EL ADULTO Y SU APRENDIZAJE

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y POSTGRADO

CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN, MENCIÓN PLANIFICACIÓN EDUCATIVA

NÚCLEO NUEVA ESPARTA

Participante:

BEATRIZ RODRÍGUEZ N.

Fecha: 22-06-2021

El ADULTO Y SU APRENDIZAJE

Al analizar los planteamientos expresados por el autor Castro, Manuel (2017) se entiende que el ritmo vertiginoso de los cambios políticos, sociales, culturales y económicos producidos en la Nación y en el mundo en los últimos años crean situaciones a nivel personal y profesional en los adultos y surge así la necesidad de ajustarse a tales cambios, por lo que se demanda que las instituciones públicas y privadas otorguen mayor importancia a este aspecto, aproximándose al desarrollo de las potencialidades de los alumnos participantes a través de un aprendizaje significativo.

Por tal razón, se hace necesario partir de la concepción del adulto que aprende, entendiéndolo en sentido de madurez, surgiendo así el objeto de la andragogía, como el conjunto de técnicas orientadas a educar personas adultas, contribuyendo a la organización de sus conocimientos, pues el hecho educativo es un proceso que actúa sobre el humano a lo largo de toda su vida, ya que su naturaleza permite que pueda continuar aprendiendo sin importar su edad.

Así pues la andragogía es concebida como ciencia porque trata aspectos históricos, filosóficos, sociológicos, psicológicos y organizacionales de la educación, además es vista como un arte porque se ejerce una práctica social evidenciada en todas las actividades educativas organizadas especialmente para el adulto. Entendiendo entonces al facilitador andragogo como constructor de conocimientos y significados, considerando que el proceso de aprendizaje se da sobre la base de la oportunidad a transformar la cultura individual y colectiva.

Por consiguiente, se impone una sustancial redimensión de los elementos que integran la educación del adulto orientándola hacia el logro de un proceso integral de formación para la vida, es decir, concebir que la verdadera finalidad de la educación consiste en promover el crecimiento cultural y personal de los individuos, creando seres humanos competentes con habilidades y destrezas para enfrentar y solucionar problemas, con capacidad cognitiva para formularse metas y ejecutar estrategias para alcanzarlas, esto es logrando aprendizajes significativos que a su vez se convierten en principio directivo para la transformación social hacia la construcción del futuro

Según lo anterior, el participante adulto presenta características bien definidas, pues desarrolla conocimientos, habilidades y comportamientos relacionados con sus responsabilidades y actividades; tiene iniciativa, autonomía y decisión propia en su proceso de desarrollo personal y profesional, percibiendo así la actividad educativa como un reto.

Se conciben algunas dimensiones como indicadores que revelan el proceso de madurez de la persona, por cuanto un individuo puede pasar progresivamente de un estado de dependencia al de autonomía por sus capacidades de interrelación. En este sentido se hace necesario considerar los aportes de Vigostky (1979) como generador y promotor de las importantes teorías sobre el desarrollo de los procesos psicológicos superiores

Se parte de la concepción de que toda persona organiza y estructura individualmente el conocimiento pero lo hace en la interacción social con las demás personas. Esta propuesta sostiene que los seres humanos desarrollan sus potencialidades psicológicas gracias a la mediación de los demás, pues el individuo está ligado al contexto social, por tanto la interacción se convierte en el motor del desarrollo.

Cabe destacar que la motivación del adulto marca diferencia con la del niño, juega un papel preponderante en el proceso de aprendizaje, se constituye en el factor enérgico durante todas las fases del proceso de aprendizaje. Éste no queda reducido estrictamente al espacio cognitivo sino que se enmarca en los aspectos motivacionales en función del logro de metas que tiene el adulto que aprende, lo cual determina la simbiosis que tiene el aspecto cognitivo con el afectivo emocional.

A este respecto, cabe señalar que entre las teorías de la motivación de la satisfacción que hacen énfasis en las necesidades internas que alientan el comportamiento, la más conocida es la teoría de la jerarquía de las necesidades de Abraham Maslow, éste desarrolla un sistema para explicar la jerarquía de necesidades según su grado de importancia para el individuo. Estableciendo el siguiente orden: fisiológicas, de seguridad, de afiliación, de estima y de autorrealización. Lógicamente cuando la necesidad de estima se satisface, la necesidad de autorrealización toma fuerza. Pues se siente el deseo de desarrollar al máximo el potencial humano hasta llegar a ser lo que se es capaz de ser.

