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¿Cómo puede convertir un saber específico (de la preocupación por el otro, por mí, por mi accionar) en una práctica educativa consistente?


Enviado por   •  7 de Febrero de 2018  •  Tareas  •  1.599 Palabras (7 Páginas)  •  102 Visitas

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LA IMPORTANCIA DE LA ETICA EN MI LABOR DOCENTE

¿Cómo puede convertir un saber específico  (de la preocupación por el otro, por mí, por mi accionar) en una práctica educativa consistente?

¿Qué relaciones pueden establecerse entre ética y educación en nuestra época?

El siguiente escrito es un intento de reflexión sobre la importancia de la ética como saber complementario a la labor docente.  Parto desde la necesidad de realizar constantemente una lectura de la realidad, entendida como el observar cotidiano de los pequeños y grandes detalles del otro y de mi comportamiento, leyendo entre líneas para desarrollar y fortalecer capacidades de pensamiento y acción comunes en personas de comunidad.

En esta misma línea de pensamiento, mencionar que la comunicación  es colectiva, soy necesitado del referente del otro, las relaciones y la acción me partícipe de la construcción colectiva de identidades.  Es por eso que soy  responsable de descubrir el yo del otro.  Una de las dificultades que contradictoriamente brinda esta sociedad RED, soy comunidad y sin embargo me alejo del otro, es por eso que considero que en ocasiones la posibilidad de descubrir ‘el ser del otro’ se me está yendo por las líneas del afán.  

La docencia requiere ejercitarse desde la realidad concreta, desde la ‘alteridad’ como posibilidad de ver en ‘el otro’ lo que me puede hacer trascender.   El concepto de ‘ética del cuidado’ puede ser un gran aliado  la hora de hacer de mi labor docente un verdadero referente propio y de otros.

Como seres humanos necesitamos redireccionar y fortalecer nuestra capacidad de hacer  lectura de todo lo que sentimos y nos rodea. “Debemos incorporar modelos connotativos de lectura de la realidad, […]. Solo así, estamos seguros, podremos abrirnos al diálogo con otras lógicas, saberes y racionalidades, […]” (Arias, 2002, p.28)  Como no lo sabemos hacer, estamos condenamos al conflicto constante.   Las palabras y las acciones están cargadas de simbolismo, creamos a cada instante mensajes de diverso tipo, incluso cuando estamos silenciados por tendencia propia o por situaciones externas.  

Si la modernidad con toda su presencia de cambios y afanes ha llevado a que la razón sea ‘un instrumento practico’ utilizado para manipular y nosotros los actuales vivientes sus accionarios, tanto en el sentido de recibir y sufrir sus efectos como quienes de una u otra manera la recreamos. Entonces podemos afirmar que somos los portadores de esa modernidad que por los esfuerzos ingentes de quienes reflexionan, razonan y se preocupan por el saber está siendo cuestionada, pero que  corre a torbellinos  por las vivencias de quienes aún no la reflexionamos y la reproducimos en lo cotidiano.

         

Los valores que nos hacen ser personas de comunidad, nos dan la posibilidad de elevarnos por sobre nuestras limitaciones, proyectándonos no como ‘sujetos desde nuestra soledad en busca de nuestros referentes’, sino desde:”[…]la dignidad de la persona, la justicia, la libertad, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia […], son los valores básicos que toda persona debe poseer para que no se manifieste en ella una deficiencia de humanidad. (Vásquez, 2010. p4).  Son esos valores los que debemos apropiar en nuestro quehacer docente, desde la interculturalidad, la diversidad y la flexibilidad de pensamiento.

Somos seres de lenguaje, comunicando a todo momento, que requerimos aprender a preguntarnos por lo que vivimos, tal y como lo plantea Habermas, respecto a la modernidad, dice que esta ‘se debe preguntar por sus necesidades básicas desde perspectivas reflexivas’, así nosotros debemos hacer lo mismo e interiorizar que la comunicación  es colectiva y es allí donde se hace uso de lo que llama ‘racionalidad comunicativa’.  Desde esta dinámica se entiende que ‘el ser del otro’ es acción y solo lo puedo reconocer en el ejercicio de escucharlo activamente, ya que esa acción comunicativa es ‘interacción mediada por símbolos’.

A veces, sucede que las necesidades más profundas permanecen ocultas, incluso para quienes las tienen, y no son expresadas; por eso, es importante desarrollar relaciones interpersonales auténticas para escuchar, incluso en el silencio, las necesidades de la otra persona. (Arias, 2002, p. 7)

En esa relación comunicativa requiero del referente del otro.  Reconociendo esa presencia,  me reconozco como ser diferente y necesitado de interacción, vivencia que me permite experimentar el ser político, establecer relaciones, asumir el sentido de pertenencia, además de ser reconocido y hacer visible eso que Habermas llama la individuación, la realización de lo que constituye la naturaleza intima del individuo, lo que le lleva a la toma de decisiones responsables.

Habermas, se preocupa y propone instaurar la primacía de la acción comunicativa, que la aborda como razón moral, como elemento contestatario a la acción técnica o razón instrumental.  Esa acción comunicativa vislumbra la consecución de un entendimiento mutuo subjetivo entre los hombres.  En esa acción se da el reconocimiento del otro, el visibilizar al otro desde la vivencia y la reflexión, que permite hacer conciencia de la responsabilidad que debo asumir respecto al otro, en una dinámica ética, que se traduce en una relación de acción.

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