EDUCACION Y PLURALIDAD

Proyecto:

Educación y pluralidad

La autobiografía como estrategia de inserción y memoria social

“Nos acostumbramos a que la sociedad sea impiadosa”

(Beatriz Sarlo, Tiempo presente. Notas sobre el cambio de una cultura, 2001)

Atender a la diversidad es un tema que hoy asume un lugar privilegiado en las políticas educativas. Pero ¿cuánto hay de verdaderamente inclusor en el discurso educativo actual? ¿Cuáles son los sentidos de aceptar lo heterogéneo, al diferente, al excluido? ¿Se interrogan estas políticas las condiciones institucionales y sociales que producen la exclusión? Muchas veces, ese discurso muestra la desigualdad y la injusticia como aspectos inmodificables de la realidad. Por ello se hace necesario reinterpretar la función igualadora e integradora de la educación.

Se nos sugiere a los docentes enseñar atendiendo a los contextos diversos y dando espacio a la multiplicidad de culturas que portan los niños y adolescentes. En este breve ensayo propongo abordar esta cuestión, interrogando sobre la posibilidad de un centro educativo que equipare en la diferencia y que de lugar a un vínculo con la pluralidad que no reproduzca injusticias.

En el marco de un sistema educativo que evidencia el impacto de las crisis que vivió y vive el país, se hace urgente habilitar otros sentidos y prácticas sobre la diversidad en los centros educativos. Hoy cobran jerarquía las prácticas individuales, los afectos y las personalidades de quienes participan en la vida de esos centros ya que no se cuenta con programas sólidos de funcionamiento. Escuelas, liceos, escuelas técnicas son algunas de las instituciones del estado que a pesar de sus debilidades, cumplen una importante función receptora: escuchan problemáticas y demandas de forma mucho más comprometida que otras instituciones. Los centros se hacen cargo muchas veces de problemas que no son meramente educativos, que no pueden resolverse con pedagogías inclusoras solamente. Pero implicarse marca un cambio. Generar espacios de diálogo, de aprendizajes conducidos, es un camino a tomar para cuidar, asistir, enseñar.

¿En qué consiste incluir al otro, con su historia? ¿Hasta dónde necesitamos saber los docentes de nuestros alumnos para educarlos? Varias posturas o situaciones podrían nombrarse, la frecuente es la preferencia por no saber, no enterarse para así poder trabajar. Pero entonces, probablemente no se produzca el encuentro con el otro, no hay lugar para conmoverse ante relatos de historias duras o escalofriantes. La necesidad económica y la multiplicidad de empleos lleva a veces a que los profesores no sepamos a quiénes tenemos enfrente, nos lleva a trabajar insensibilizados. Por otra parte, ¿hacia dónde nos lleva conmovernos? ¿Qué hacemos con esas historias? ¿Cómo vincularnos con esos alumnos sin concebirlos como víctimas sino como iguales?

El sociólogo Richard Sennett, publicó un libro sobre el respeto y la dignidad en las sociedades desiguales (“El respeto. Sobre la dignidad del hombre en un mundo de desigualdad”, 2003) y considero pertinentes para el caso las ideas que plantea en el mismo: No despreciar al diferente, al diverso, significa confiar en que puede ser educado antes que dé pruebas de ello. Significa apostar a que el conocimiento y la experiencia escolar lo pondrán en contacto con otros mundos que modificarán el propio, y al hacerlo, enriquecerán también el mundo en común.

Es vital desarrollar nuevas sensibilidades y estrategias para instalar la igualdad y la justicia en el centro del debate educativo, comprometerse por una sociedad más democrática, que valore el aporte original de cada uno.

Ante esta necesidad, nace este proyecto, como propuesta integradora: La autobiografía como estrategia de inserción y memoria social.

No es necesariamente una propuesta original pero si lo es sistematizarla, coordinarla en nuestro país. Su aplicabilidad dependerá en gran medida de la promoción que se le haga y del empeño que ponga cada centro educativo en llevar la propuesta adelante; más que recursos económicos, requerirá de recursos humanos.

La propuesta que se presenta en este trabajo para abordar la complejidad de la diversidad en la esfera educativa es trazar un recorrido por múltiples textos vinculados con la construcción de la historia individual y colectiva nuestra y de nuestros alumnos. Es necesario construir tanto la propia historia como la de otros a través de la escritura y la lectura de textos que narren historias de vida y nos permitan reflejarnos, espejarnos en la vida de los otros.

La lectura y escritura de estas narraciones (prácticas que pueden desarrollarse en clase de Idioma Español, de Literatura, de Historia, pero que no se limitan a estas) dan lugar a la construcción de la subjetividad, a la búsqueda de sentido de la propia historia, al proceso de identificación en diálogo con la subjetividad de los otros.

Resulta interesante pensar, desde esta perspectiva, la construcción de las historias de nuestros alumnos y las nuestras en contextos pedagógicos, hacer del aula un espacio como cruce de historias, un espacio para hacer significativas las prácticas de leer y escribir. La afectividad mostrada al hablar de sentimientos, sensaciones, recuerdos puede llevar a la identificación con otros, pese a las diferencias, se expresan inquietudes o vicisitudes comunes. La tolerancia entre pares nace a partir del conocimiento de que a pesar de las diferencias hay similitudes.

Es importante detenernos en este punto a pensar: ¿Cómo influye la lectura de las narraciones ajenas en la conformación de nuestra subjetividad? ¿Qué relación hay entre las historias de vida y la configuración de identidades? ¿De qué manera las biografías singulares expresan y traducen identificaciones

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