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Agentes Socializadores

21 de Mayo de 2013

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LA FAMILIA COMO PRIMER AGENTE DE SOCIALIZACIÓN. LA TRANSFORMACIÓN DE LA FUNCIÓN EDUCATIVA DE LA FAMILIA A LO LARGO DE LA HISTORIA. EXPECTATIVAS FAMILIARES RESPECTO A LA EDUCACIÓN PREESCOLAR E INFANTIL. PERÍODO DE ADAPTACIÓN DE LOS NIÑOS/AS AL CENTRO EDUCATIVO. RELACIONES ENTRE LA FAMILIA Y EL EQUIPO DOCENTE.

INTRODUCCIÓN.

La familia es fundamental en la madurez personal del niño. En ella se van conformando las actitudes sociales y es el origen de conductas mediadoras entre la sociedad y el niño, en colaboración con profesores y compañeros.

En el proceso educativo influyen tanto el adulto como el propio niño. No se trata de enseñarles a resolver una tarea precisa, se trata de “aprender a aprender” (Brown, 1995). Habilidades como el lenguaje, la autorregulación, la planificación y la estructuración de tareas, las desarrolla en interacción con el adulto.

• LA FAMILIA COMO PRIMER AGENTE DE SOCIALIZACIÓN.

La familia garantiza la supervivencia física y aporta los aprendizajes básicos para la inserción en la vida social. Constituye el grupo primario de socialización influyendo en la identidad personal, la evolución social, la individualidad y la personalidad, además hace de intermediaria entre la sociedad y el individuo. En ella el niño crece y con sus decisiones y actuaciones determina y selecciona la apertura del mismo a otros contextos.

El ambiente familiar está determinado por la situación social y la dinámica de las relaciones intrafamiliares.

Dentro de la familia el niño conoce a los “otros” y cada uno tiene un papel y una posición particular. El modelo familiar en que viva constituye un elemento esencial en su socialización, los roles que como hombre y mujer cumplen los padres exigen cooperación, división del trabajo y reparto de autoridad en su educación.

La socialización es intensa durante los primeros años de vida. De ella y del ambiente emocional vivido dependerá el individuo adulto que surgirá. Los conflictos de la pareja reducen la empatía y perturban la comunicación. Unas relaciones deterioradas crean un clima emocional en el que los hijos aprenden modelos basados en la ambivalencia y en el amor u odio hacia uno de los progenitores.

La madre aporta al niño experiencias relacionadas con juegos verbales y juguetes, el padre con la actividad física.

El estilo de comportamiento con respecto a los hijos depende del grado de control que se ejerce sobre ellos, el tipo de comunicación que existe, las exigencias que se les plantean, y el afecto. Combinando todo ello nos encontramos con tres tipos de padres:

o Padres autoritarios: originan en los hijos desconfianza, retracción y baja competencia social.

o Padres permisivos: los hijos suelen ser inmaduros, con poca autoestima, poco responsables.

o Padres democráticos: los hijos manifiestan seguridad, competencia social, mayor responsabilidad y mejores comportamientos sociales.

Las relaciones entre hermanos están afectadas por las variables de status (sexo, orden, número). Si son del mismos sexo la interacción es cálida y se imitan los comportamientos; los hermanos mayores suelen adoptar el papel de cuidadores de los menores, más en familias numerosas.

Con el tiempo, el individuo socializado se convertirá en agente socializador, contribuyendo de esta forma al mantenimiento de la cultura y la estructura social (función reproductora de la familia).

• LA TRANSFORMACIÓN DE LA FUNCIÓN EDUCATIVA DE LA FAMILIA A LO LARGO DE LA HISTORIA.

La familia en la sociedad preindustrial era la unidad económica, el agente socializador y la responsable de la educación de sus miembros. Eran familias numerosas en las que convivían varias generaciones con una estricta jerarquía y disciplina, y en ellas la educación atendía a fines utilitarios de incorporación al trabajo.

A raíz de la industrialización del siglo XVIII, la familia pierde la exclusividad como agente socializador y escuela, fábrica, empresa, comparten esa tarea. La incorporación de la mujer al mundo laboral transforma los roles paterno y materno siendo compartidos.

La emancipación económica de la mujer, el cambio en las relaciones sexuales, el retraso en contraer matrimonio y su duración, el emparejamiento sin vínculo matrimonial, la difusión de los anticonceptivos, familias con una sola de las figuras, familias combinadas,... han tenido consecuencias directas sobre la limitación del número de hijos

Actualmente la familia comparte sus responsabilidades educativas con la escuela, donde el niño pasa gran parte del tiempo y tienen lugar relaciones con los “otros” que amplían la experiencia familiar. La comunicación entre padres e hijos ha evolucionado hacia actitudes de mayor comprensión y entendimiento.

