Teologia I

Introducción

Esta es una lectura muy interesante y enriquecedora, en medio de esta sociedad que va en decadencia me ha llamado mucho la atención la manera como el escritor se remonta a hechos sucedidos hace mucho tiempo para explicar que el hombre desde sus orígenes culpa y señala a otros por su mal actuar.

Desarrollo

El autor relata varias situaciones del común de algunas personas que enfrentaron hechos o consecuencias en sus vidas en las cuales no tuvieron nada más que decir que señalar a el resto del mundo por su situación en vez de reconocer sus errores, veamos algunos de estos hombres que son tan humanos como usted o como yo a continuación:

Crowley o “dos pistolas” en la cárcel de Sing Sing, un terrible asesino que mataba vigilantes, luego de ser apresado escribió en un papel; “yo tengo un corazón bueno, que a nadie quisiera hacerle daño” y cuando lo condenan a muerte contrario a reconocer su error y pedir perdón, exclamo; “esto es lo que me pasa por defenderme”.

Increíble este hombre no sentía ningún remordimiento, no titubeo ni un momento al declararse inocente

Al Capone, el más terrible jefe de mafias criminales de los estados Unidos decía; “he pasado mi vida ayudando a los demás, tratando de que vivan más alegres, y lo único que recibo son insultos, soy un pobre hombre perseguido”.

Este hombre llamado un enemigo público tampoco se echaba la culpa de nada, contrario a esto, se lamo así mismo, benefactor público, incomprendido.

De la misma manera nosotros atreves de nuestra vida, culpando siempre a los demás, criticando a otras personas para opacarlas y asi hacer que nuestras fallas casi no se noten, o simplemente nos declaramos víctimas de las circunstancias; todo menos reconocer nuestra debilidad y aceptar que nos equivocamos.

La crítica es inútil porque pone a la otra persona en la defensiva, y por lo común hace que trate de justificarse. La crítica es peligrosa porque lastima el orgullo, tan precioso de la persona, hiere su sentido de la importancia y despierta su resentimiento.”

“Si usted o yo queremos despertar mañana un resentimiento que puede perdurar décadas y seguir ardiendo hasta la muerte, no tenemos más que hacer alguna crítica punzante. Con eso basta, por seguros que estemos de que la critica sea justificada.

Cuando tratemos con la gente debemos recordar que no tratamos con criaturas lógicas. Tratamos con criaturas emotivas, criaturas enrizadas de prejuicios e impulsadas

...