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De Leon Evaluación Integral De Competencias

yinchu27 de Septiembre de 2014

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1.1.1 El concepto de evaluación

La evaluación implica la descripción de un objeto (aprendizaje, enseñanza, currícula…) y la identificación fortalezas y debilidades, la comprensión de los problemas más relevantes relacionados con aquello que se está evaluando. Implica, a partir de esta comprensión, ajustar o reorientar la acción. A través de la evaluación se obtiene información que orienta la toma de decisiones para mantener y mejorar lo que está bien y para resolver lo que está mal.

En este mismo sentido, De Kelete, J., (1984, citado por Avolio de Cols e Iacolutti, 2006) define evaluación como el proceso que “consiste en recoger un conjunto de informaciones reconocidas como suficientemente pertinentes, válidas y confiables, y examinar el grado de adecuación entre este conjunto de información y otro conjunto de criterios considerados suficientemente adecuados a los objetivos fijados al comienzo –o ajustados durante el camino- a fin de fundamentar una toma de decisión” (p. 102).

Los componentes del proceso evaluativo que distingue Barbier (1993, citado en Avolio de Cols e Iacolutti, 2006) enriquecen y clarifican la noción de evaluación:

• Referente, expresado en los objetivos, criterios, imagen de lo deseable. La evaluación, además de obtener información sobre algo, implica la comparación entre la descripción producto de la información obtenida con lo que se quiere (referente). Es decir, lo real versus lo ideal, tal como se representa en la figura 6.

• Referido, es decir la información o evidencias a partir de las cuales se realiza la evaluación. Un juicio de valor se basa en un conjunto de datos. No se puede evaluar si no hay información.

• Actores, quienes participan directa o indirectamente en el proceso evaluativo. En el ámbito educativo, intervienen directamente los docentes, estudiantes y tutores, así también los directivos (a través de la definición de políticas, criterios o requisitos que deben tomarse en cuenta durante el proceso). De forma indirecta participan en el proceso evaluativo expertos, representantes del sector productivo (sobre todo definiendo o aportando información para definir las competencias laborales que servirán como referente para evaluar las capacidades logradas en el ámbito educativo).

• Juicio de valor, referido a lo que se afirma sobre una persona o acción evaluada.

Este juicio de valor permite estimar una condición presente o predecir una acción en

el futuro (Avolio de Cols e Iacolutti, 2006). Este mismo concepto es considerado por Tobón (2005) como “juicio competencial” a través de cual se indica si la persona es competente o aún no es competente exponiendo en cualquier caso los argumentos que sustentan ambas afirmaciones. Así mismo, este juicio competencial describe fortalezas y aspectos de mejora, brindando sugerencias para continuar el proceso formativo.

• Decisión, es decir la elección entre distintas alternativas (acciones, propuestas). La

decisión es la intención que está detrás de cualquier proceso evaluativo.

IDEAL

(Referente: objetivos, normas, criterios de evaluación)

JUICIO DE VALOR

REAL

(Referido: evidencias, indicadores)

Figura 6. Evaluación

Los componentes de la evaluación se relacionan entre sí. Si la información que se recaba es adecuada y precisa, permitirá emitir juicios que llevarán a decisiones sólidas. Así mismo, es importante saber qué tipo de decisiones se requieren para poder determinar el tipo de información que habrá de obtenerse.

1.1.2 Evaluar competencias

Hernández (s.d.) asume que la evaluación es la parte central del enfoque de competencias en la educación, puesto que juega un papel integrador del proceso de aprendizaje. Para este autor, la evaluación desde este enfoque se concibe como un proceso a través del cual se diferencian los logros en términos de aprendizaje y los estándares mínimos aceptables de desempeño, considerando las condiciones en que éste se realiza.

Para Vargas (2002 en Pérez, 2006), específicamente la evaluación de competencias es la determinación del procedimiento y la cantidad de evidencias de desempeño que deben considerarse y recabarse para poder juzgar si un individuo es o no competente.

Tobón (2005) propone el concepto de “valoración” reconociendo y subrayando la naturaleza apreciativa de la evaluación así como su función de generar valor (reconocimiento) a lo que las personas aprenden y son capaces de hacer.