• EXPECTATIVAS FAMILIARES RESPECTO A LA EDUCACIÓN INFANTIL.

El comportamiento del niño es una prolongación de su experiencia en el seno familiar. La familia configura ambientes integradores, estimulantes para sus miembros o bien reforzadores de tensiones y comportamientos erróneos.

• CLASE SOCIAL Y STATUS

Paralelamente al proceso de industrialización surge una necesidad de escolaridad infantil y profesional, se transforman las relaciones con los hijos y las expectativas que se tienen hacia ellos.

La familia transmitirá al niño una posición social y una cultura que le proporcionaran un sistema de valores, unas pautas de crianza, unas costumbres, unas expectativas sociales,... Esa posición social condiciona:

• Los modos y contenidos de aprendizaje, tanto en lo biológico como en lo emocional. La clase baja, en general, utiliza modelos de socialización afectiva, basados más en prácticas coercitivas que la clase media, que utiliza habitualmente aprendizajes por identificaciones afectivas más positivas.

La clase baja refleja una falta de control de los impulsos básicos y dificultad para resolver con afectividad los propios conflictos. La clase media fomenta un aprendizaje emocional basado en el dominio de los sentimientos y en una forma más socializada de expresar los mismos.

En el aspecto biosocial, los hábitos de limpieza, ritmos alimentarios,... son aprendidos e integrados en niños de clase media más tempranamente, facilitando así una integración social más precoz y menos conflictiva.

• Los patrones estimulantes, Existen diferencias cualitativas respecto al lenguaje, nivel de expectativas y rendimiento, motivación, etc., entre las diferentes clases sociales.

Los niños/as de clase baja obtienen puntuaciones más bajas respecto a sus cocientes intelectuales que los de clase media. Esto es debido fundamentalmente al tipo de expectativas a que están sometidos en su ambiente familiar.

En cuanto al lenguaje, se detecta un nivel más restringido de vocabulario en niños/as de clase baja, lo cual condiciona un tipo de pensamiento y percepción de la realidad menos conceptual y más descriptivo.

Las expectativas de logro difieren por el modo de concebirlos. La clase baja se plantea más objetivos a alcanzar en términos de oportunidad. La clase media se propone objetivo a largo plazo y pone los medios para alcanzarlos.

En relación con el rendimiento, el aprendizaje formal y en el contexto escolar, la clase baja tiene mayores dificultades por la falta de motivación, menos oportunidades de aprendizaje en general. La deserción escolar por estos motivos es mayor en la clase baja que en la media.

• GRUPO DE PERTENENCIA

Por grupo de pertenencia entendemos el grupo del cual el niño/a forma parte y en el que se dan ciertas características comunes de variada naturaleza: raza, religión, preferencias políticas, ... Desde que nacemos formamos parte de unos grupos de pertenencia, donde formamos nuestra identidad. Las aspiraciones y expectativas están influidas por esos grupos a los que pertenecemos, ya que conforman nuestro marco de referencia.

En este sentido, una de las responsabilidades de los padres respecto a la educación de los hijos, es la de potenciar y favorecer esos marcos de referencia que constituyen a desarrollar la personalidad, según las cualidades que consideren idóneas para acceder o mantenerse en un status social.

La coherencia de las pautas educativas establecidas es imprescindible para crear un ambiente estable. La clase baja suele mantener esquemas ambivalentes y poco justificados racionalmente, el tipo de disciplina es más autoritaria que permisiva y menos motivada. La clase media es más democrática, cultiva más la iniciativa individual.

• EXPECTATIVAS GENERALES

Las expectativa generales respecto a la educación infantil han tenido y siguen teniendo un fuerte crecimiento debido a numerosas razones:

• Incorporación masiva de la mujer al trabajo ha originado una nueva demanda social, la custodia de los más pequeños.

• Los agrupamientos urbanos, con la nueva estructura de familia de tipo nuclear. Las ciudades actuales hacen difícil el intercambio espontáneo entre los niños/as y, por tanto, generan la necesidad de crear nuevos ámbitos donde sea posible la socialización entre iguales.

• La necesidad de una adecuación a los nuevos requerimientos productivos: la especialización, que la familia no puede atender con sus propios medios.

Todos estos factores han planteado la necesidad de adoptar medidas destinadas a incrementar la calidad de la oferta educativa para esta etapa y la elaboración de diseños curriculares que orienten la práctica en los centros.

La reforma educativa llevada a cabo en nuestro país, la prolongación de la LOGSE y los decretos del MEC y de las COMUNIDADES AUTÓNOMAS referidos a la

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