COMPETENCIAS COMUNICATIVAS

Autor: Gledys Pérez

La comunicación es un aspecto básico en la vida del hombre. Es difícil imaginar la existencia donde no exista algún tipo de comunicación. De hecho las personas inhabilitadas físicamente para relacionarse, por ser sordos, mudos, parapléjicos y / o ciegos hacen todo lo posible por conseguir algún medio que les permita conectarse con los demás. Con frecuencia escuchamos decir, ante un problema en particular, que es falta de comunicación. Sin embargo los últimos estudios hechos acerca del tema ratifican que es imposible no relacionarse y esto claramente lo expresa Batenson y otros (1982) “la comunicación es sinónimo de conducta o comportamiento. Por mucho que se intente, no se puede dejar de comunicar”.

A mi manera de ver, considero que estamos comunicándonos desde el seno de la madre pues ella tiene instinto especial que interpreta el sentir de la criatura que aún cuando no ha nacido. Constantemente estamos comunicando, en el silencio, en la actividad, en la inactividad, permanecemos emitiendo mensajes, influyendo sobre los demás y ellos con sus respuestas también comunican. Toda forma de comunicación se da con el propósito de incrementar la comprensión, transmitir ideas, y sentimientos, y promover el entendimiento entre los hombres. Es por ello que la sociedad ha estudiado a profundidad el tema de las relaciones, buscando hacerlas cada vez más efectivas y eficientes.

Este escrito tiene como propósito contribuir con el establecimiento de actitudes básicas para alcanzar mejores relaciones familiares, laborales y personales, mediante el desarrollo de competencias comunicativas. Además de fijar criterios para mejorar los procesos comunicacionales con herramientas pertinentes.

La comunicación es factor de supervivencia, es por ello que desde los orígenes de la especie, el hombre ha intentado relacionarse, por medio de señas, dibujos, para satisfacer sus necesidades más vitales y ha sido el motivo del desarrollo que observamos en la actualidad. Satir (2002) utiliza la metáfora de una sombrilla para definirla expresando que cubre y afecta todo lo que sucede entre los seres humanos. Con estas pocas palabras, esta especialista en relaciones familiares, intenta exponer lo determinante del proceso comunicativo como factor clave para las relaciones interpersonales.

La palabra comunicación y el verbo comunicar tienen su origen en la palabra comunis, raíz castellana de la palabra comunidad, la cual significa participación o relación que se da entre individuos. Cibanal y Arce (2009) la definen como un proceso interpersonal donde los participantes expresan algo de sí mismos por medio de signos verbales y no verbales, con la intención de influir en la conducta del otro o de asistirlo para mejorar su percepción de la realidad. Entonces es un hecho intencional que se da con el propósito de lograr algo, y a través de él los individuos se relacionan entre sí e intercambian ideas, conocimientos, y hechos.

El hombre es un ser social por naturaleza por lo cual para alcanzar sus objetivos requiere de la vinculación con sus semejantes. Las personas tienen necesidad de de compartir, intercambiar ideas con los otros lo que observan, piensan y sienten a través de un lenguaje; por ello comunicar se entiende también como un proceso de creación de significados compartidos por medio de fenómenos simbólicos.

En toda actividad realizada por el hombre es necesaria la comunicación y con ella la interactuación, ya que el hombre por naturaleza no puede vivir aislado, es un ser gregario. El ser humano interactúa para expresar sus sentimientos, opiniones, ideas, para reconocer el mundo que lo rodea, comprender los sentimientos e ideas de los demás, en pocas palabras para sobrevivir. Esto ha llevado a la sociedad a alcanzar el grado de desarrollo que hoy ostenta.

Las maneras de alternar los individuos pueden adoptar múltiples facetas sin embargo, las más importantes son la verbal y la no verbal. Con respecto a la primera, esta se realiza de dos formas: oral es decir utiliza signos orales y palabras habladas o escritas, por medio de representaciones gráficas de signos. También los silbidos, gritos, llantos y risas se consideran formas de comunicación oral y constituyen las más primitivas de ellas. La más evolucionada de los estilos la constituye el lenguaje articulado, los sonidos estructurados que dan lugar a las sílabas, palabras y oraciones con las que interactuamos con los demás.

Por otra parte, la comunicación no verbal incluye una serie de comportamientos que proveen información adicional en ausencia de las palabras, tales como afectos, sentimientos, emociones. Los elementos que la integran son la mirada, la expresión de la cara, la sonrisa, la postura, los movimientos del cuerpo especialmente las piernas, los pies y la cabeza; también la distancia del contacto físico, la apariencia personal. Todos ofrecen información y emiten algún mensaje.

Es sabido que el diálogo es la estrategia más común que acerca a las personas, sin embargo, a veces no ocurre así, aunque la conversación se da el mensaje llega distorsionado es decir, existe lo que se llaman barreras de la comunicación. Entre las más frecuentes se mencionan: el lugar o momento elegido para el acto comunicativo, la forma como se dice, la falta de empatía o ponerse en el lugar del otro, los prejuicios o creencias, las perturbaciones como muletillas, la falta de escucha, incomodidad física por calor o frío, diferencias de idioma, nivel de educación distinto y el efecto halo o la primera impresión, entre otras. Estos obstáculos pueden ser motivo de problemas o distanciamientos familiares, laborales o personales.

Otro factor que debe ser analizado es el hecho que cada uno de los seres humanos desarrollan patrones de comunicación aprendidos, mayormente del núcleo familiar de donde provienen, de esa primera escuela donde observa sus primeros modelos representados en los padres o adultos cuidadores, y luego a través de cada experiencia con el entorno, va moldeando el tipo de comunicación que muestra de adulto. La forma de conectarse con el otro entonces, se ve influenciada por la manera como percibe el mundo. También los valores y creencias generan prejuicios en el individuo que limitan la forma de interactuar en la sociedad.

Entonces, las vivencias llevan a desarrollar tres estilos de comunicación, de los que Satir (1992) dice que cada quien se puede sentir reflejado en ellos. El primero en referencia, es el sistema pasivo o aplacador caracterizado por el hecho de que los individuos irrespetan sus propios derechos, necesidades y sentimientos, permitiendo que otros decidan por ellos. Un segundo estilo es el comportamiento manipulador, donde el sujeto busca satisfacer su voluntad por medios que no son claros, considerándose

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