CALIDAD DEL SERVICIO FARMACEUTICO EN COLOMBIA
CharmAngel23 de Enero de 2013
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INTRODUCCION
En Colombia el mejoramiento de la asistencia médica se ha convertido en una obligación, ya que casi todos los pacientes y profesionales de la salud saben que la atención médica podría ser mejor.
Tal y como ha sucedido en otros campos de la ciencia en los que se han producido cambios sustanciales y a una gran velocidad, en el mundo farmacéutico ha ocurrido lo mismo. Es por lo que en la actualidad se comercializan decenas de miles de fármacos, lo que hace que en ocasiones, el manejo no sea el más adecuado. Debido a esto se ha generado la necesidad de que se tomen acciones al respecto para lograr un uso racional de estos, y de que los profesionales farmacéuticos sientan la necesidad de buscar programas de mejora en la calidad de asistencia.
La calidad es un concepto clave hoy en día para los servicios sanitarios y la Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como: un alto nivel de excelencia profesional, un uso eficiente de los recursos, un mínimo de riesgos para el paciente y un impacto final en la salud.
Los fundamentos de la calidad son el conjunto de principios, métodos y estrategias que intentan movilizar a los profesionales, con el propósito de ofertar buenos servicios y conseguir la satisfacción del cliente al menor costo posible.
Las instituciones o servicios, conjuntamente con sus profesionales, tienen que abordar el concepto de calidad de forma particularizada. Es preciso conceptualizar qué se entiende por calidad en los servicios que cada organización da a sus clientes, en resumen, ella debe ser definida para medirla y cuantificada para poder, después, mejorarla.
1. GESTION DE SERVICIO FARMACEUTICO
Es un conjunto de principios, procesos, procedimientos técnicas y practicas asistenciales y administrativas, esenciales para reducir los principales riesgos causados con el uso innecesario o inadecuado y eventos adversos presentados dentro del uso adecuado de medicamentos, que deben aplicar las Instituciones Prestadoras de Servicio de Salud, publicas y privadas, establecimientos farmacéuticos y personas autorizadas, respecto al o los procesos autorizados en la prestación del servicio farmacéutico.
Es característica fundamental del modelo de gestión del servicio farmacéutico, la efectividad, el principio de colaboración y el compromiso de mejoramiento continuo.
2. ANTECEDENTES EN LA GESTION DE LA CALIDAD EN EL AMBITO ASISTENCIAL
Las prácticas contemporáneas para mejorar la calidad en las instituciones sanitarias tienen 3 orígenes fundamentales: el método científico, las asociaciones de profesionales y los modelos industriales.
Estas 3 áreas tienen influencia sobre los programas de gestión de calidad, cuyos métodos asocian el método científico tradicional utilizado por los profesionales de la salud, con actividades de garantía y control de calidad definidas por estos profesionales de la salud con modelos que surgieron de la industria manufacturera.
La calidad es considerada hoy una variable esencial por la mayoría de las organizaciones en general. No es posible hablar de buena gestión en un centro o servicio sanitario, si no se incorpora un sistema de mejora continua de la calidad, ya que hay suficiente evidencia para afirmar que, los programas de calidad son un instrumento para elevar la eficiencia clínica y económica.3
Los ciudadanos exigen cada vez con más fuerza un servicio de salud de calidad, lo que ha conducido a que la satisfacción de sus expectativas haya llegado a ser un componente crítico. Puede afirmarse que la calidad es hoy un valor social.
Así pues, las organizaciones se ven obligadas a disponer de un sistema de calidad que asegure la atención permanente a este atributo de la atención sanitaria y a ponerlo de manifiesto ante sus clientes y competidores como un elemento de seguridad y de imagen externa.
Esto ha provocado una larga carrera hacia la acreditación y evaluación externa por entidades que puedan dar fe de ello: así se tiene a la Organización Internacional para la Estandarización.
