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Animación sociocultural y desarrollo cultural

ismiracoronelTutorial15 de Mayo de 2015

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ANIMACIÓN SOCIOCULTURAL Y DESARROLLO CULTURAL

Anaicel Góngora González (CV)

anaicel@ult.edu.cu

Universidad de las Tunas Vladimir Ilich Lenin

Resumen

Se valora el desarrollo cultural, reflejándose las aspiraciones y realidades de las comunidades y asumido como la realización plena y humana del hombre. De esta manera se desarrollan sus potencialidades, y creatividad a partir de la participación consciente y comprometida, con una proyección de futuro. Se refleja la importancia de la Animación Sociocultural como alternativa para proyectos de desarrollo cultural en las comunidades, en tanto ofrece la oportunidad y los espacios para que las personas se reúnan en grupos e inicien un proceso conjunto de transformaciones socioculturales que contribuya a impulsar su desarrollo cultural.

La animación sociocultural como alternativa para el trabajo cultural puede convertirse en un mecanismo que contribuya a estimular la creatividad, participación, cohesión grupal y la satisfacción de las necesidades culturales de los comunitarios. Cuenta con una serie de recursos que son eficaces para mediante la realización de acciones culturales llevar a cabo un proceso en las comunidades que contribuya a su transformación sociocultural.

Palabras clave: animación sociocultural, trabajo cultural, comunidad.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Góngora González, A.: "Animación sociocultural y desarrollo cultural ", en Contribuciones a las Ciencias Sociales, Abril 2012, www.eumed.net/rev/cccss/20/

Relación entre comunidad y desarrollo cultural.

La cultura, como sistema de procesos conscientes, se manifiesta en las comunidades como una regularidad esencial del desarrollo social y también se expresa en la relación dialéctica entre los procesos de preservación y transformación de los valores culturales en los que media la socialización de los sujetos que participan. Actualmente tiene gran importancia la satisfacción de las necesidades espirituales y como elemento de influencia directa en la producción de medios materiales de vida para la sociedad.

El término comunidad es ampliamente trabajado por los profesionales. La práctica social ha demostrado la imposibilidad de lograr viabilidad en los proyectos sociales y socioculturales de largo o mediano alcance sin la participación de los comunitarios. Sin embargo, contrario a lo que se piensa, el término comunidad es muy antiguo, ha sido instrumento de trabajo de múltiples ciencias, destacándose las Ciencias Sociales.

El vínculo comunidad-desarrollo humano es tan fuerte, que a medida que se daban pasos en la formación del hombre, se iba desarrollando también la vida en común. En este sentido Engels escribió: “El desarrollo del trabajo, al multiplicar los casos de ayuda mutua y de actividad conjunta, y al mostrar así las ventajas de esta actividad conjunta para cada individuo, tenía que contribuir forzosamente a agrupar aún más a los miembros de la sociedad” (Engels,1974:69).

Héctor Arias Herrera en su artículo Estudio de las comunidades, refiere las etapas por las que ha atravesado la relación entre hombre-comunidad. Vienen desde la Comunidad Primitiva, donde todo se trataba y resolvía a nivel de comunidad. Luego pasó por una fase de desinterés por las comunidades, que se produjo fundamentalmente con el desarrollo del estado y las naciones; esto tendió a disolver las comunidades en el todo, contribuyendo a la eliminación de costumbres, religiones, mitos, tradiciones, lenguas y dialectos con la imposición de un idioma oficial, una educación estatal, lo cual tuvo su fase más aguda en la conquista de América, donde fueron destruidas la inmensa mayoría de las comunidades de nuestros países y de África; ello implicó una serie de pérdidas irreparables.

El lugar de la comunidad en la vida del hombre está muy ligado al desarrollo de las fuerzas productivas y las relaciones de producción, y se manifiesta especialmente en las formas de propiedad. La propiedad comunitaria o territorial, predominante en los primeros estadios del desarrollo humano, fue desapareciendo a medida que se consolidaba la propiedad privada.

En la actualidad, la relación hombre-comunidad se encuentra nuevamente en una fase reconstructiva, de interacción y acercamiento positivo, que se manifiesta en tres niveles:

El nivel sociocultural: Aparentemente, la tendencia universal que se viene manifestando en los últimos años, de rechazo a lo artificial, lo sofisticado y preelaborado, y de rencuentro con lo natural, con lo sencillo y lo simple, se manifiesta también en la orientación hacia la comunidad, la pequeña población, el barrio, el hogar, la familia. El hombre busca la existencia tranquila y las relaciones sanas.

