CIUDADANIA: ORIGENES, HISTORIA Y PERSPECTIVAS NUEVOS AMBITOS, COMPLEJIDADES Y TENSIONES EN EL ESTADO NACIÓN
denisaraque7 de Noviembre de 2012
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Orígenes Políticos y Socio- Históricos de la Noción de Ciudadanía:
La ciudadanía es el resultado de unas clases de construcciones sociales donde los diferentes aspectos han evolucionado a través de los siglos. Durante la Antigüedad, ser ciudadano se podía expresar por el acceso al derecho civil y a la decisión política. Reencontrada la doctrina de la ciudadanía durante el Renacimiento por el regreso al ideal republicano, no será elaborada verdaderamente bajo su forma moderna sino hasta el siglo XVIII, y se inscribirá en la historia con las revoluciones americana y francesa. Estas revoluciones desarrollaron una concepción emancipadora de la ciudadanía en ruptura con la noción de << sujeto >> que era una expresión de una ciudadanía de la sumisión.
Dentro de la república moderna, los derechos sagrados civiles son, sobre todo, la expresión de <<Los derechos sagrados y naturales del hombre>> reconocidos a todos, como lo proclama la declaración francesa de 1879; pu8eblo por medio del sufragio universal. Sin embargo, habrá que esperar hasta 1944 cuando en Francia sea instaurado el sufragio universal tanto para hombres como para mujeres. La esencia de la ciudadanía es ante todo política, ya que ella se manifiesta por la participación en el poder. Pero reducir la ciudadanía a su aspecto político sería olvidar que la ciudadanía política se ha situado siempre como prolongación de un nexo social condicionado; éste se construye a través de la participación del individuo en un intercambio social, relevado por la familia y el medio de trabajo. La noción de ciudadanía social será desde ahora forjada.
Históricamente, la ciudadanía se ha construido aparentemente sobre una lógica de la inclusión, supuesta a incluir al mayor número, pero tanto por procesos como por situaciones, generalmente no expresados, favorecen los procesos de exclusión; es así como el principio de las nacionalidades ha permitido dejar atrás a las monarquías, y la nación ocupa el lugar del monarca, es decir, el lugar de la soberanía. Al mismo tiempo, este principio elude el problema de la soberanía popular y su definición, puesto que rechaza la idea de una república universal.
Más concretamente, desde el origen de la ciudadanía, algunas poblaciones han estado excluidas (los pueblos colonizados, los pobres, las mujeres, los analfabetos…)
La ciudadanía, entonces, se ha desarrollado sobre la base de las exclusiones, que en realidad le son constitutivas, y ante la evolución de esta noción, hoy ampliada no solamente a la vida política si no también a la social y la cívica, la ciudadanía parece revestir aplicaciones diferentes bajo condiciones diversas.
Después de los años Jules Ferry, hasta los comienzos de la década de los setenta, la escuela tenía una misión ciudadana a largo plazo: estaba encaminada a formar los ciudadanos del mañana para responder a la voluntad inicial de unificación política y social de la Tercera República; sus resultados en este dominio no se hicieron visibles sino muchos años más tarde,
A partir de los comienzos de la crisis económica y luego social, la ciudadanía tiende a ser el remedio implícito, vista mágica a la crisis de la escuela; a sí mismo, ella deberá traer las bases de la resolución de los problemas sociales al mismo tiempo que deberá afrontar los suyos propios: degradación de la autoridad educadora, el cuestionamiento de su misión y la de los educadores por parte de las familias, donde el síntoma más revelador es la violencia.
Perspectivas Teóricas Sobre l Noción Sociedad Civil:
La perspectiva sociológica de Joel Roman abre una tercera vía de la reflexión al distinguir tres niveles de ciudadanía:
El primer nivel sería el de los derechos del hombre, del conjunto de los derechos de los cuales son titulares los individuos (es la protección del individuo proveniente de lo jurídico y que le es ofrecida no importando cuál sea la comunidad política a la que pertenece, tiene una dimensión trasnacional y le garantiza que pertenece, tiene una dimensión transnacional y le garantiza un minuto de derechos para ejercer su ciudadanía).
Pertenencia a una comunidad política(Los individuos son ciudadanos en la medida en que ellos son conciudadanos de una misma nación; es decir, son miembros de una comunidad política inscriptos dentro de una relación lateral los unos con los otros antes de ser situados dentro de una relación vertical con el Estado; las ciudadanías se manifiestan por el ejercicio del derecho al voto y de la sociedad).
