ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Cuáles son los aspectos centrales trabajados en clase que deberíamos transmitir a los alumnos


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2018  •  Informes  •  1.762 Palabras (8 Páginas)  •  119 Visitas

Página 1 de 8

[pic 1]

[pic 2]


[pic 3][pic 4][pic 5]

Consigna:

Cuáles son los aspectos centrales trabajados en clase que deberíamos transmitir a los alumnos.

Desarrollo

        A la hora de abordar el tema de la consolidación de las provincias como entes autónomos durante la primera mitad del siglo XIX, es fundamental analizar la propuesta de José Carlos Chiaramonte respecto a la cuestión regional. Según este autor, el análisis de los datos respecto al comercio, tanto local como exterior; de la producción; de las posturas políticas y doctrinas constitucionales y del surgimiento y desarrollo del fenómeno de los caudillos regionales, permiten afirmar que, la ausencia de una clase dirigente a nivel interregional implicó un impedimento en el desarrollo de “una Nación en el Río de la Plata de la primera mitad del siglo XIX”[1]. En ese sentido, la existencia de grupos o clases sociales de tipo localistas resultan insuficientes para la constitución de la Nación. Más aún, estos grupos se encontraban frecuentemente enfrentados con aquellos que tendían a una unidad nacional. Estos enfrentamientos se daban incluso al interior de estos grupos locales. Al respecto, el punto medio entre ambas posiciones se encontraba en la posición que sostenía la necesidad de constituir una nación al tiempo que los intereses locales pudieran ser satisfechos sin resultar en un perjuicio para los grupos localistas, acción que durante este período derivó en la definición y consolidación de las provincias como unidades sociopolíticas predominantes a consecuencia del derrumbe del proyecto centralista y del fracaso de los intentos de organización del territorio del Plata.         

        J. Chiaramonte define a las provincias como “una ciudad y el área rural cercana que domina”[2] e indaga al respecto de la denominación de estas unidades soberanas e independientes como “provincias” preguntándose por qué conservaban tal denominación si ya no eran partes de un estado superior. La respuesta que proporciona hace referencia a la tradición administrativa española vigente en el primer período independiente, antes de las reformas llevadas a cabo por Rivadavia en 1824.

Las provincias, constituyen estructuras únicas y relativamente estables que lograron sostener condiciones favorables para continuar los procesos producticos y comerciales. A su vez, una constante durante este período fue la existencia del sentimiento de rechazo a la subordinación de una ciudad respecto a otra, aspecto que se mantiene como característica determinante durante el período formativo de la Nación. Hay que destacar que estas provincias, creadas por decreto del director supremo Posadas en 1814 (Provincia Oriental del Río de La Plata; Provincia de Entre Ríos.; Provincia de Corrientes) estaban separadas de la Intendencia de Bs. As. y de las Provincias de Salta y Tucumán. Hasta ese momento tenían un estatus indefinido, como señala el autor. Más adelante siguió la creación de Santa Fe (1818), Santiago. del Estero (1820); Jujuy (1834), que se fortalecieron institucionalmente cuando sancionaron sus cartas constitucionales. A partir de ese momento, emergieron como nuevas entidades políticas por el cual declaran su soberanía e independencia. En estos estatutos provinciales se plasmó una identidad local o hispanoamericana. (Ej.: Estatuto de S. Fe).

Asimismo, el autor señala que las iniciativas constitucionales rioplatenses, que se evidenciaron en tendencias de algunas provincias de integrarse a un estado mayor al provincial fueron la Constitución de Córdoba (1821), de Entre Ríos (1823), pero estos ejemplos no reflejaron una conciencia de nacionalidad.

Pero a partir de 1831 con el Pacto Federal se consolida una organización confederal y quedan atrás los fracasos de intentos de organización institucional de las dos constituciones de corte unitario que fueron la de 1819 y 1826. Frente a esto el autor se pregunta ¿Federación o Confederación? Él afirma que lo predominante en Hispanoamérica era una realidad política que tenía que ver con la unión confederal. En ese sentido, una confederación es una unión de estados independientes que poseen órganos propios permanentes para la realización de un fin común. Como ejemplo se menciona el Pacto Federal de 1831 (Confederación Rosista).

        Al abordar la “cuestión de Buenos Aires” salta a la vista que, a la hora de construir un proyecto de nación que cumpliera con el objetivo de unificar el territorio, resultaba imperante resolver el enfrentamiento entre las provincias y Buenos Aires. Ésta última, ostentaba los privilegios políticos y económicos que se derivaban de los ingresos de la aduana, circunstancia que provocaba un desequilibrio de poder que, a priori, resultaba insalvable si no se discutían con el fin de encontrar un punto en común. Esta situación implicaba la necesidad de redistribución de los recursos y la administración consensuada de éstos. La Nación aparece en este caso como la entidad superior necesaria para unir y resolver los conflictos de intereses en pugna.

        La imposibilidad para las elites para mantener una estructura política coherente en el contexto de militarización y ruralización que caracterizó al período posrevolucionario, sumada a la victoria federalista en 1819, luego de la Batalla de Cepeda, derivó en el advenimiento de los caudillos regionales, constituyéndose como figuras arquetípicas de las siguientes décadas.

        Gabriel Di Meglio analiza la figura de Manuel Dorrego, poniendo énfasis en la importancia de la formación de su carácter durante su paso por el ejército y el respeto de sus pares, ganado como consecuencia de los actos de valentía demostrados durante las batallas, rasgos que le permitieron acceder a la Sala de Representantes luego de un proceso de construcción de un poder personal. Por otro lado, resalta que, el hecho de pertenecer a la élite no le impidió ser respetado como líder y constituirse en referente político, sino mas bien que, al identificarse con la plebe (tanto en el aspecto estético como discursivo), le permitió una capitalización de un caudal político dentro del Partido Popular y en torno a la disputa entre Unitarios y Federales.

...

Descargar como (para miembros actualizados)  txt (11.3 Kb)   pdf (188 Kb)   docx (60.7 Kb)  
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com