Caso Queserias González

Caso, “Queserías González S.A.

Al colgar el teléfono Luis Bassa se quedó en silencio imaginando cómo podría reconducir aquella situación. Había recibido la llamada de Fernando González, un empresario del sur que en los últimos años había logrado convertir un pequeño negocio familiar de elaboración de quesos en una próspera empresa industrial de más de 125 millones de pesos de facturación mensual que no paraba de crecer y daba empleo a más de 120 personas.

Queserías González S.A. se había abierto un espacio en el mercado por la excelente calidad de sus productos, elaborados con la leche de las vacas de su zona, siguiendo un proceso tradicional de fermentación que les daba un sabor inconfundible. La historia del negocio se remontaba a los padres del actual gerente, que dedicaron toda su vida a una pequeña explotación ganadera en la que elaboraban artesanalmente los primeros quesos González. Pero el gran salto del negocio se produjo cuando Fernando González después de cursar estudios de Ingeniería Comercial en la Universidad Santo Tomás, retornó a la ciudad y consiguió reproducir el proceso artesanal inventado por sus padres a escala industrial, sin que se perdieran las cualidades del producto.

El éxito de la empresa había sido tan bueno que Fernando González decidió apostar fuerte invirtiendo en ampliar considerablemente la capacidad productiva y rompiendo una regla no escrita que hasta ahora siempre había respetado: la de financiarse exclusivamente con recursos propios.

El crédito que le concedió su entidad financiera de confianza le permitía afrontar sus proyectos con desahogo de liquidez pero también con el compromiso de lograr los resultados. Por ello a Fernando se le había ocurrido que había llegado el momento de invertir en publicidad. Todo esto seguido de un cambio en la estructura de la empresa.

De esta forma se creó un departamento de Marketing, con el Sr. Luis Bassa como subgerente, dicho departamento tendría las funciones de toda la publicidad, comercialización e investigación de mercado necesaria. También fue necesario crear el departamento de finanzas, el cual tuvo como subgerente a un primo de Fernando González, el Sr. Juan González, siguiendo de cierta forma la tradición familiar, obviamente a cargo de los pagos, compras y remuneraciones, todo esto consecuencia del crecimiento de la empresa, contratándose más personal y obviamente moviendo volúmenes muchos más altos de sus productos. Estas funciones se agregan a la ya existente unidad de producción, la única que poseía la empresa hasta este momento, a cargo del Sr. Pedro Solís.

Bajo ese escenario, fue necesario que Fernando González, en su cargo de gerente General de Queserías González S.A., delegara funciones en los respectivos subgerentes de las distintas áreas que existen en la empresa, haciendo partícipes de los objetivos de esta a los propios trabajadores, tomando en cuenta sus opiniones y así lograr la consecución de ellos. Estableció además políticas de ascenso dentro de la empresa y además capacitó al personal en temas específicos de cada área.

Dado los objetivos de la empresa el primer paso sería entonces definir un posicionamiento de marca para Queserías González S.A. En este sentido había muchos elementos que rondaban la cabeza de Luis: el sabor inconfundible de sus quesos, la elaboración con leche de vacas de la zona, el respeto al proceso artesanal tradicional, el peculiar proceso de fermentación, la imagen sana y natural de la zona, e incluso la seriedad y carácter amable de la familia González.

Había pasado de ser una empresa que abastecía a las principales ciudades de la Región de los Ríos a una presente desde la región del Bio Bio hasta la región de Aysén. Orientada principalmente a un mercado familiar que valora la alimentación saludable, el sabor y está dispuesto a pagar por esta diferenciación.

En Queserías González, S.A. había dos actividades distintas: la fabricación de quesos (80% de las ventas) y la de yogures (20% de las ventas), ambas basadas en su peculiar proceso de fermentación y comercializadas bajo el indicativo Queserías González, S.A.

Sin duda el paraje era incomparable. Queserías González S.A. estaba situada en mitad de un pequeño valle rodeado de montañas. Por todos los sitios se extendían los pastos en una increíble variedad de verdes. Además, el carácter ordenado y eficiente de Fernando se notaba en toda la instalación industrial, perfectamente integrada en el paisaje y que casi invitaba a trabajar allí.

Las cadenas de distribución y los mayoristas te reciben distinto si eres una primera marca; te invitan a entrar en vez de obstaculizarte continuamente. La administración y los bancos también te tratan diferentes. Por ello, el segundo objetivo de comunicación de Queserías González S.A. era ser percibido como referente en estos ámbitos.

El producto se basaba en una gran innovación –la técnica de fermentación-, pero no había planes de innovación más allá de ello.

El sector industrial de la leche

La producción nacional de leche se destina a la elaboración de diferentes productos lácteos: leches en polvo, queso, leche fluida, yogurt, quesillo y otros. Tradicionalmente la mayor cantidad de leche se utiliza para la elaboración de leche en polvo, la que hasta hace algunos años ocupaba más del 50% de la leche que llegaba a las plantas. En los últimos años la elaboración de queso ha crecido con mayor intensidad que la de leche en polvo, convirtiéndose en un fuerte competidor desde el punto de vista del destino de la leche recibida. Además de las plantas industriales que pertenecen a las empresas tradicionales, existen alrededor de 100 pequeñas y medianas industrias que fabrican quesos de campo, principalmente el denominado genéricamente queso chanco, en un volumen que en el año 2004 se estimó en 12.500 toneladas.

Últimamente se ha observado un incremento en las importaciones de queso, en paralelo con un significativo aumento de las exportaciones de este producto.

En los primeros diez meses de 2005 las exportaciones de quesos alcanzaron a más de 14.000

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