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DIAMANTES DE SANGRE


Enviado por   •  11 de Febrero de 2014  •  2.210 Palabras (9 Páginas)  •  517 Visitas

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Trabajo Práctico

Geografía 2do

ANALISIS PELICULA

“DIAMANTES DE SANGRE”

La película toma lugar básicamente en distintos países africanos. Trata de un hombre de Sierra Leona, al que, las FRU (Fuerzas Revolucionarias Unidas) separan de su familia. También reclutan a su hijo y otros jóvenes de su edad. Su esposa e hija logran salvarse, e intactas huyen hacia un refugio. El objetivo de las FRU era desequilibrar el gobierno postulado para las elecciones, y hacer que los votantes no eligieran este último. Por este motivo, amenazaban a la población que decidía un voto. Las FRU hacían trabajar a los secuestrados en busca de diamantes, que después se traficarían ilegalmente. Se sabe, que cada vez que un mineral o un recurso natural fue encontrado en África, los locales, se vieron afectados. Esto pasó con el marfil y la goma de caucho entre otras cosas. El protagonista africano encuentra un gran diamante muy valioso, y asumiendo el

riesgo de que lo podían matar, esconde el diamante bajo la tierra. Finalmente con la ayuda de una periodista y ante el interés que este diamante le producía a Danny Archer, protagonizado por Leonardo Di Caprio, Solomon Vandy consigue reunificar a su familia y vender el diamante por una cifra aproximada a 2.000.000 de dólares. A pesar de que la película no esté basada en un hecho real y concreto se asemeja mucho a la situación por la que pasan miles de africanos diariamente.

Creemos que en la materia de Geografía analizamos esta película, ya que se dice que la Geografía se compone, por la relación entre la sociedad, la naturaleza, y sus territorios.

Sociales: se ve en la separación de la familia de Solomon.

Naturales: se puede observar claramente la búsqueda de diamantes y el abuso de este recurso mismo.

Territoriales: la historia transcurre en África donde se sabe que hay muchos problemas políticos, étnicos, etc.

Un economista, cuyo nombre no recuerdo, dijo que el Nobel de Economía Paul Samuelson había señalado en alguna oportunidad que existían tres tipos de países; los Estados Unidos, que con todos los recursos lo había hecho todo; Japón que sin recursos lo había hecho todo; y (coloque aquí el nombre del país de su preferencia), que con todos los recursos no había logrado casi nada.

La afirmación atribuida a Samuelson puede ser apócrifa, pero su sentido no. Una de las grandes sorpresas en el estudio del crecimiento y del desarrollo económico de las naciones es la corroboración de que algunos países que cuentan con una gran cantidad de recursos naturales (minerales, energéticos, tierras fértiles), no logran aprovechar esta ventaja para hacer crecer su economía a tasas altas y sostenidas. Por el contrario, la abundancia de dichos recursos se convierte, paradójicamente, en un obstáculo, una rémora para el crecimiento económico.

La película Diamante de sangre (Blood Diamond), del 2006, dirigida por Edward Zwick y protagonizada por Leonardo DiCaprio, Jennifer Connelly y Djimon Hounsou, nos ofrece la posibilidad para escribir acerca de esta paradoja, la cual se conoce en la literatura económica como “la maldición de los recursos”. El film, mezcla de ficción y realidad, narra la lucha por diamantes en Sierra Leona, un país africano rico en este recurso mineral, sumido en la pobreza y en una terrible guerra civil, librada por el control de la explotación de los yacimientos diamantíferos entre el gobierno y un grupo rebelde, el Frente Revolucionario Unido (FRU). Solomon Vandy es un pescador separado de su familia y obligado a trabajar en un yacimiento de diamantes por el FRU. Se encuentra un gran diamante, el cual logra ocultar, con la esperanza de venderlo para así poder reunirse con su esposa y sus hijas refugiadas y liberar a su hijo, un niño que ha sido reclutado como soldado por las fuerzas rebeldes. En su odisea por rescatar la valiosa gema, se cruza con un traficante de armas y diamantes, Danny Archer, del que desconfía, pero se convierte en su única tabla de salvación. Entretanto, una periodista estadounidense, Maddy Bowen, está haciendo un reportaje sobre el tráfico ilegal de diamantes, el cual se realiza con alguna complicidad de las empresas mundiales que los comercializan. Espera poner al descubierto los negocios detrás de los diamantes de sangre o de guerra, llamados así porque se obtienen de zonas en conflicto, al costo de pérdidas de vidas humanas y su venta se destina en parte a financiar las armas de los grupos en guerra. Ella se involucrará con Archer y Solomon en la aventura de rescatar el diamante de sangre.1

La maldición de los recursos naturales es un fenómeno económico multidimensional, se manifiesta de diferentes maneras y con efectos diversos. Una dimensión de la maldición, por llamarla así, es la que propone la lectura en clave económica de Diamante de sangre. La realidad es que la explotación de los yacimientos aluviales de diamantes en Sierra Leona ha creado una situación por décadas donde, sea una compañía extranjera, sea el gobierno, sea un grupo rebelde quien controla dicha explotación, la producción y exportación de diamantes se convierte virtualmente en un monopolio y los beneficios asociados se distribuyen de una forma muy inequitativa, entre una minoría. En épocas de conflicto crece el comercio ilegal de diamantes. Durante la guerra civil los diamantes eran llevados a Liberia y exportados desde allí. Estas exportaciones representaron unos ingresos no recibidos por Sierra Leona por valor de alrededor de dos mil millones de dólares en la segunda mitad de los años noventa. En este contexto, se entiende en parte por qué se volvieron muy difíciles las condiciones para que la mayoría de la población del país obtuviera beneficios económicos o algún tipo de bienestar de la explotación y exportación de los diamantes, por qué colapsó el crecimiento económico durante los noventa, y por qué ha persistido la pobreza más lacerante entre un alto porcentaje de la población.

Sierra Leona es una de las naciones más pobres del planeta. Forma parte de un grupo de países a los que Paul Collier denominó en su libro homónimo El club de la miseria (2008, Editorial Turner). Collier señala que existen unos cincuenta países, mayoritariamente africanos, donde viven unos 1.000 millones de personas, que sufren la paradoja de que siendo algunos de ellos ricos en recursos naturales, como el caso de Sierra Leona con sus diamantes, no logran, sin embargo, superar las trampas de la pobreza que los condena a tener

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