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CASO: “¿Lo estarán haciendo bien?”


Enviado por   •  22 de Noviembre de 2016  •  Ensayos  •  6.262 Palabras (26 Páginas)  •  244 Visitas

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UNIVERSIDAD RICARDO PALMA

Facultad Ciencias Económicas Empresariales

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TALENTO HUMANO I

CASO: “¿Lo estarán haciendo bien?”

Alumno:   Ximena Yi Casas Chipana  

Profesor:    Juan Luis Yto Yto

2016-II

RECOPILACION DE DATOS

Felipe Torriti, de 59 años de edad, es un prominente empresario con gran visión de futuro y buena disposición para emprender nuevos negocios, sobre todo aquellos innovadores y poco explorados, es decir, los que tienen un componente de riesgo. Se graduó como contador auditor en una prestigiosa universidad del país. Desde muy joven siempre estuvo acostumbrado a enfrentar nuevos retos y a incursionar e innovar en diversos negocios, tanto desde su puesto de joven ejecutivo en uno de los bancos más prestigiosos del Perú, como cuando ejercía, por un lado, el cargo de director gerente general de una importante fábrica  textil y ocupaba, al mismo tiempo, el cargo de presidente del gremio textil más importante del país.

Actualmente participa de manera activa como presidente y director de diversas empresas, algunas dedicadas a la exportación de café y azúcar, así como tiene inversiones en bienes raíces e instituciones educativas y también preside una importante ONG de apoyo social. Felipe puede desarrollar diversas actividades porque siempre busca rodearse de profesionales capacitados, en quienes confía y a quienes delega responsabilidades.

En los primeros meses de 1997 decidió dejar, finalmente, la actividad textil, aunque nunca se desvinculo totalmente pues, por sus conocimientos, le solicitaron seguir vinculado al gremio. Antes las disposiciones que comienza a dictar el gobierno para incentivar las inversiones en el sector agrícola y  la promulgación de la Ley de Tierras, comienza a investigar cómo desarrollar un negocio vinculado al agro que sea innovador y no éste muy desarrollado en el país.

Le motivó además, la disposición de diversos terrenos de cultivo en zonas cercanas a Lima. Se interesó especialmente en zonas de cultivo que estaban siendo rematadas en los alrededores de Huaral, a hora y media de Lima, pues este valle poseía un clima adecuado para establecer un invernadero natural. Por estas razones, realizó diversos viajes y visitó ferias en diversas partes del mundo, con el fin de investigar sobre el tipo de negocio agrícola que debería establecer.

En sus investigaciones conoció a un técnico chilena – israelí que le preparó un proyecto de prefactibilidad para desarrollar el ‘Cultivo de vegetales en invernaderos hidropónicos’, el cual no consideró viable por tratarse de una inversión sumamente elevada (más de US $2 millones); no obstante, pensó que establecer ese sistema de cultivo en el país sería una importante innovación tecnológica, ya que se desarrollaría un mercado no explotado aún.

Continuó investigando sobre el tema y conoció a un joven profesional en Administración de Empresas, Gonzalo Guzmán, de 32 años de edad, quien alternativamente a su profesión, de manera autodidacta, había desarrollado su capacidad innata de investigación centrándose en los métodos de cultivo tecnificado altamente productivo. Gonzalo era el tipo de persona que defendía las bondades de su proyecto mientras alguien no le demostrara que estaba en un error. En este caso, hasta la fecha, no hubo quién pueda hacerlo.

Gonzalo había comentado sus investigaciones a diversas personas entendidas en el cultivo de vegetales, quienes se mostraron escépticas ante las posibilidades de conseguir las altas productividades que decía haber conseguido. Les parecía poco creíble que con una relativa baja inversión se pudiera obtener la alta productividad que venía logrando –demostrada hasta ese momento en muy pequeñas producciones- y sobre todo, en la tecnología propia desarrollada, que sus estudios demostraron se adaptaba especialmente para la realidad peruana.

Gonzalo le comentó a Felipe acerca de sus investigaciones en el desarrollo de este tipo de cultivo agrícola altamente productivo y tecnificado, el cual, como Felipe comprobó antes, estaba poco desarrollado en el Perú y Latinoamérica.

Hasta esa fecha existían diversos centros de cultivo de vegetales que utilizaban el método hidropónico, pero ninguno que además fuera producido en un invernadero, es decir, es un ambiente cerrado, totalmente ecológico, a temperatura y humedad ideales y que contara con la intensidad de luz y el paso de rayos ultravioletas necesarios para el buen desarrollo de los vegetales (tanto en color como sabor, tamaño y propiedades alimentarias).

Felipe ya sabía de este tipo de cultivos, pero no tenía idea a ciencia cierta si se trataba de una tecnología fácil de  implementar en el país. Todo  ello le pareció muy interesante y sobre todo, un nuevo reto. Acordaron encontrarse nuevamente para hablar más detalladamente acerca de la posibilidad de iniciar una empresa en Perú que se dedicara al cultivo de vegetales hidropónicos en invernaderos.

Lo primero que hizo Felipe, en uno de sus viajes, antes de regresar a Lima, fue adquirir la mayor cantidad de bibliografía posible –que no era muy variada- acerca del proceso hidropónico en invernaderos. Consiguió libros en Buenos Aires y Estados Unidos, los cuales estudió y analizó como en sus mejores épocas de estudiante. En poco tiempo ya estaba preparado para una nueva reunión con Gonzalo y podría discutir del tema como si fuera el más experto en la materia. Estar en la oficina con él y escucharlo hablar de su próximo proyecto era muy motivador y contagiaba su entusiasmo.

Estaba claro que Felipe había tomado la decisión de establecer una empresa agraria que se dedicase al cultivo de vegetales hidropónicos de invernadero desde el primer momento que escuchó hablar del tema. En una oportunidad dijo lo siguiente:

Felipe: Martín no te imaginas lo interesante que es este sistema de cultivo tecnificado y la forma como aumenta el rendimiento de la producción por el solo hecho de hacerlo en un invernadero llevado adecuadamente y en las mejores condiciones.

Martín: No lo dudo Felipe, pero me pregunto si será posible importar este tipo de tecnología tan sofisticada al Perú, sobre todo si piensas ponerlo en un terreno que tiene solo una hectárea.

Felipe: Eso no es lo que me preocupa realmente, pues si importar los equipos para el sistema resulta ser una inversión muy elevada, solo traeremos los equipos principales y a las demás instalaciones la realizaremos en el Perú. Aquí hay muy buenos ingenieros, además Gonzalo lo ha diseñado y conoce perfectamente cómo implementarlo.

Felipe se reunió nuevamente con Gonzalo y acordaron formar la Compañía Agraria del Norte – Vegetales de invernadero S.A.; Gonzalo sería gerente general y sus obligaciones serían:

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