cúmulo de temas interrelacionados en torno a lo social. Pero sí se procura sugerir una metodología de estudio y de contextualización al presente, del asunto en cuestión.

En el Ensayo 1, se estudia el reto de la necesidad social en América Latina, por medio del examen las propuestas más desafiantes de la teología en América Latina. Para ello, se ha restringido la investigación principalmente a dos teólogos liberacionistas2, quienes han hecho la contribución más importante y extensa en cuanto a la eclesiología liberacionista: Leonardo Boff y Gustavo Gutiérrez.

2. La Teología de la Liberación

Es una corriente teológica que floreció en el seno de la Iglesia católica. Nació en Iberoamérica tras el Concilio Vaticano II y la Conferencia de Medellín (Colombia, 1968), aunque sus raíces teológicas recibieron la influencia de teólogos alemanes de la talla de Jürgen Moltmann (nació en Hamburgo en 1926).

Esta teología es reconocida por sus inclinaciones al marxismo. Sus representantes más destacados son los sacerdotes

Gustavo Gutiérrez Merino, (peruano), quien en 1973 editaría el primer libro sobre el tema Historia, política y salvación de una teología de liberación, Leonardo

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