Caso De Responsabilidad Social Minera Tintaya
Karlapuesca25 de Octubre de 2014
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CASO DE RESPONSABILIDAD CORPORATIVA Y COMPROMISO DE LA COMUNIDAD EN LA MINA DE COBRE TINTAYA (A)
Presentación del Caso
La mina de cobre Tintaya, ubicada en el Departamento de Cusco, a 250 km de la ciudad de Cusco, ha sido durante mucho tiempo una fuente de fricción intensa entre los miembros de la comunidad de habla quechua y los operadores de la mina.
Este caso explica, resumidamente los conflictos de las comunidades con respecto a la mina. Estas incluían quejas relacionadas con las políticas de compra y expropiación de tierras de la empresa, los supuestos impactos ambientales directos de las actividades de la mina en las fuentes de agua, suelo y ganado locales y las supuestas violaciones de derechos humanos que el personal de la mina había cometido, incluidos el maltrato de las mujeres locales y los desalojos de los residentes.
Adicionalmente, se suma la mala relación de la empresa BHP Billiton con algunos grupos provinciales ajenos a la comunidad.
Antecedentes de la Empresa
BHPBILLITON
En marzo de 2001, La empresa minera BHP con sede en Australia y Billiton con sede en el Reino Unido se fusionaron para convertirse en BHP Billiton. El segundo conglomerado minero más grande del mundo.
Líneas de negocios
Productor y proveedor mundial de :
• Magnesio, cobre, manganeso, níquel, carbón, hierro, petróleo, y potasa (hidróxido de potasio).
A finales del año 2004, la compañía combinada tenía 100 operaciones en 20 países, ingresos de US$22.8 billones de dólares y una utilidad neta de US$3.4 billones de dólares.
BHP adquirió la mina Tintaya en 1996 y a finales de la década de 1990 expandió la mina a través de mejoras a los procesos de extracción y tratamiento. Esto continuó en 2001-2002 mediante la construcción de una planta de óxido de cobre y una nueva presa de relaves (un gran depósito que contiene los sobrantes de mineral del proceso de refinación).
Estado de pérdidas y ganancias y balance general de 2004, Grupo BHP Billiton
RESUMEN DEL CASO
La mina de cobre Tintaya
Ubicada a 4100 metros sobre el nivel del mar, en la provincia de Espinar, en el Perú.
Fundada en 1985 como una empresa de propiedad estatal, la mina originalmente se extendía en 2,368 hectáreas de tierra expropiada a 125 familias en Tintaya Marquiri, una comunidad agrícola indígena. A cambio de la tierra, el gobierno peruano ofrecía a los agricultores unos 10 soles por hectárea (unos US$3 dólares por 2.45 acres) y la promesa de puestos de trabajo relacionados con la minería.
En 1994, como parte del programa de ajuste estructural del Perú, la mina fue privatizada y vendida a Magma Copper con sede en Estados Unidos por US$215.7 millones de dólares.
En 1996 BHP Billiton con sede en Australia (en ese momento, Broken Hill Proprietary o BHP) adquirió Magma Copper y con ello la mina Tintaya.
El contexto peruano
En el año 2005, el Perú era uno de los principales exportadores de minerales del mundo y había visto un rebote en el crecimiento económico, con un crecimiento real del Producto Bruno Interno que aumentó de 0.2% en 2001 a 5.1% en 2004.
54% de los peruanos estaban clasificados como “pobres” (definidos como aquellos que apenas satisfacen las necesidades calóricas y de vivienda básicas).v La población rural del país estaba peor, con un 78% clasificado como “pobre” y un 51% clasificado como “en extrema pobreza” (definido como aquélla población que no satisface los requerimientos de ingesta calórica diaria básica).
El sector minero peruano
Para fines de la década de 1990, el meteórico crecimiento de la industria minera en el Perú había atraído una considerable atención de las organizaciones no gubernamentales (ONG) y de las comunidades ubicadas cerca de las minas. Las protestas contra la minería a gran escala y su impacto socioambiental se volvieron más frecuentes en todo el país, culminando en 2003 y 2004 con una serie de protestas bien publicitadas contra las grandes minas de oro en Cajamarca y Tambogrande, Perú
BHP Billiton en el Perú
BHP adquirió la mina Tintaya en 1996 y a finales de la década de 1990 expandió la mina a través de mejoras a los procesos de extracción y tratamiento. Esto continuó en 2001-2002 mediante la construcción de una planta de óxido de cobre y una nueva presa de relaves (un gran depósito que contiene los sobrantes de mineral del proceso de refinación).
