Desarrollo Organizacional

No basta con definir la Misión, Visión, Políticas y Valores de una organización para aumentar la productividad de la misma, desde mi perspectiva se trata de un trabajo individual donde el administrador y sus colaboradores deben convertirse en “Facilitadores del Cambio”

Si bien, en una organización confluyen distintas culturas, pensamientos, creencias, intereses y actitudes de cada uno de sus integrantes, la tarea nuestra como administradores es construir una cultura organizacional donde el cumplimiento de las metas, sea la constante motivación del personal. Pero cómo es posible esto? Como hacer que los trabajadores de una organización se comprometan con el cumplimiento de las metas sin necesidad de medidas impuestas, si no por simple convicción? Pareciera un sueño, y de hecho lo es, porque siendo soñadores, perdemos el miedo al fracaso, y elimínanos obstáculos que parecieran imposibles, se genera confianza en nosotros mismos y aumenta la autoestima.

Algunos piensan que soñar es perder el tiempo, y están convencidos de que lo que hay que hacer es trabajar duro, sacrificarse y aceptar su destino; y es que asi nos han formado desde niños, pensando siempre en el presente y esperando un futuro incierto que solo nos da miedo. La mayoría de nosotros vivimos en una zona conocida como la “Zona de confort” una zona donde nos sentimos bien, porque es lo que conocemos, es lo que vivimos diariamente, son los hábitos, rutinas, actitudes que vivimos día tras día. Algunas veces cuando tenemos la oportunidad nos movemos a una “zona de aprendizaje” una zona a la que vamos cuando viajamos, conocemos culturas, cambiamos hábitos, aprendemos y comparamos, esta zona nos permite ampliar nuestros conocimientos y a su vez expande sin darnos cuenta la anterior zona llamada de confort, es decir que cuando hacemos algo motivados por aprender o alcanzar una meta, estamos cambiando hábitos y creencias sin darnos cuenta. Una tercera zona llamada por algunos “zona de Pánico” y por otros “zona mágica” es la zona de lo desconocido o del cambio, una zona que nos da miedo, porque no sabemos lo hay allí, es la zona del miedo al que dirán, a fallar, al ridículo o la vergüenza y sentimos miedo porque creemos que al pasar a esta zona, estamos perdiendo lo que teníamos antes y más que eso, creeos que dejamos de ser quiénes somos.

Cambiar no significa perder lo que teníamos, significa ampliar nuestra zona de confort. Por tanto, Cambiar es avanzar y avanzar es desarrollo, y asi debe ser visto por cada uno de nosotros como parte de la organización.

La evolución constante conocida como globalización de los mercados, los avances de la tecnología, las nuevas tendencias y el mundo entero, se encuentran en constante movimiento, a velocidades significativas, y si la organización no está preparada y consciente de esos cambios con una actitud positiva frente a los mismos, estaremos frente a una organización rezagada y con graves problemas en su interior, por lo tanto es imprescindible eliminar la resistencia al cambio en todos los aspectos de la organización.

La resistencia al cambio debe ser vista, no como una tendencia generalizada de los individuos, si no como una resistencia individual a lo desconocido o a lo que simplemente no nos motiva, un ejemplo de ello es que todos buscamos un cambio en nuestras vidas, a quien no le gustaría un ascenso en el trabajo?, o crecer para independizarse?, o cambiar su carro por uno nuevo? Quien se resiste a esos cambios? Nadie, porque son cambios que motivan a las personas, son sueños convertidos en metas a perseguir, y de esta manera difícilmente alguien los rechazaría. Debemos convertir los cambios de la organización en metas para el personal, metas atractivas con reconocimiento por sus logros, eliminando los posibles riesgos de ese cambio, demostrando lo positivo

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