La valoración es entendida como un proceso de retroalimentación a través del cual tanto estudiantes, docentes, instituciones educativas y la sociedad obtienen información sobre el grado de adquisición, construcción y desarrollo de las competencias. Esta información puede ser cualitativa y/o cuantitativa y referida tanto al proceso como a los resultados finales del mismo. Esta información es la base a partir de la cual se toman decisiones sobre formación, estrategias docentes, estrategias de aprendizaje, el diseño y utilización de recursos, políticas institucionales y sociales (Tobón, 2005).

Centrándonos en el estudiante, la valoración es el mecanismo a través del cual puede mantenerse permanentemente informado sobre su proceso de aprendizaje para comprenderlo y autorregularlo. La valoración a su vez, le proporciona al docente, información sobre el proceso y los resultados en el aprendizaje de las competencias, con esta información, los docentes pueden brindar asesoría y apoyo que responda a las necesidades de los estudiantes. Por otro lado, el docente también se beneficia, al recibir retroalimentación sobre sus decisiones y acciones sobre su práctica educativa, lo que le permite crecer tanto personal como profesionalmente.

La valoración de competencias desde la perspectiva de este autor se caracteriza por:

• Ser un proceso dinámico y multidimensional en el que participan tanto el docente como los estudiantes, la institución educativa y la sociedad.

• Considerar tanto el proceso como los resultados del aprendizaje.

• La retroalimentación que se brinda a partir de este proceso es de carácter cuantitativo y cualitativo.

• Estar orientado por las necesidades y metas personales (proyecto ético de vida).

• Reconocer las aptitudes, la inteligencia (o inteligencias) y la zona de desarrollo próximo de cada estudiante.

• La evaluación está basada “en criterios objetivos y evidencias acordadas socialmente, reconociendo, a su vez, la dimensión subjetiva que hay en todo proceso valorativo” (Tobón, 2005, p. 236).

Aunque el enfoque que se asume en este trabajo reconoce el sentido dado por Tobón a la valoración, se utilizará el término evaluación de competencias para incluirlo dentro de las características de este enfoque que se irán abordando a lo largo de este apartado.

Para Avolio de Cols e Iacolutti (2006) la evaluación también es un proceso y hacen hincapié en que se trata de un proceso sistemáticamente organizado que:

• Implica un proceso de obtención de información.

• Dicha información sirve para emitir juicios.

• Estos juicios se utilizan para tomar decisiones.

La evaluación por tanto y bajo el enfoque de estas autoras, es un proceso continuo y sistemático puesto que no se trata de un hecho aislado si no un conjunto de actividades interrelacionadas y ordenadas de manera secuencial.

Las autoras reconocen que la evaluación es una práctica social y humana compleja puesto que se materializa en un entorno donde interactúan sentimientos, valores, creencias, intereses, criterios de distintos actores; es precisamente esta dimensión donde pueden surgir conflictos. La evaluación puede también entenderse como una actividad de comunicación en la que circulan mensajes que pueden ser interpretados de distintas maneras para cada uno de los participantes en el proceso.

1.1.3 Fines y propósitos de la evaluación de competencias

Pensar en evaluación implica pensar en los propósitos de la misma, puesto que al determinar el para qué de la evaluación, prácticamente se define o condiciona todo el sistema. Los propósitos de la evaluación se relacionan directamente con el tipo de decisiones que el docente o evaluador deberá tomar a partir de la información obtenida durante el proceso evaluativo.

Avolio de Cols e Iacolutti (2006) proponen que cuando se evalúa para determinar en qué medida los aprendizajes logrados coinciden con los expresados en los objetivos, el propósito de la evaluación es de comprobación-control. Si lo que se busca es analizar y reflexionar sobre la enseñanza y el aprendizaje buscando mejorar ambos procesos, el propósito del ejercicio de evaluación está más orientado a la comprensión.

Cada propósito hace referencia a distintos tipos de evaluación, mismos que requieren la selección o diseño y aplicación de distintas estrategias e instrumentos para poder conseguir información válida y significativa respecto al desarrollo de la competencia.

Cuando

...

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