La mina de cielo abierto producía dos variedades de mineral de cobre: óxido de cobre y sulfuro de cobre.
Por cada tonelada métrica de mineral de óxido de cobre que era procesada, se producía 14 kilos de cobre y se utilizaba 80 -90 kilos de ácido sulfúrico. La mina procesaba aproximadamente 7,000 toneladas de mineral de óxido de cobre al día. En el caso del mineral de sulfuro de cobre, éste también se trituraba pero en lugar de ácido se le mezclaba con agua y emulsionantes para producir una suspensión de cobre. La espuma, que era aproximadamente 33% de cobre puro, luego se retiraba, se secaba y se vendía como polvo. En ambos casos los residuos resultantes, o relaves, se trataban para retirar la acidez y luego se volcaban en grandes presas de relaves.
Entre 1996 y 2003, la mina no obtuvo ganancias y entre enero de 2002 y agosto de 2003 los precios del cobre estaban tan bajos que la mina cerró temporalmente
Los operadores de la mina calcularon que la mina llegaría al final de su vida alrededor del año 2015.
En el año 2004, la mina dio empleo a 615 empleados directos y 236 contratistas. Aproximadamente, un 65% de los empleados de la mina y contratistas era de la provincia de Espinar, mientras que el resto (con la excepción de tres extranjeros) eran de otros lugares del Perú.
La mina también destinaba aproximadamente el 9% de sus US$139 millones de presupuesto de compras a proveedores locales (provinciales), con un 72% yendo a proveedores nacionales y un 19% a internacionales. Además de pagar un impuesto federal a la renta de US$42 millones de dólares en 2004, la empresa voluntariamente contribuía con US$1.9 millones de dólares a un fondo de desarrollo provincial conocido como Acuerdo Marco de Espinar.
Aumento de las preocupaciones locales
En 1996 BHP adquiere 2386 hectáreas adicionales de tierra de las comunidades para construir la planta de óxido de cobre y una nueva presa de relaves.
Como resultado de estas ventas, Tintaya Marquiri – la comunidad más intensamente afectada por la mina– llegó a controlar sólo 1% de sus posesiones originales de tierras comunales.
Algunos comuneros reclamaban que las compras de esas tierras se habían realizado en formas que eran poco éticas e ilegales. En algunos casos, sostenían que los acuerdos para vender la tierra comunal carecían de la aprobación adecuada por la comunidad en su conjunto.
A comienzos de la década de 1990, los miembros de la comunidad también comenzaron a quejarse acerca de los impactos ambientales percibidos de la mina.
Estos supuestos impactos negativos –y la creciente percepción de que la mina estaba proporcionando pocos beneficios locales en términos de puestos de trabajo o desarrollo económico– llevaron a que varias comunidades organizaran una serie de pequeñas protestas cerca de la mina.
Forjando asociaciones nacionales e internacionales
Cinco comunidades se aliaron con la Coordinadora Nacional de Comunidades Afectadas por la Minería (CONACAMI), la organización antiminera más grande y tenaz del Perú
Las ONG locales y las comunidades afectadas solicitan ayuda a la Ombudsman (Defensor del Pueblo) la Minería de Oxfam Australia –un órgano recientemente establecido que recibía e investigaba las quejas de abusos por parte de compañías mineras australianas en el extranjero– presionara públicamente a la casa matriz de Melbourne de BHP Billiton para tratar los problemas que rodeaban a su subsidiaria peruana.
El Ombudsman de la minería viene al Perú
Cuando se supo que Ingrid Macdonald, la Ombudsman de la Minería de Australia, estaba planeando un viaje al Perú para entrevistar a los miembros de la comunidad. La empresa entonces se comunicó con Macdonald y solicitó una reunión.
La Mesa de Diálogo
En la reunión inaugural de la Mesa de Diálogo el 6 de febrero de 2002, Bernales dirigió a los miembros de las comunidades, representantes de las ONG, funcionarios del gobierno local y personal de BHP Billiton a través de un proceso de identificación de “problemas”. Al final del proceso, se llegó al consenso de la necesidad de tratar cuatro temas clave de preocupación para las comunidades:
1) pérdida de tierras,
2) impactos ambientales,
3) violaciones de derechos humanos
4) desarrollo sostenible
Se establecen cuatro comisiones para tratar las preocupaciones de las comunidades. Las reuniones de la Mesa de Diálogo se celebran a intervalos regulares durante el año 2004.
Fomento de la confianza en la mesa
En la primera reunión de la Mesa de Diálogo, la participación activa de diversos funcionarios de alto nivel de BHP Billiton con vínculos con la oficina principal jugó un papel
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