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Discriminacion Lgtb En Colombia


Enviado por   •  17 de Noviembre de 2014  •  1.449 Palabras (6 Páginas)  •  230 Visitas

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Comunidad LGTB en discriminación

Así lo demuestra un estudio de percepciones que la Escuela Nacional Sindical y la Corporación Caribe Afirmativo están adelantando en tres ciudades: Bogotá, Medellín y Cartagena, a fin de analizar las condiciones de trabajo decente de la población LGBT; estudio que indica la prevalencia de una serie de prácticas y acciones de discriminación y exclusión en espacios laborales, lo mismo que prejuicios sexuales que justifican creencias y opiniones que operan como mecanismos de vigilancia y control sobre los cuerpos y su expresión de género.

Para la población LGBT, la afectación a sus condiciones laborales no sólo se debe a los procesos de flexibilización laboral y sus secuelas de inestabilidad, malos salarios y ausencia de seguridad social, sino también a causa de la intolerancia e irrespeto hacia sus derechos, por el solo hecho de salirse de la normativa heterosexista.

Esto se manifiesta en prácticas y presiones indebidas como: burlas por parte de los compañeros, chistes intencionados, señalamientos constantes, sobrecarga de trabajo y asignación de responsabilidades no contempladas en la contratación, imposibilidad de ascenso y movilidad laboral, acoso sexual (sobre todo a las mujeres), y la búsqueda desesperada de eficiencia en la empresa o institución donde estas personas laboran, para mitigar así los efectos negativos que pueda tener su condición sexual.

Discriminación en el lugar de trabajo

Los actos discriminatorios hacia la población LGBT en los espacios laborales, es un tema complejo por las dificultades para demostrarla, puesto que generalmente estos actos se manifiestan en actitudes o conductas que, consciente o inconscientemente, tienen como intención anular, dominar o ignorar a la persona por su orientación sexual. Los empresarios, por ejemplo, saben que no pueden despedir a alguien por ser gay o lesbiana, pero las personas entrevistadas para este estudio expresan que en muchas ocasiones, para justificar el despido, esgrimen motivos ajenos a esos. En casos en que se demuestra que el despido tiene un componente homofóbico, la ley obliga a la restitución en el cargo, pero esto implica para la víctima revincularse a un espacio en el que ya fue rechazada.

Para no ser víctimas de estas acciones, o no perder su empleo, los gay y lesbianas acuden a estrategias como el autocontrol y mantener en silencio su orientación sexual. Así lo testifica una mujer lesbiana, de 28 años de edad, cartagenera, quien trabaja como economista en una Institución pública:

“En mi oficina mantengo oculta mi sexualidad porque sé que en un contexto tan machista no estaría bien visto y sería sometida a burlas, chistes y atropellos que no estoy dispuesta a afrontar. Me favorece que soy muy femenina y que manejo absoluta reserva. Mi vida es de la oficina a mi casa y no más, con nadie de mis compañeros hablo de temas personales. No voy a fiestas ni a integraciones, para evitar interrogatorios. Sin embargo, no ha sido fácil, me toca decirle a mi pareja que no vaya por la oficina, trato de no hablar por teléfono con ella y bueno… prefiero pasar como mujer solterona a que se den cuenta de que soy lesbiana”.

Estas estrategias de ocultamiento y autocontrol repercuten en la vida de las personas, quienes empiezan a sentir que llevan una doble vida, una disociación entre lo afectivo y lo laboral, lo que adicionalmente genera tensión, estrés y ansiedad. Al respecto dos testimonio, el primero de una mujer lesbiana de Medellín, y el segundo de un médico gay, bogotano de 29 años de edad:

“Yo no soy una mujer femenina ni una mamacita que pueda ser objeto de deseo para los hombres, sin embargo cuando en la oficina se extendió el rumor de que yo era una machorra, porque así me llamaban, algunos compañeros empezaron a provocarme sexualmente, con chistes sobre la falta de pene y esas cosas. Incluso un día del amigo secreto me regalaron un vibrador, algo que me pareció grotesco y violento. La presión fue tal que tuve que pedir cambio de sede y por fortuna se me dieron las cosas. En mi nuevo lugar me toca ser muy cuidadosa para evitar que eso me vuelva a pasar. Pero vivo con mucho temor y estrés cuando me preguntan por mi familia, mi novio, y sobre todo que cuándo me voy a casar, porque ese es otro asunto: si una a cierta edad no está casada con un hombre, comienza a ser objeto como de conmiseración”.

“Hasta hace un año trabajaba en un hospital

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