La autoestima organiza el mundo complejo de experiencias. Es la energía que conlleva a la plenitud de la satisfacción, se concibe como la base sólida para trabajar y lograr una transformación efectiva del individuo, pues es la fuerza del organismo que proporciona sentido y dirección a la experiencia total y sólo a través de ella se logran los efectos de interacción e integración Es importante aclarar que los niveles de satisfacción de necesidades pueden variar de una persona a otra. Puede ser común que el nivel de satisfacción de una necesidad no esté completamente satisfecho antes de que surja el otro nivel.

Así se expresa la teoría de los factores psicosociales y procesos intrapersonales, tal como queda de manifiesto ocurre en el interior del adulto en proceso de aprendizaje, son estos aspectos que influyen en la preservación del yo del adulto. Se exteriorizan según acciones y comportamiento y algunas veces toman forma de evasión o de rechazo. En cuanto a los procesos de integración el participante enfrenta diferentes roles que exigen nuevos comportamientos y por tal razón desea explorar más en el campo del saber hacer o del saber ser; lo cual lleva a la consideración de cómo el adulto aprende.

Así se describe el proceso perceptual en el cual el adulto trata de imitar lo que considera como una experiencia positiva y en un proceso de repetición se apropia de un conocimiento. En el proceso resolutivo el adulto reflexiona y se formula alternativas para dar respuesta, eligiendo así la opción más significativa o adecuada, producto ésta de un análisis previo. Por su lado, el proceso behavioral el cual interpreta que a partir de la insatisfacción el adulto elige modificar el comportamiento y decide el cambio de la acción hasta lograr la eficacia, este proceso le da seguridad en sí mismo. Y finalmente, el proceso innovador, el adulto manifiesta interés en la práctica de cosas nuevas y en la medida en que las ejecuta evalúa la pertinencia de la misma y toma la decisión de continuar con la práctica de manera permanente o algunas veces o sencillamente no usarla.

En cuanto a los antecedentes del participante adulto es necesario hacer referencia a los procesos interpersonales, pues cada adulto tiene un bagaje de experiencias previas que ha ido acumulando a lo largo del desarrollo de su vida, por ello cada adulto tiene su propia personalidad definida, es decir, según la imagen que el adulto maneje de sí mismo le permite sentirse confiado ante las diferentes situaciones de vida.

Desde un punto de vista psicológico el adulto es considerado como un participante con prisa, él sabe que su tiempo es corto y por consiguiente, el aprendizaje obligatoriamente debe tener un carácter significativo para él, esto es que le sea útil en cualquier circunstancia de su vida. La idea es que el aprendizaje de conceptos, procesos y valores es significativo en la medida en que se hace la relación sustantiva con lo que ya sabe, es decir, este nuevo conocimiento debe ser de su interés, debe estar motivado a relacionar lo que aprende con lo que sabe, y lo más importante es que ese aprendizaje sea funcional, que pueda ser efectivamente utilizado en las circunstancias que lo requieran.

Cabe destacar que el estudiante adulto en su proceso de aprendizaje sistemático tiene imágenes mentales emotivas muy arraigadas y no siempre son positivas, lo cual implicaría un proceso de desprendimiento para asumir el nuevo aprendizaje, lo delicado del asunto es el hecho de que el adulto se reconozca imperfecto frente a sí mismo, esto a veces puede funcionar como una barrera en el aprendizaje.

Se resalta el hecho de que son muchos los factores internos que influyen cuando el adulto organiza su experiencia de aprendizaje; por ello, los procesos interpersonales se clasifican en: relaciones de poder, aquí es muy importante aclarar que el facilitador andragogo debe tener el poder de influir mediante acciones de liderazgo animando al grupo y estableciendo relaciones emotivas, por lo tanto, la estructura social de un grupo de adultos permite a algunos miembros ejercer más influencia que otros sobre uno u otro participante Cabe aclarar que el aprendizaje depende también de la capacidad adquirida por el alumno a lo largo del desarrollo, esto es del nivel alcanzado por sus estructuras mentales que le permiten poner en marcha una determinada capacidad de pensar y entender.

Una segunda clasificación de los procesos

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