Del Emilio O La Educacion

Cuando un bebé llega al mundo, hay un gran regocijo entre los que lo esperan ansiosamente, todos los que llegan a él vienen cargados de regalos y de buenos deseos para este nuevo ser y de toda su familia en general. A partir de este momento tan importante, ese bebé tan pequeño e indefenso ha empezado una carrera continua e interminable hacia el Aprendizaje y la Educación.

Es ahora cuando empieza a descubrir por si mismo todas aquellas cosas de las que su madre le hablaba cuando estaban unidos por un cordón umbilical y ella lo albergaba dentro de sí misma. Ese mundo que su madre ya ha explorado y ha ido conociendo poco a poco y en el cual ha encontrado cosas buenas y malas, es ahora también su mundo y sobre el tiene todas las expectativas posibles.

En la mente de este pequeño, aún no hay nada, pero cada ser humano, trae consigo una necesidad imperiosa de aprender y es además, la manera real de sobrevivir y surgir.

El libro I del Emilio o la educación, nos adentra hacia un mundo en el cual el niño es el centro, porque todo lo demás lo rodea, es decir su familia, su casa, las cosas materiales. Ahora está allí frente a ese gran libro que es la vida y por una fuerza innata, lo abrirá y empezará a leerlo a su propio ritmo. Algunas veces entendiendo todo a la primera lectura y otras veces debiendo repasar varias veces el renglón para poder aprender y comprender.

Para empezar a leer ese gran libro, el niño empieza a hacer uso de sus sentidos, estos son los instrumentos principales en la adquisición de su propio conocimiento, desde el mismo momento en que el niño abre sus ojos empieza a descubrir todo un entorno diferente pero real que ahora se convierte en el centro de su atención y entonces su mente se va llenando de imágenes y su cuerpo de sensaciones que le produce todo aquello que percibe a través de sus sentidos.

De la misma manera como cuando leemos un libro necesitamos “ ponerle los cinco sentidos”, el niño también lo hace con el mundo que le rodea y es por eso que empieza a fijarse y a entretenerse con todo lo que sucede a su alrededor, quiere llegar hasta las cosa para poder probarlas .. Tocarlas... Sentirlas. Y es por eso que surge la necesidad imperiosa de dar al niño la mayor libertad posible de movimiento para que pueda así explorar con mayor facilidad el mundo que le rodea ya que esa es la base primera de la formación de su conocimiento y se convierte en su fuente única y real de experiencia hacia su proceso educativo.

Muchas madres le tienen un pánico descontrolado al hecho de dejar a que sus hijos disfruten de esa libertad para explorar el entorno en el que habitan , creen que dejarlos explorar es sinónimo de peligro inminente y que sus hijo jamás van a salir bien librados de esta experiencia como si los estuvieran empujando a un abismo y es por eso que en mi propia experiencia he visto madres que a pesar de que sus hijos ya pueden caminar y pesan demasiado son capaces de mantenerlos cargados a fin de que no sufran accidentes mientras ellas charlan con alguien o realizan cualquier otra labor y he llegado a creer que si no estuviera mal visto, muchas madres desearían con toda el alma hacer realidad esa frase tan escuchada “ quisiera amarrarlo a la pata de la cama”.

No es difícil entender que ninguna madre quiere que a su hijo le suceda algo malo que al contrario de esto ellas siempre velan por el bienestar de ellos y algunas veces sacrificando el propio bienestar. Pero también sería bueno que estas madres amorosas entendieran que ese extremo de protección no es la mejor opción de aprendizaje para sus pequeños, que aunque no lo acepten están truncando en sus hijos de una manera egoísta su proceso de educación. Que los niños necesitan aprender del mundo a través de la experiencia propia y ellas se los están impidiendo, que los que ellas ganan en tranquilidad, sus hijos lo están perdiendo en aprendizaje.

No estoy planteando con esto que todo el que desea aprender debe vivir de accidente en accidente o de moretón en moretón por cada paso nuevo que de. No se van a dejar sustancias venenosas en un lugar para que los pequeños las prueben y aprendan a no tomarlas o vamos a aplicar jabón en un piso y los niños se resbalen y “aprendan

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