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Aprendizaje por competencias ¿Obstáculo o facilitador?


Enviado por   •  5 de Octubre de 2020  •  Apuntes  •  2.464 Palabras (10 Páginas)  •  90 Visitas

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Aprendizaje por competencias ¿Obstáculo o facilitador?

Laura Flores Cuauhtle

     Las competencias en educación, se remontan a la década de los 90’s, lo cual implica que este concepto sea nuevo integrante de la rama de la educación. Para entonces la discusión ya se había diferenciado de la que se observaba en el ámbito laboral. Estas, se integran mediante un proceso permanente de reflexión crítica, fundamentalmente para armonizar las intenciones, expectativas y experiencias a fin de realizar la tarea docente de manera efectiva. Varían en su desarrollo y nivel de logro según los grados de complejidad y de dominio.

     Cabe recalcar que el enfoque por competencias no es un método de enseñanza, sino una manera de organizar la formación para darle más sentido y para ayudar a los estudiantes a entender por qué tienen que aprender ciertos contenidos. Estas asumen valor, significatividad, representatividad y pertinencia según las situaciones específicas, las acciones intencionadas y los recursos cognitivos y materiales disponibles, aspectos que se constituyen y expresan de manera gradual y diferenciada en el proceso formativo del estudiante.

     El enfoque por competencias ha sido desarrollado en países de la comunidad europea, como lo son Dinamarca, Alemania, España, Reino Unido, etc. Una competencia no se adquiere de manera definitiva, es necesario reforzarla constantemente, para así poder incidir en su construcción.

      Los métodos evaluativos tradicionales piden a los estudiantes repetir o replicar respuestas aprendidas de memoria o de aplicar los conocimientos frente a problemas cerrados donde hay una sola manera de contestar, por lo que no son apropiados para verificar si el estudiante ha desarrollado las competencias de su carrera.

     Uno de los métodos que a mi parecer pueden resultar eficiente al intentar comprobar las competencias de los estudiantes, sería poner al estudiante frente a una situación laboral, real y auténtica; ya sea a través de casos, proyectos simulados, juegos de rol, etc. Resultaría ser eficiente porque se sabe que la mayoría de estos métodos involucran el proceso de producción, retroalimentación, reflexión y nueva producción, fundamentales para el desarrollo de competencias.

     “El tema de las competencias es considerado como una especie de salvación a una serie de problemas que enfrenta la educación hoy en día, casi llegando a dividir la historia de la educación en dos etapas, una previa al planteamiento de competencias y otra moderna, actual, capaz de enfrentar las necesidades de una sociedad global, tecnológica y del conocimiento que es la educación por competencias.” (Competencias en educación. Corrientes de pensamiento e implicaciones para el currículo y el trabajo en el aula. Díaz-Barriga A. (2011) iiSUE vol. II Num. 5).

     Las reformas del sistema educativo mexicano emprendidas en la última década y que comprenden todos los niveles tienen un elemento en común: un currículo con un enfoque basado en competencias. Al igual que en otros países, en México estamos viviendo una efervescencia por las competencias; no obstante, la confusión y la incertidumbre parecen ser el signo distintivo de estas reformas. Es cierto que el concepto de competencias es polisémico y complejo, que no existe una teoría unificada que sustente este enfoque y que carecemos de experiencia en la puesta en práctica de un currículo basado en competencias. Si a esto le sumamos la dificultad propia que entraña la evaluación del aprendizaje, diremos que las condiciones están puestas para que la ambigüedad y el desconcierto reinen en los centros educativos, tal como está sucediendo. Este artículo tiene como objetivo contribuir al debate teórico actual en torno a la evaluación de competencias, así como aportar algunos rudimentos de tipo metodológico que permitan a los profesores mejorar sus concepciones y prácticas de evaluación.

     Las reformas del sistema educativo mexicano puestas en marcha en la última década abarcan todos los niveles, desde preescolar hasta la universidad; dichas reformas tienen un elemento común que comparten todos los tramos de enseñanza: un currículo con un enfoque basado en competencias. Este proceso de transformación se ha emprendido sin encontrar serios obstáculos, la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) (SEP, 2008a), y otras veces, ha causado ámpulas en ciertos sectores y grupos de investigación educativa, como con la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) para la primaria (SEP, 2008b).Durante este periodo, sobre las competencias, se han organizado un sinfín de foros académicos, tanto nacionales como internacionales, a lo largo y ancho del país.

     El enfoque de competencias que se ha promovido desde las instancias oficiales ha sido poco consistente, a partir del momento en que se pone en marcha un ambicioso proyecto de reforma sin tener un sólido programa de formación continua para maestros en servicio de acuerdo con el nuevo enfoque. También ha habido retraso en el diseño y la oportuna difusión de materiales didácticos que apoyen el trabajo de los docentes en el aula, según el cambio operado en los planes y programas de estudio de educación básica. Además, la evaluación del aprendizaje efectuada mediante pruebas nacionales (por ejemplo, Enlace) no parece medir competencias -al menos no las más complejas-, ya que existe consenso entre los especialistas en evaluación en que las pruebas escritas son un instrumento poco efectivo para este fin, por citar sólo algunas carencias y contradicciones.

     Aunque se sabe que el concepto de competencias es polisémico y complejo, no existe una teoría unificada que sustente este enfoque y que carecemos de experiencia en la puesta en práctica de un currículo basado en competencias. Si a este embrollo le añadimos la dificultad propia de la evaluación del aprendizaje, diremos, sin temor a equivocarnos, que las condiciones están dadas para que la ambigüedad, la perplejidad y el desconcierto reinen en los centros educativos, tal como parece que está sucediendo en muchos de ellos actualmente.

     La evaluación es un elemento clave e indispensable del proceso formativo por las consecuencias e implicaciones que tiene para el alumno, el docente, el sistema educativo y la sociedad. Justamente, este artículo tiene como objetivo contribuir al debate teórico actual en torno a la evaluación de competencias, así como aportar algunas herramientas de tipo metodológico que permitan a los profesores mejorar sus concepciones y prácticas de evaluación.

    Diversidad de las escuelas de pensamiento en relación con el enfoque de competencias en la educación

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