¿Tiene Usted Inteligencia Espiritual?

¿TIENE USTED

INTELIGENCIA ESPIRITUAL?

En la actualidad se ha ampliado el concepto tradicional de inteligencia, por lo que hoy en día no basta con decir que alguien es inteligente, es preciso matizar para qué es inteligente. Dentro de estos matices surge el concepto de Inteligencia Emocional, popularizado por Daniel Goleman en el año 1995. Éste define a la inteligencia emocional como la capacidad para reconocer sentimientos propios y ajenos, y la habilidad de manejarlos, de modo que no se dañe a sí mismo ni a otros.

Además de este concepto, a principio del siglo XXI Zohar y Marshall introducen el término de Inteligencia Espiritual para referirse a la capacidad que tiene el ser humano de elaborar un tipo de preguntas que tienen que ver con el sentido último de la existencia y que no se explican con las otras inteligencias.

Según la Santa Biblia, “el conocimiento del Santísimo es la inteligencia” (Pr. 9:10), por lo que, para quien escribe este texto, la Inteligencia Espiritual abarca mucho más de lo antes expuesto, pues se le entiende como la capacidad que tiene una persona, en un determinado momento de su vida, de reconocerse pecador perdido, y depositar toda su confianza (su fe), en el único que puede salvar su alma: El Señor Jesucristo.

Sin embargo, para la generalidad de las personas a quienes el mundo estima como “inteligentes” esto es un absurdo, pues su mirada no está puesta en las cosas celestiales, sino en las terrenales. Es lamentable que para aquellos que se creen sabios en su propia opinión, el evangelio sea una locura. A menudo, se escucha a estas personas decir que la santa palabra de Dios es una gran fábula, desde la creación hasta el justo juicio de Dios reservado para este pobre mundo; desestimando, por ende, la obra redentora del Señor Jesús en la cruz del Calvario, a su favor.

Esta triste verdad no sorprende a los cristianos, “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan…es poder de Dios” (1 Co. 1:18). La misma Biblia también expresa claramente que “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Co. 2:14). Es evidente que la inteligencia que poseen no les es suficiente para comprender las grandes verdades de salvación presentadas en la palabra de Dios. Sin embargo, el Señor es misericordioso, y dice: “al que a mí viene, no le echo fuera. (Jn. 6:37), “Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces” (Jer. 33:3)

Ignorando estas verdades, muchas veces se escucha en forma de burla: ¿Cristo viene pronto?, ¿Cuándo es que viene?, ¡Desde que tengo conocimiento estoy escuchando eso, y aun no ha

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