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Desercion Escolar


Enviado por   •  2 de Agosto de 2014  •  1.322 Palabras (6 Páginas)  •  157 Visitas

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Introducción

Este trabajo presenta una síntesis y algunos comentarios acerca del contenido del libro “Aguacates Juan”, en el cual se relata la historia de un campesino quien, luegode perder su trabajo en el campo, se ve sin opciones en su pueblo natal, la ciudad de Moca y decide trasladarse hacia la ciudad de Santo Domingo en busca de oportunidades con el claro objetivo desustentar y desarrollar a su amada familia.

En el prologo de Aguacates Juan, Melvin Peña califica la obra como “una novela de negocios anclada en la realidad del subcontinente, una obra de ficción sobregerencia tan verosímil como aterrizada, alejada de ese hibrido editorial que oscila entre el management y la autoayuda,…”

En el desarrollo de este trabajo, se presentan y se comentan losprincipales episodios de cada uno de los capítulos del libro Aguacates Juan. Se identifican los conceptos y estrategias de marketing, finanzas y administración que están plasmados de manera implícita, con unlenguaje sencillo a lo largo de la interesante y entretenida historia de Juan y su familia. Una familia que logró cambiar sus vidas para convertirse en empresarios exitosos, enfrentando y superandotodos los desafíos que se derivan de incursionar y mantenerse en el mundo de los negocios.

La historia común de la mayoría de las familias de República Dominicana, donde los pequeños y medianos empresarios y la economía informal conforman la principal fuente de empleos; y donde la mayoría de las empresas son familiares, por su estructura de propiedad y/o por su estilo de gestión.

Historias de éxito como la de General Motors o Facebook pueden ser entretenidas e importantes, y se encuentran en internet por doquier, pero suenan lejanas y poco aplicables al contexto doméstico. La de Juan, en cambio, es la historia vivida y vivida diariamente por el “hombre-pueblo”, como gusta llamar el periodista español Manuel Domínguez Moreno al ciudadano de a pie.

Con la publicación de Aguacates Juan, Vicens empieza a satisfacer una demanda silente del mercado editorial latinoamericano: una obra de ficción sobre gerencia tan verosímil como aterrizada.

Capitulo 1

Juan se puso la ropa silenciosamente y, sin despedirse de su mujer y sus hijos, partió hacia la parada de guaguas, siguiendo el caminito que tantas veces había recorrido para ir a su trabajo, pero esta iba en busca de su destino. Aguardó en la carretera y subió en el primer vehículo público que pasó rumbo a Moca.

Cuando llegó a la parada de guaguas, vio el letrero que tenia la voladora en la ventana trasera “Mi Propio Esfuerzo”. Más arriba las insignias del sindicato a la que estaba afiliada SINCHOVOCI (Sindicato de Choferes de Voladoras del Cibao).

Cuando se ocupó el último lugar vacío en el pasillo, el chofer subió, se acotejó en el asiento y colocó un disco compacto en el equipo de música. Una bachata de golpe de guitarra y letra de amor perdido inundó la guagua.

El solo llevaba unas pocas monedas en los bolsillos. ¡Cuántos años dedicados a esta finca! Viajaba con la vergüenza del fracasado, con la pena del que ha perdido una batalla.

Lamentó no haber dedicado más tiempo a su pequeña finca, a comprarles tierra a los infelices que no tenían para comer como habían hecho muchos vecinos de él.

En medio de su lamento, de los latigazos que se propinaba, recordó su orgullo, su formación, su seriedad. Escuchó una voz interior que le dijo: Primero muerto que coger lo ajeno. Por más que lo pinten de rosa, eso es robar. No, no, eso no lo haría yo, ni por mis tres hijos.

De vuelta al pasado, sonrió con el recuerdo del día en que conoció a su mujer, Esperanza. La vio sentada en el escritorio, frente a la máquina de escribir, la negra Olivetti de teclas redondas donde ella escribía las cartas y telegramas que enviaba don José. Se le infló el pecho de felicidad al recordar el nacimiento de María, su primera hija. En ese entonces era un pichón, con muchos bríos y poca cabeza.

El zumbar de las gomas lo trajo de su mundo encantado y por momentos sintió que habían despejado. Era este tramo ancho de la autopista, antes de llegar a la Cumbre, donde los choferes aprovechan y aceleran hasta el fondo.

Recordó el día que vendieron la finca al hombre más ruin de la zona, a ese chupa sangre, prestamista y abusador. Escucho sus palabras al pedir su liquidación después de aguantar casi un año, y ver cómo lo iban acabando con cuchillito de palo: usted y yo no nos gustamos y esto no va a funcionar, búsqueme mis chelitos y así usted hace lo que quiera con esta tierra y su gente. Vio la cara de Esperanza cuando llegó a mitad de la tarde, sin comer, con la camisa empapada de sudor de deambular sin rumbo, de pensar y pensar.

Miró al futuro y no vio nada, sintió un vacio en el alma, un vacio que sólo

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