DESARROLLO HUMANO VS SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO

DESARROLLO HUMANO VS SEGURIDAD Y SALUD EN EL TRABAJO

María Camila Valencia Zamora (Fisioterapeuta)

Claudia Marcela González Herrera (Terapeuta Ocupacional)

Susana Otilia Bonilla Mendoza (Ingeniera Mecatrónica)

“Cuando todos vamos por lo seguro, creamos un mundo totalmente inseguro”.

A lo largo de la historia se ha evidenciado la incansable lucha para el progreso humano en un mundo diverso y cambiante, el cual dìa a dìa renueva los retos por vencer a medida que se comienza a dar soluciones a las diferentes problemáticas que en él acarrea. El ser humano se enfrenta a un sin número de ires y venires y su calidad de vida depende del desarrollo con el que cuente la región, zona o país donde habite, “El mundo cambia con tal velocidad y en frentes tan diversos que resulta difícil compartir apreciaciones e implementar medidas colectivas”1

Cuando se habla de calidad de vida nos referimos a ese bienestar social, económico y personal del cual se deriva la cantidad o el nivel de oportunidades que una persona pueda tener en su medio y de mantener una estabilidad integral que engloba desde una adecuada capacidad de adquisición de bienes y servicios, adecuada supervivencia y sobre todo una adecuada salud para sí y los suyos. Pero, ¿De qué y hasta qué forma se podría garantizar que una persona alcance “buena” calidad de vida” en un ambiente seguro y saludable?

Con base a esto, se ha realizado el presente ensayo tipo critico argumentativo “Desarrollo Humano vs Seguridad y Salud en el Trabajo” siendo éste el resultado del estudio y análisis detallado y minucioso de cada una de las ponencias presentadas en el material de apoyo acoplado a las vivencias de las integrantes que participan en la ejecución de dicho ensayo, de acuerdo al campo laboral en el que se desempeña cada una.

Hoy en dìa, cuando se habla de desarrollo humano se hace referencia al crecimiento económico, complementándose con los niveles de educación, nutrición, salud y habilidades que permitan expandir el acceso a un trabajo digno y brindar un progreso sostenido. Este crecimiento económico debe afectar el desarrollo de toda una sociedad y no sólo de unos cuantos para mejorar la calidad de vida, combatiendo la pobreza y la falta de educación; tomando en cuenta la importancia de que la niñez tenga una educación digna que garantice un futuro con un mayor número de población capacitada que aporte a la sociedad.

De igual forma, se visiona automáticamente con la transformación de la economía en desarrollo a una economía principal, pero, todo esto se logra, enlazando diversos factores entre los cuales se encuentra el bienestar del ser humano. Este bienestar se alcanza mejorando la calidad de vida en materia de salud, educación, ingresos y fundamentalmente las condiciones sociales, porque, si un país no tiene las condiciones sociales necesarias como la de un sistema de seguridad, un buen sistema político y social, muy probablemente se limitaría el progreso económico; como hace referencia el Informe de Desarrollo Humano 2013 (IDH 2013)1 hacia el camino que se lleva por un resurgimiento de los países del “sur” como los llama: “Lo importante para mantener el impulso es garantizar una mayor equidad, permitir la libre expresión, la participación y rendición de cuentas, hacer frente a desafíos ambientales y manejar el cambio demográfico”.

Teniendo en cuenta lo anterior, para un crecimiento económico en nuestro país se debería entrar a aprovechar los mercados mundiales, es decir interactuar con países que hace muchos años han estado en desarrollo, por lo que se necesita una agenda social y de reducción de la pobreza más amplia, donde las políticas para abordar desigualdades, fallas institucionales, barreras sociales y vulnerabilidades personales sean tan importantes como la promoción del crecimiento económico.

Al enfocarnos en las vulnerabilidades y las barreras sociales ya empezamos a pensar en el ser humano, que es quien genera ese crecimiento económico desempeñándose como trabajador o líder de procesos.

En cuanto a esto, es evidente que entre más cerca nos encontremos de un desarrollo humano global, se aumentan las posibilidades de la creación de empleos diferentes con diversidad de connotaciones: “El rápido aumento de la población instruida en el sur hace que cada día sea más urgente generar empleo a gran escala”1

Pero, no solamente se hace necesario la generación de empleo como es notable, sino aún más importante, la estabilización de empleos de calidad; “La inversión en las capacidades de las personas no es un apéndice en el proceso del crecimiento sino más bien, una parte clave del crecimiento en el que se fomenta

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