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Enviado por   •  6 de Mayo de 2015  •  1.741 Palabras (7 Páginas)  •  197 Visitas

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UNA PERSPECTIVA SEMIÓTICA DE LA CIUDAD DE BOGOTÁ

EDER GARCÍA DUSSÁN**

Resumen

No hay grieta entre el ciudadano y los espacios físico y simbólico de la metrópoli que lo

habita, pues la articulación de su hacerse histórico está ligado al ordenamiento social que

lo determina. Pensar, entonces, la ciudad como espacio que constituye el orbe social en

dialéctica con el pensamiento y el accionar humanos, permite lanzar líneas de sentido que

permiten interpretar la ciudad de Bogotá a partir de cuatro categorías de comprensión:

ciudad como conjunto de signos, como jaula, como promesa y como escenario productor

de imaginarios sociales. Así las cosas, la mirada hacia la ciudad, resulta siendo una

mirada hacia nosotros mismos como formas culturales de producción a la vez que como

productos de sus efectos.

Palabras clave

Cultura urbana, terror, escenario gótico, comunidad imaginada, memoria colectiva, lógica

mestiza, disciplinamiento corporal, zapping, imaginario social, neobarroco.

ABSTRACT

There is no gap between the citizen and the physical and symbolic sites of the metropolis

that inhabits him, because his becoming a historic being is linked to the social order that

determines him. Then, thinking about the city as a space that constitutes the social orb, in

a dialectical relation with human thoughts and actions, allows us to draw lines of sense

that can be used to interpret the city of Bogotá, by means of four comprehension

categories: the city as a set of signs, as a cage, as a promise and as a social imaginery

production scenario. In consequence, the look at the city becomes the look towards

ourselves, as cultural production agents and also, at the same time, as products of its

effects.

Para enunciar sobre algo se debe estar en algún lugar -de poder- desde dónde hacerlo,

desde un espacio ordenado socialmente, es decir, desde una cultura. En nuestro caso,

queremos enunciar y denunciar a propósito de la Cultura Urbana, es decir, aquella

construcción simbólica que es producto de la interacción entre urbanitas, para usar el

término de Simmel23.

Sabemos que con el desplazamiento de lo rural a lo urbano se gana una interacción

personal más funcional y compleja, formándose un proceso que culmina en la pérdida del

compadrazgo y de la vida aldeana. La socialización de la existencia urbana permite

paulatinamente el crecimiento de una soledad en la colectividad, con lo cual se instaura

una reestructuración al interior de la institución familiar y sus espacios de convivencia. A

partir de estos cambios, ¿cómo pensar la actual ciudad?, ¿cuál es su mapa y la

mecánica de sus escenarios?, ¿cuáles son los lugares y las instituciones que organizan

su dinámica?; en suma, ¿cómo dar razón de la imagen de nuestro proceso cultural a

través de una cierta mirada sobre Bogotá?

** Filósofo. Magíster en Lingüística Española. Profesor de la Universidad Pedagógica Nacional.

23 Cfr. Simmel, G. “El individuo y la libertad. Ensayos de crítica de la cultura” Barcelona: Península, 1986 pág 240 y

ss.

UNIVERSIDAD PEDAGOGICA NACIONAL

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En adelante abordaremos la cuestión de la ciudad como punto de re-flexión semiocomunicativa,

apoyados esencialmente en los parámetros esenciales del crítico uruguayo

Ángel Rama24 . Desde esta perspectiva, la ciudad es doble: configuración física y espacio

simbólico de operación. Como arte-facto de producción sociocultural, la ciudad es

física y simbólica (meta-física). Una maraña de calles que presentan infinidad de

signos, es decir, un megadiscurso cuyas diversas ‘sentidificaciones’ dan cuenta de los

cuerpos de concreto y de los cuerpos de carne y hueso que reflejan las estructuras de

poder que mantienen la ciudad que habitan, a la vez que expresan su modelo cultural y su

ordenamiento social.

La ciudad, al mezclar cuerpos inertes y orgánicos, se muestra como colcha de retazos,

como costura, y es en esa con-fusión de intermediaciones donde aflora la urbanidad de

la ciudad. Ciudad-mosaico, pues es un lugar de mezclas; mixtura de colores, ruidos,

formas, signos, ideologías y relatos (imaginarios) que se transmiten de generación en

generación y que realizan las ciudades en su hacerse crono-lógico y en su naturaleza

histórica que no hace más que reflejar sus efectos para que, al momento, sean revisados

por el ojo humano. Tal como afirma Calvino: “(...) El ojo no ve cosas sino figuras de cosas

que significan otras cosas... La mirada recorre las calles como páginas escritas: la ciudad

dice todo lo que debes pensar, te hace repetir su discurso y (mientras la recorres) no

haces sino registrarlos

...

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