El nivel político: También muchos estados han dado pasos hacia una reorientación hacia las comunidades: en algunos casos de manera espontánea; en otros, como consecuencia del reclamo de grupos étnicos y sectores populares.

El nivel científico: Los científicos también se han volcado hacia la comunidad. Este, que era un tema casi olvidado o ignorado por la ciencia, ha comenzado a ser tratado por varias disciplinas en los últimos años; principalmente la psicología, la sociología y la medicina. Así se habla ya de psicología comunitaria, como una especialidad que se ha ido desgajando de la psicología social, de la psicología de las comunidades y de medicina comunitaria o salud comunitaria. (Arias, 2003:26)

Estos tres niveles están estrechamente relacionados; generalmente lo que motiva y atrae insistentemente al hombre común, termina por llamar la atención del político, y ocupa también al científico. Luego se producen hechos en los cuales, estos tres niveles se entremezclan, de manera tal que es difícil precisar la posición y los límites de cada uno.

Como ejemplo tenemos las jornadas internacionales sobre pensamiento comunitario, que se celebran en América Latina, y que son una expresión de la preocupación y el interés social por las comunidades, pero a su vez, manifiestan una posición política a favor del desarrollo comunitario o de la sociedad comunitaria, y se desarrollan bajo una óptica científica, de ponencias y discusiones teóricas y fundamentación conceptual.

El problema de las comunidades también ha llamado la atención de los organismos internacionales. La Organización de Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos y la Organización Mundial de la Salud, se han pronunciado en relación con el desarrollo comunitario y la salud comunitaria y han elaborado planes para fomentarlos. En 1948, la Conferencia Africana sobre administración se pronunció sobre la relación y condiciones de vida-educación del pueblo, y como consecuencia de ello, a partir de 1950 comenzaron a aparecer numerosas publicaciones sobre comunidad, estudios comunitarios, desarrollo de la comunidad, organización de la comunidad.

El origen de lo comunitario como disciplina y campo de estudio se ubica en la Conferencia de Boston en 1965, donde se oficializa la denominación de Sicología Comunitaria.

Según Héctor Arias: “La comunidad es un organismo social que ocupa determinado espacio geográfico. Está influenciada por la sociedad, de la cual forma parte, y a su vez funciona como un sistema, más o menos organizado, integrado por otros sistemas de orden inferior-las familias, los individuos, los grupos, las organizaciones e instituciones-que interactúan, y con sus características e interacciones definen el carácter subjetivo, sicológico, de la comunidad, y a su vez influyen de una manera u otra, en el carácter objetivo, material, en dependencia de su organización y su posición-activa o pasiva-respecto a las condiciones materiales donde trascurre su vida y actividad.(2003:30)

El tipo de interacción que son capaces de mantener los integrantes de una comunidad como individuos aislados, familia o grupo, organización o institución laboral o social es el elemento más importante que define sus características como sujeto social, de lo cual dependen sus posibilidades de intervención sobre la realidad comunitaria, y en consecuencia de modificación o transformación positiva de esta, tanto desde el punto de vista material como espiritual, y de sus relaciones con la sociedad.

Parte de las interacciones que pueden crearse y recrearse, a partir de los símbolos que cada miembro social, se elabora producto de sus interacciones interpersonales define su manera de entender y comunicar la realidad que acontece en torno a la comunidad en que se sienten reflejados. Conlleva a moldear a dichos individuos, representando sus intereses y buscando la transformación de lo que a su percepción es desconocido.

De forma tal las comunidades, como forma de organización de la vida cotidiana, deben proporcionarles a sus miembros determinadas condiciones para el desarrollo de sus actividades vitales. La sociedad se puede concebir como una gran comunidad, que brinda al individuo las posibilidades para utilizar el nivel de progreso material y espiritual alcanzado por ella, según sus necesidades.

Las comunidades deben trabajar por el desarrollo y perfeccionamiento del modo y condiciones de vida, por el mejoramiento del medio ambiente físico; lo que redunda en el incremento del nivel y la calidad de vida de sus miembros, donde se han de considerar especialmente los elementos subjetivos.

Cada día cobran mayor importancia los estudios comunitarios, de ahí que sea necesario remitirse a los análisis y aportes de diferentes autores. Ezequiel

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