El tercero sería el de la participación, el de la democracia participativa y el nivel de liberación(a este nivel, las pertenencias son vistas como compromisos de naturaleza diversa: vida asociativa, sindical, democracia activa, en el sentido que ella corresponde a una capacidad de los individuos de asociarse a otros y de ser junto con otros portadores de propuestas, de proyectos, de un cierto número de reivindicaciones; esto implica la existencia de un dispositivo de visibilidad mutua de los grupos sociales o de un dispositivo de acceso a un espacio común de visibilidad, y de la conciencia de pertenecer a una comunidad al mismo tiempo que la expresión de la voluntad de un compromiso cívico).
CIUDADANÍA Y ESTADO:
Las relaciones entre la sociedad y el estado han cambiado demasiado y en poco tiempo, y entonces se han tenido que replantar dichas relaciones porque, además, estos cambios no han venido solos, sino acompañado de una ideología neoliberal ,que ha vuelto a identificar ,casi exclusivamente, ciudadanía con propiedad o con mercado, y donde se propugna un estado reducido al máximo. Es normal que, si se cambian los términos de referencia se cambian los puntos de interés. Pero esta ideología, que se intenta reproducir dos siglos después, viene también acompañada de los cambios y de las conquistas que se han producido en estos dos siglos. Ahora, ni el más liberal puede sacar de su s programas algunos derechos.
La ciudadanía no se puede explicar sin proceso de individuación, donde las relaciones jerárquicas dejan de hacernos uno más en la comunidad; pero, demás, el proceso nos va haciendo personas, esto es con determinado roles ante la sociedad, y que nos confieren identidad y solidaridades, que hacen unos años estaban determinado por el mundo de trabajo. Vicente Santuc afirma que el proceso de ciudadanía nos va diciendo “sé persona”, afírmate como tal. Por eso, para Eduardo cásares, “la ciudadanía es la relación por excelencia del hombre moderno de cara a la cosa pública”, que exige a la vez autonomía, el valerse por uno mismo. “ser ciudadano es una forma de entenderse, una clave semántica que, convive con otras en este conglomerado de sociedades y tiempos que es el Perú de hoy”.
CIUDADANÍA Y DEMOCRACIA.
El tema de la ciudadanía y su relación con la forma democrática de gobierno, se constituyo en uno de los ejes centrales del debate sobre la transición democrática que comenzó en America Latina durante la década del 80: el ciudadano es el sujeto fundamental de la democracia.
Sin embargo, este principio en la tradición que vincula la figura del ciudadano con el origen y consolidación de los estado nacional en la Europa del siglo XVIII.
Según Bendix (1974) ”a partir de un estado de la sociedad en que la mayoría de las personas eran consideradas objetos del gobierno, las sociedades de occidente han avanzado sin pausa hacia un estado en que los derechos de la ciudadanía son universales”.
En la actualidad, la relación ciudadanía-democracia mantiene, por un lado, aspectos históricos que define al sujeto- ciudadano, a la vez que se cuestiona aspectos sustánciales del ejercicio de la ciudadanía, vinculado a la reformulación del rol del estado y a la calidad del régimen democrático en el marco del proceso de globalización.
En los nuevos escenarios de democratización latinoamericana, el concepto de ciudadanía recupera contenidos tradicionales vinculados a tres enfoques (Hopenhayn, 2001):
Liberal- democrático, asociados a los derechos de primera y segunda generación: civiles y político.
Social- democrático, que se extiende a los derechos de tercera generación: económico sociales y culturales.
Republicano, vinculado a mecanismo de pertenencia del individuo a una comunidad o nación, a la participación en la cosa publica y en la definición del proyecto de sociedad.
La soberanía.
La soberanía es un concepto que define en torno al poder y se comprende como aquella facultad que posee cada Estado de ejercer el poder sobre su sistema de gobierno, su territorio y su población.
Ciudadanía.
Se define como una condición social de un miembro nativo o naturalizado de una ciudad o Estado. Posición de miembro de un Estado con derechos y deberes definidos. Podemos definir ciudadanía como un status jurídico y político mediante el cual el ciudadano adquiere unos derechos y deberes como individuo (civil político, social).
CIUDADANÍA Y SOBERANÍA:
Reconociendo que el concepto de ciudadanía se remonta a la génesis de la filosofía política occidental, no obstante, aquí interesa enmarcar su análisis con el advenimiento de la modernidad. En efecto, la ciudadanía representa la lucha por el ejercicio de derechos en referencia a una determinada forma de organización jurídico- institucional. Esto significa que en su construcción los actores
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