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“Desafíos, tendencias e indicadores verdes”


Enviado por   •  9 de Julio de 2017  •  Ensayos  •  2.219 Palabras (9 Páginas)  •  175 Visitas

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Ensayo
“Desafíos, tendencias e indicadores verdes”

Administración para el  Desarrollo

Prof.: Jorge Antonio Sánchez Galván

Equipo No. 6

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Como es bien sabido, la palabra “desarrollo” ha formado parte de un vocabulario general desde hace mucho tiempo, pero ¿realmente se conoce el significado de esta palabra? ¿Se sabe lo que conlleva? ¿Se ha visto, como tal, un desarrollo positivo y equitativo? A lo largo de estas líneas se expondrá una breve historia sobre esta poderosa palabra y se estudiará/examinará/ si se ha logrado su propósito no sólo a nivel nacional, sino también a nivel internacional.

La planificación para el desarrollo en América Latina surgió en el siglo XX de manera sistemática, con fundamentos teóricos y estilización de determinados procedimientos técnicos. Se impulsó mediante la firma de la Carta de Punta del Este en 1962, en la cual se decidió asociarse en un esfuerzo común para alcanzar un avance económico más acelerado y una más amplia justicia social, en la que se pedía a los países construir una visión de futuro.

El impacto de la planificación y el proceso de desarrollo evolucionaron a la par y fueron afectados por factores internos (estilos de desarrollo) y de manera externa como las circunstancias internacionales (globalización económica y política).

En el siglo XX se registró una revalorización de la planificación como una herramienta que ayuda al desarrollo. Con ello ha habido mejores condiciones económicas y sociales. Hoy, las sociedades son más participativas.

Un desarrollo pleno está acompañado de bienestar social, sostenible y conciencia del cuidado del medio ambiente y un crecimiento en la economía.

La planificación ortodoxa es una forma particular. Involucra 3 rasgos principales, según De Mattos, Carlos[a]:

  • El voluntarismo utópico. Implicó la anteposición de la propia ideología de los planificadores en lugar de aquella vinculada al grupo que mantenía el control en la toma de decisiones.
  • Reduccionismo economista. Las soluciones a los problemas de escasez, desigualdad, atraso, eran pausibles de encontrarse y materializarse a partir de diferentes instrumentos de política económica.
  • Formalismo que rigió a los procedimientos y a la organización institucional. Tinbergen propuso seguir una secuencia, que incluía un diagnóstico inicial, la fijación de metas y objetivos por alcanzar, proyección de variables económicas relevantes, diseño de políticas para alcanzar los objetivos, la identificación y elaboración de los programas y proyectos.

En los años 90 y hasta principios del 2000, la corriente dominante se impuso en la región con esquemas orientados a la predominancia del mercado y la reducción del papel del Estado como promotor del desarrollo.

En los años 40, la planificación logró una consolidación y la mayor influencia histórica en los años 50 y 60, acompañada de un Estado que se legitimaba y afirmaba su papel en la vida nacional.

La planificación en el caso específico de México, enfocada en el desarrollo sustentable, aún deja mucho que desear y, desde nuestro punto de vista, [b]se considera que la planeación está mal elaborada y, en consecuencia, existe una mala y deficiente aplicación de políticas y esto se debe a la inadecuada interpretación que se le ha dado al término desarrollo sustentable en el país.

La Comisión Burntland en su publicación “Nuestro Futuro Común”  define este término como “el desarrollo que satisface las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer y afectar la capacidad que tienen las  generaciones futuras de satisfacer las suyas”[c]. Ésta es, acaso, la mejor definición que se le ha otorgado o, al menos, una de las más aceptadas. Al analizar la propuesta de Burntland, se puede entender que pensar en desarrollo sustentable es pensar en el futuro y pensar de esta manera requiere de una planeación a largo plazo, lo cual es una de las grandes deficiencias del país.

La planeación en México desde tiempos remotos se ha caracterizado  por tener una visión a corto plazo, aun después de haber integrado la idea del desarrollo sustentable, los planes no suelen pasar de los 6 años y al término de ese periodo se comienza uno nuevo, ignorando casi por completo el plan que ya se venía trabajando. Es claro que, si el país en verdad quisiera implementar la idea del desarrollo, lo primero que tendría que hacer es cambiar la visión de corto plazo que se ha venido manejando. En ese sentido, se debería  pensar y planear a futuro con objetivos a largo plazo, creando planes paralelos que estimulen el cumplimiento de las metas del plan principal.

Las políticas públicas son de gran importancia; son fundamentales para poder crear un buen plan en pro del desarrollo. Deben considerar las tres grandes dimensiones que la Comisión Burtland nos enuncia: la parte económica, el ámbito  social y la parte ambiental. Esta última es la más importante para la sustentabilidad, ya que de ella depende la estabilidad de generaciones futuras. A pesar de ser uno de los factores más importantes y que debería estar presente en todo plan elaborado dentro del país, aún sigue teniendo muy poca relevancia, teniendo por el contrario el factor económico como uno de los pilares dentro de la planeación.  

Cabe mencionar que la dimensión económica es de gran importancia en el desarrollo de un país, pero se debe pensar en un crecimiento económico sin dejar de lado las otras dos grandes dimensiones, si queremos lograr las metas del desarrollo sustentable. Estas tres dimensiones deben estar interrelacionadas, con una importancia equitativa al momento de crear políticas públicas y o elaborar un plan de desarrollo.

Una buena opción en un país como México, que desde tiempos remotos ha sostenido su economía en el cultivo, es implementar una agricultura sostenible. Para empezar, definiremos la agricultura como la labranza o cultivo de la tierra e incluye todos los trabajos relacionados al tratamiento del suelo y a la plantación de vegetales. Las [d]actividades agrícolas suelen estar destinadas a la producción de alimentos y a la obtención de verduras, frutas, hortalizas y cereales.[1] Esta actividad, sin duda alguna, hizo posible que la humanidad diera un gran avance en su evolución; sin embargo, actualmente representa un gran problema para el medio ambiente, debido al gran cambio que han sufrido las técnicas de producción, pues pasó de ser una producción tradicional que se practicaba de forma natural, a una producción industrializada, donde se comenzó a utilizar fertilizantes. Se habla de implementar acciones y políticas que disminuyan el deterioro ambiental causado por las técnicas modernas y sofisticadas que se han utilizado para agilizar el proceso productivo pero no se observa de manera clara una idea capaz de atacar el problema. Por otra parte, a partir de algunas investigaciones realizadas, surgió un concepto relevante para las expectativas del objetivo principal de este trabajo[e]: salvaguardar la calidad de vida disminuyendo el deterioro ambiental. Esta actividad se conoce como  agricultura sustentable, se apoya en un sistema de producción con aptitud de mantener su productividad y de ser útil a la sociedad a largo plazo, cumpliendo los requisitos de abastecer adecuadamente de alimentos a precios razonables y de ser suficientemente rentable como para competir con la agricultura convencional; y además el ecológico de preservar el potencial de los recursos naturales productivos.[f]

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