Los Servicios de Salud y sus profesionales tienen además, una responsabilidad que va más allá de las cuestiones de eficiencia, debido a la naturaleza misma del tipo de servicio que prestan y por el carácter público de estos, la calidad es por tanto una exigencia ética. Eso hace que todos los profesionales que trabajan en dichas instituciones, tengan la obligación moral de cobrar conciencia sobre el valor ético de la labor social que desempeñan y del lugar que ocupa "su ciencia" dentro de la sociedad.6
Los sistemas de acreditación o evaluación externa de las organizaciones sanitarias se originaron por la necesidad de los profesionales de establecer mecanismos efectivos para garantizar niveles de calidad asistencial. La referencia más antigua es la de los Estándares Mínimos del Colegio Americano de Cirujanos de 1917. En 1951, otras Asociaciones de Profesionales se sumaron a la iniciativa de los cirujanos y se constituyó la Comisión Conjunta de Acreditación de Hospitales (en la actualidad Comisión Conjunta de Acreditación de Organizaciones de Salud). Desde entonces esta institución ha venido desarrollando normas y procedimientos de auditoria que inicialmente también se aplicaban a hospitales canadienses, aunque estos tienen desde 1958 su propio sistema con grandes similitudes al norteamericano. Más recientemente, otros países como Australia y el Reino Unido han implantado sus sistemas de acreditación.
Las normas que se han venido aplicando en los sistemas de acreditación en estos países estuvieron dirigidas, en un primer momento, a evaluar la estructura y el proceso, por la dificultad de definir el resultado de los servicios sanitarios. En la actualidad, la tendencia clara es a centrarse principalmente en los procesos (de gestión y asistenciales) y en los resultados que se obtienen, haciendo énfasis en la perspectiva del paciente.
Actualmente los sistemas de acreditación están evolucionando en el sentido de hacer accesibles al público los resultados sobre la calidad de la asistencia sanitaria prestada y se han iniciado nuevas líneas de trabajo mediante las que se intentan incluir indicadores clínicos en el proceso de acreditación, para lograr una mayor implicación de los profesionales en la mejora de la calidad e intentar buscar formas satisfactorias de comparación entre hospitales. Esto brinda la posibilidad de que se establezca un compromiso social mucho más fuerte entre los profesionales de la salud y los pacientes, que en fin de cuentas representan a la sociedad.
Estos sistemas, a través de las distintas revisiones, han ido confluyendo con los modelos generales (ISO, JCI y EFQM) y se basan en los mismos principios, llamados de excelencia o de calidad total y que incluyen aspectos como: la orientación al cliente, el liderazgo, la participación de las personas (llámese clientes externos e internos de la organización), la gestión por procesos, la mejora continua y la toma de decisiones basada en hechos.
Si se desarrolla cada uno de ellos en normas, criterios o estándares, se obtendrá un modelo de acreditación o de evaluación externa. La cuestión es, por tanto, comprobar en qué medida están presentes en los servicios y centros sanitarios los referidos principios.
Todos los sistemas se fundamentan en las premisas siguientes:
• Son procesos de evaluación externa, basado en normas, criterios o estándares públicos, cuyo propósito es mejorar la calidad de los servicios que se prestan.
• Estas normas son renovadas y puestas al día de manera regular (cada cierto número de años) por un órgano independiente con capacidad de generar consenso.
• En general, los modelos son voluntarios (aunque en los sistemas sanitarios de financiación pública empiezan a ser obligatorios en algunos países).
• Son instrumentos de mejora de la calidad en sí mismos, pues los estándares son una guía para el diseño estructural y la organización funcional de los servicios, lo que los convierte en un elemento de utilidad para las administraciones sanitarias y los responsables de estos.
• Están orientados a la mejora continua (no se trata de superar una auditoria) y tienen una misión incentivadora de la calidad.
• Son un elemento de prestigio, de seguridad y de responsabilidad social.
La definición de criterios y estándares de calidad para los servicios asistenciales, puede permitir evaluar la calidad de estos y establecer acciones de mejora. Es, sin ningún género de duda, una oportunidad para dinamizar y motivar a los centros y servicios hacia la mejora de la calidad.
3. CALIDAD EN LOS SERVICIOS FARMACEUTICOS HOSPITALARIOS
La relación de los farmacéuticos de hospital con la calidad, no es algo nuevo y su propia preparación académica hace que estén relacionados a través de diferentes disciplinas con técnicas de control de calidad desde la universidad, durante la formación de pregrado y posgrado, se le introduce la necesidad de asumir la profesión con plena responsabilidad social, por las implicaciones que tiene esta en la salud de las personas.
Desde que en 1965 Donabedian desarrollara su conocida estrategia sobre evaluación de la calidad asistencial basada en la estructura, los procesos y los resultados y la Comisión Conjunta estableciera, en los primeros años 60 del pasado siglo, sus programas de evaluación de la calidad de la atención al paciente, entre los que se incluía el estudio de la utilización de medicamentos ( ASHP; 1996), han sido numerosos los autores farmacéuticos, que han descrito las revisiones de la utilización de medicamentos,
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