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Agente Socializador


Enviado por   •  29 de Julio de 2014  •  2.426 Palabras (10 Páginas)  •  339 Visitas

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REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

ENKA SISTEMS C.A DIRECCIÒN DE DIPLOMADOS

DIPLOMADO EN PSICOLOGIA DE LA CONDUCTA

SAN FERNANDO EDO APURE

CASO PRÁCTICO

LA ESCUELA COMO AGENTE SOCIALIZADOR

PROF. Participante:

Edixon Castro Luís Vázquez C.I: 18.543.238

Materia:

Psicología Social.

San Fernando de Apure, Julio de 2014

INDICE

Pág.

¿En qué agente socializador recae el peso de la educación?……................ 3 – 6

¿Son los padres culpables de la mala educación de sus hijos?……..………. 6

¿Son los profesores culpables de la mala educación de sus alumnos?....... 8 – 9

CONCLUSION………………………………………………………………………... 9

BIBLIOGRAFÍA……………………………………………………………………….. 10

CASO PRÁCTICO

EDUCAR EN LA FAMILA, EDUCAR EN LA ESCUELA, ¿REALIDAD O UTOPÍA?

1. ¿En qué agente socializador recae el peso de la educación?

2. ¿Son los padres culpables de la mala educación de sus hijos?

3. ¿Son los profesores culpables de la mala educación de sus alumnos?

RESUMEN

A lo largo del desarrollo de la sociedad tareas que eran asumidas por la familia, han sido delegadas a instituciones educativas. El carácter proteccionismo del Estado puede limitar la autoridad de la familia en la toma de decisiones respecto a sus hijos, lo que engendra en los padres una actitud pasiva. La escuela no solamente sustituye a la familia, en esos aspectos, sino que a su vez organizan un mecanismo de regulación de la relación con el niño y su familia.

1. ¿En qué agente socializador recae el peso de la educación?

La familia Primera Escuela: La función educativa de la familia ha sido objeto de mucho interés para la psicología y la pedagogía general y, especialmente, para los que se ocupan de la educación y el desarrollo del niño en los seis primeros años de vida. El niño en su hogar aprenderá a admirar lo bello, a decir la verdad, a compartir sus cosas, a respetar la bandera y la flor del jardín ajeno y ese aprendizaje va a estar matizado por el tono emocional que le impriman los padres, los adultos que le rodean, por la relación que con él establezcan y, muy especialmente, por el ejemplo que le ofrezcan.

La familia y la formación de hábitos de vida: Educar correctamente al niño exige que, desde muy temprana edad se le enseñen ciertas normas y hábitos de vida que garanticen tanto su salud física y mental como su ajuste social.

El niño, en cada una de las etapas de su vida, debe comportarse de una manera adecuada, cumplimentar todo aquello que se espera de él, pero, para que así sea, es indispensable sentar previamente ciertas bases de organización de la vida familiar que le permitan tener las condiciones mínimas para lograr un desarrollo físico y psíquico adecuado. Si las personas que rodean al niño se caracterizan por ser sosegadas, tranquilas, cariñosas, el niño adquiere con facilidad el hábito de hablar en voz baja. No es lógico pedirle al niño que sea aseado si a su alrededor sólo ve personas sucias, que no cuidan de su aseo personal ni del orden y limpieza de la vivienda.

Los primeros hábitos a formar son, indiscutiblemente, aquellos que están directamente relacionados con las necesidades básicas del niño, como son: la alimentación, el sueño, el aseo, la eliminación, etcétera. Estos hábitos tan necesarios se crean a una hora fija para condicionar el organismo. El niño debe comer junto a la familia y ver esta actividad como una ocasión agradable para compartir con sus padres. Tan pronto como sea posible éstos lo dejarán comer solo. Aunque se ensucie en un inicio, no deben regañarlo, sino ayudarlo y enseñarlo, teniendo en cuenta su edad y posibilidades.

Sueño. El niño debe apreciar las horas de sueño al igual que las de alimentación como agradables. Los padres deben acostumbrarlo a dormir a la misma hora. Un niño pequeño debe dormir más de diez horas. Los padres deben saber el número de horas de sueño que el niño necesita. Estas se corresponden con su edad cronológica. Otro aspecto a considerar es la higiene personal. El niño debe aprender a cuidar su aspecto personal. Mucho debe preocuparle esto, si tiene en cuenta que vive en colectivo y que la falta de aseo molesta a todos. En el hogar se le debe enseñar a lavarse los dientes, bañarse, cuidar la higiene del cabello, peinarse, etcétera, así como del cuidado de su ropa.

La familia y la formación de hábitos sociales en el niño: Ningún padre aspira a formar un hijo que no se ajuste, por sus conductas, a la vida en sociedad. Todos quieren que sus hijos sean aceptados por sus compañeros, sean capaces y agradables, lo que les posibilite poder establecer relaciones sociales armónicas con sus semejantes. De ahí, lo importante que resulta enseñar al niño los hábitos sociales indispensables desde los primeros años.

“La conducta social que manifiestan los niños, está estrechamente influida por las normas de conducta que se practiquen en el hogar”

Es en el colectivo familiar, donde se deben aprender y practicar los hábitos y normas positivas de convivencia social. Esto es posible a través de las relaciones que se establecen entre sus miembros. Son las relaciones familiares basadas en el amor y respeto mutuos las que ayudan a formar los hábitos sociales.

Muchos padres se preocupan por crear buenos hábitos de sueño, alimentación, etc., pero, a veces, no toman el interés necesario para enseñar al hijo los mejores hábitos de cortesía y las

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