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BORRADOR TRABAJO ACADÉMICO


Enviado por   •  27 de Febrero de 2019  •  Tesinas  •  1.342 Palabras (6 Páginas)  •  120 Visitas

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BORRADOR

EL ANSIADO/ESPERADO/NECESARIO/INEVITABLE (¿?)CAMBIO DE LA EDUCACIÓN LITERARIA EN EL AULA

González Manteca, R.

Universidad de Alicante

2015

RESUMEN

(lo dejo para el final, cuando tenga todo el cuerpo redactado, para intentar no repetirme)

PALABRAS CLAVE: (ídem)

INTRODUCCIÓN

Durante los cuatro largos años de carrera universitaria nos enseñan, o más bien nos dictaminan que la didáctica, sea de la disciplina que fuere, se basa fundamentalmente en saber qué, cómo, cuándo y por qué enseñar y, por supuesto, cómo evaluar tanto el proceso como los objetivos marcados.  Es decir, nos inculcan casi un modelo perfecto de diseño de contenidos y objetivos que nos crean una falsa seguridad de cara a la práctica docente. En la teoría todos estos elementos encajan a la perfección pero, ¿qué ocurre realmente cuándo nos enfrentamos a un grupo determinado de alumnos? ¿Funcionan esas planificaciones que a veces ni nosotros mismos entendemos pero que sirven para cumplir con el expediente? Creo, sinceramente, que nos hemos olvidado de una parte fundamental: ¿para qué van necesitan todos esos contenidos? ¿Cómo y cuándo harán un uso real y eficaz de ellos? (No sé si realmente esto sería una introducción o un resumen. Bajo mi punto de vista, esta introducción pretende captar la atención del lector y crearle la necesidad de “saber más acerca de”)

¿POR QUÉ ES NECESARIO EL CAMBIO? (¿AMPLIAR MÁS O ES SUFICIENTE? TODO ESTO FORMA PARTE DE MI MLP Y DE UNA INEVITABLE OPINIÓN PERSONAL. En este apartado hago mención a dos aspectos: )

  • Repetición de modelos tradicionales: positivos o negativos

Muchas veces nosotros mismos nos dejamos llevar por la idea de que si nuestros alumnos no aprenden determinados contenidos lingüísticos o literarios nuestra función en el aula se reduce a un simple acompañamiento en su desarrollo. Ciertamente, ese acompañamiento, el poder llevarles de la mano por el camino de su educación literaria, será el que nos permita conseguir con mayor o menos éxito los objetivos propuestos. Si echamos la vista atrás a nuestras propias vivencias como alumnos, seguramente nos demos cuenta de que la mayoría de conocimientos y conceptos propiamente dichos que aprendimos, o en ocasiones solo memorizamos, se perdieron por el camino. Otros no, están ahí aunque nosotros no los recordemos y tendríamos que hacer uso de nuestra MLP para recuperarlos. Quizás esto pasó porque realmente no los utilizamos. No hicimos un uso práctico de ellos, no los incorporamos a nuestra vida. No los hicimos nuestros. Eran del profesor, válidos y necesarios, por supuesto, pero dejados en el olvido tras la entrega de un trabajo o la realización de un examen.

Hoy en día esto es algo que sigue sucediendo en las aulas. En la universidad nos alertan de este peligro, pero es difícil huir de esta tendencia cuando sigue estando tan latente y finalmente te sientes un líder revolucionario en tierra hostil.

La clase de lengua y literatura no debería tratar de “alimentar” al alumno de contenidos propiamente literarios, sino que deberíamos hacer uso de ellos para poder adaptar y seleccionar nuestras actividades en el aula para que, a largo plazo, alcancen esos saberes literarios que consideremos oportunos. Y creo que, fundamentalmente son dos: aprender a leer y escribir literatura y disfrutar de ella.

No nos debemos centrar tanto en qué aprenden los alumnos (es decir, en los conocimientos) sino en cómo aprenden (en cómo se desarrolla ese conocimiento). En esta línea podríamos afirmar que el objeto último de las enseñanzas literarias es cómo se desarrolla el conocimiento literario en nuestros alumnos y cómo ese conocimiento permite (o no) desarrollar otras destrezas en ellos.

El modelo tradicional de enseñanza de la literatura se basa en el aprendizaje de etapas literarias, corrientes, autores y obras más destacadas. Y así debe aunque no quede del todo claro cuál es su objetivo ni cómo contribuye realmente a la formación del alumno. Pero aunque hablemos de este enfoque como un modelo “anticuado” observamos que a día de hoy sigue llevándose a cabo en más de un aula.

  • Dificultad de los nuevos enfoques

¿Por qué sigue ocurriendo esto? Uno de los motivos principales es la dificultad que se nos plantea ante un nuevo enfoque. Ya no sirve dejarse llevar y repetir los modelos que hemos visto en antiguos profesores o en los actuales compañeros. Supone dar un paso más, o quizás veinte. Subir una empinada escalera, seguramente sin compañía alguna.

Una de las primeras cosas que deberíamos hacer es mirarnos al espejo y vernos a nosotros mismos, nuestra esencia como docente y no buscar recetas milagrosas que lo único que consiguen es que continuemos copiando modelos equívocos que nos impiden avanzar en esta nueva andadura.

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