COMPARATIVA ENTRE KEVIN LYNCH Y GORDON CULLEN

Universidad de Costa Rica

Facultad de Ingeniería

Escuela de Arquitectura

AQ-0277 Teoría de la Arquitectura I

DISERTACIÓN FINAL

La idea planificada de “La imagen de la ciudad” de Kevin Lynch,

VS.

La idea de la lectura sensible del “Paisaje urbano” de Gordon Cullen

David Fernández Salas

B42552

Prof.: Arq. Jafet Segura Amador

Arq. Marilú Vargas López

Grupo 01

I-2017

Índice

Resumen

        La presente disertación consiste entre las ideas de una ciudad planificada de Kevin Lynch en su libro “La imagen de la Ciudad” (1959) y la idea de la lectura sensible de Gordon Cullen en su libro “El paisaje Urbano” (1974). Es importante tener una visión clara del contexto en el que se desarrollaron ambos libros y tener presente la diferencia de 15 años que hay entre ellos.

Después analizar los argumentos me inclino más a las ideas que plantea Cullen, ya que diferencia de Lynch, él plantea que la experiencia emotiva del observador sea enriquecida, en cambio para Lynch es importante la eficacia y la funcionalidad de la Ciudad, pero antes de poder definir cuales argumentos son válidos y cuáles no lo son, es mejor poder sacar lo mejor de ambos y unificarlos, y poder mejorar la experiencia en la Ciudad, para que cada persona pueda experimentar nuevas sensaciones y volver amena su estadía en ella.

Palabras clave

Escala, ciudad, experiencia, observador, sensación, imagen, funcionalidad.

La idea planificada de “La imagen de la ciudad” de Kevin Lynch, VS. La idea de la lectura sensible del “Paisaje urbano” de Gordon Cullen

“Una ciudad es más que la suma estadística de sus habitantes.”

Cullen,1974

“Una ciudad es una construcción en el espacio (…) en vasta escala.”

Lynch,1959

Introducción

El presente documento trata en una relación sobre la forma en que la ciudad se organiza y se plantea y la manera de como el observador se apropia de la misma.

Para poder llevar a cabo esta disertación se expondrán a dos autores, por un lado, está al urbanista y escritor estadounidense Kevin Lynch que plantea que una ciudad debe ser proyectada con la idea de poder orientar a las personas, mediante una ciudad funcional, ordenada y organizada, siempre teniendo presente la parte técnica.

Por otra parte, está el arquitecto, escritor y consultor en planificación urbana el Inglés Gordon Cullen, el cual se enfoca en temas como el arte del paisaje, analiza la yuxtaposición y el contraste de las imágenes y como estas generan emociones al observador.

Seguidamente se encontrarán argumentos en común o en confrontación entre ambos autores y en la última parte se procederá a manifestar una posición personal sobre los temas tratados a partir de la experiencia que se ha tenido como estudiante de Arquitectura.

Desarrollo

Primera parte.

Kevin Lynch afirma que la “imagen del medio ambiente” es una combinación de todos los sentidos y es experimentada en relación con sus contornos y acontecimientos anteriores, y que nada se puede experimentar por sí mismo “así establecemos vínculos con partes de la ciudad y su imagen está embebida de recuerdos y significados”. (Lynch,1959). Lynch define la “legibilidad de la ciudad” como la “facilidad con que pueden reconocerse y organizarse sus partes en una pauta coherente (…) Una ciudad legible sería aquella cuyos distritos, sitios sobresalientes o sendas son identificables fácilmente y se agrupan, también fácilmente, en una pauta global” (Lynch,1959). De este le va relevancia a la tecnicidad de la misma Ciudad.

Lynch define “la estructuración y la identificación de la Ciudad” mediante claves sensoriales del medio exterior, lo cual es importante para la “eficacia y la supervivencia de la vida de libre movimiento” y evitar perderse, permitir que el usuario se pueda actuar de la manera que desee en su medio ambiente.  Lynch señala que la “orientación” es “la representación mental generalizada del mundo físico exterior que posee un individuo”, si es una “imagen nítida” permite desplazarse fácilmente, actúa como un amplio marco de referencia y organizador, proporciona símbolos a la colectividad y seguridad emotiva al individuo. Si ese medio ambiente además de legible es característico, realza la profundidad y la intensidad potenciales de la experiencia humana.

Lynch destaca que, aunque el elemento laberintico tiene cierto valor en el medio ambiente, se deben dar dos condiciones. “En primer término, no debe existir el peligro de perder la forma básica u orientación, las confusiones deben constituir pequeñas zonas en un conjunto visible. Por otra parte, en sí mismo, el laberinto o misterio debe poseer cierta forma que pueda explorarse y, con el tiempo aprehenderse” (Lynch, 1959)

Asimismo, señala que “el propio observador debe desempeñar un papel activo y tener una participación creadora en la elaboración de la imagen” (Lynch, 1959). Se busca un orden abierto a las posibilidades, “capaz de un ininterrumpido desarrollo ulterior”.

Con respecto a la “elaboración de la imagen”, comenta que es el resultado de un proceso bilateral entre sugerencias del medio ambiente y escogencias del observador. Cada individuo crea y dota de significado su propia imagen, “pero hay coincidencias fundamentales entre los miembros de un grupo, lo que da lugar a las imágenes colectivas” (Lynch, 1959)

En cuanto a las imágenes públicas, explica que son “representaciones mentales comunes que hay en el conjunto de una ciudad, zona o localidad”, exigen identidad, estructura y significado. La identidad es la distinción de un objeto con respecto de otros, el reconocimiento de su unicidad. La estructura trata la relación espacial con el observador y con otros objetos. Y el significado para el observador debe ser práctico o emotivo. Los significados de una ciudad son tan diversos, incluso cuando su forma pueda resultar fácilmente comunicable. Para que una imagen tenga valor para la orientación es necesario que sea suficiente, autentica, legible, adaptable a cambios y comunicable en cierta medida a otros individuos.

La imaginabilidad es “esa cualidad de un objeto físico que le da una gran probabilidad de suscitar una imagen vigorosa en cualquier observador de que se trate” (Lynch, 1959), es posible fortalecer la imagen mediante artificios simbólicos, mediante “la reeducación del que percibe o bien remodelando el entorno”.

Lynch establece elementos de la imagen pública, como las sendas, bordes, barrios o distritos, nodos y mojones (hitos).

Sobre las sendas, las define como conductos (calles, líneas de tránsito, vías férreas) que sigue el observador, que organizan y conectan los demás elementos, la ciudad se observa a través de ellas. A la hora de orientarse, la búsqueda de la calle principal se vuelve automática, así como la confianza en ella. Se considera una red cuando las relaciones que se repiten son suficientemente regulares o previsibles.

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