EL CONTRASENTIDO DE LAS OPERACIONES DE DOE RUN

EL CONTRASENTIDO DE LAS OPERACIONES DE DOE RUN

¿Un bien o un Mal?

Es posible que gran parte de los habitantes de La Oroya, consideren que las actuaciones de la Empresa Doe Run en contra del medio ambiente son aceptables y hasta justificables, teniendo en cuenta el desarrollo que aportan a la región a través de la generación de fuentes de trabajos que redundan en mejores ingresos para sus habitantes, superiores a los que remotamente soñarían conseguir sino no contaran con una amplia gama de recursos mineros como Plomo, Cobre, Zinc, Plata, entre otros, que hacen que la región tenga un atractivo especial para que las grandes industrias extranjeras se fijen en ella como fuente principal de sus ingresos.

Pero la pregunta sería ¿A qué Precio?, el de una vida, o no de una, sino de varias, o la suya propia, esta apreciación no debe parecernos rara ni desconcertante, pues en esta sociedad moderna, donde prima lo económico antes que lo social, nos encontrarnos frente a una realidad en donde el beneficio de un grupo reducido de humanos se consigue a costa de la tragedia de la gran mayoría.

Con la realización del presente ensayo se quiere establecer la relación que existe entre el desarrollo económico de la región de La Oroya (Un bien), versus la posibilidad de destrucción total de sus recursos ambientales básicos como el agua, el aire y el suelo (Un mal), todo enmarcado en la responsabilidad económica y social de una empresa, Doe Run Perú.

Para ello, se presentará inicialmente un resumen de la problemática ambiental que afronta la región desde un marco retrospectivo, avanzando de manera gradual hasta llegar a su actual situación. De igual forma, se tratará el tema de la responsabilidad de la empresa Doe Run frentes a sus costos externos marginales provenientes de su actividad económica; así como el manejo que ejerce en el engranaje político y la manipulación social que actualmente utiliza para lograr el apoyo de algunos grupos de la población.

La Oroya es una ciudad situada en la parte central del Perú, capital de la Provincia de Yauli (Departamento de Junín), se encuentra ubicada a unos 3750 metros sobre el nivel del mar, en la vertiente oriental de la Cordillera de los Andes, al margen del Río Mantaro, pero su mayor atractivo no lo constituyen ni su posición geográfica, ni sus paisajes, sino el ser el centro metalúrgico más grande de Latinoamérica1

Pero contrariamente a lo que se podría pensar, la popularidad de esta región no proviene de su alto nivel tecnológico, representado en la complejidad de su Centro Industrial que la convierten en la principal sede de fundición metalúrgica del país, en donde se combinan actividades de transformación de productos polimetálicos provenientes de los Andes centrales peruanos y representados en diez metales básicos (Cobre, Zinc, Plata, Plomo, Indio, Bismuto, Oro, Selenio, Telurio y Antimonio), mediante la aplicación de diversas tecnologías y procesos2

Mucho menos se podría pensar que es debido a la extracción de algunos minerales de alto valor económico como son la Plata, el Indio, el Bismuto y otros.

Paradójicamente, su reconocimiento está basado en la destrucción ambiental de su entorno, pues gracias al accionar irresponsable de algunas compañías extranjeras y nacionales, la ciudad es considerada según estudios realizados por el Instituto Blacksmith en el 20063, como uno de los diez (10) sitios más contaminados del planeta junto a Chernobyl donde ocurrió el mayor accidente industrial del mundo, Dzerzhinsk una ciudad rusa donde se fabricaban armas químicas, Linfen donde se desarrolla la industria de carbón en China y Rapinet donde más de 3 millones de personas están afectadas por los desechos de curtiduría en La India.

1DISTRITO DE LA OROYA. Wikipedia, la enciclopedia libre, disponible en: [http/es.wikipedia.org /wiki/Distrito_de_La_Oroya].

HISTORIA. El distrito de La Oroya, disponible en [http/www.munilaoroya.gob.pe/muni/historia.html]

2OPERACIONES - DOE RUN- Procesos requeridos para transformar los concentrados poli-metálicos, disponible en: [http/www.doerun.com.pe/content/pagina.php2].

3GODOFREDO ARAUZO –Contaminación de la Oroya – [citado el 21 de Mayo de 2008], disponible en:[http/www.portaldelmedioambiente.com/.../la_oroya_peru_una_industria_que_condena_a_las_enfermedades_y_una_muerte_lenta/].

Esta clasificación ambiental poco honrosa que se le ha dado a ciudad de La Oroya, no es más que el legado de más de ocho décadas de explotación y abuso por parte de hombres inescrupulosos, amparados bajo la fachada de un “Nombre Corporativo”, a través del cual, promulgan el bienestar y desarrollo a una comunidad determinada, mientras que disimulan los verdaderos intereses económicos de sus representantes, ejerciendo medidas de control irrisorias, considerando que el progreso que generan es un favor que se hace a la región elegida para explotar.

Es por el accionar demencial de uno cuantos que la región de La Oroya es víctima de un envenenamiento persistente y perdurable en el tiempo, ocasionado por las emisiones derivadas de los trabajos de fundición de metales como el plomo, cadmio, arsénico, dióxido de azufre y otros metales pesados, los cuales han venido deteriorando gravemente la salud de los habitantes de La Oroya, quienes permanecen impávidos, como victimas silenciosas que anteponen el bienestar de sus hijos y el propio porque no cuentan con otra opción.

Pero al considerar los daños ambientales ocasionados a esta región, es importante aclarar que la responsabilidad de estos hechos no atañe exclusivamente a la Compañía Doe Run, sino que se remonta años atrás, por lo cual, mal haríamos en trasladar el peso total de esta catástrofe ecológica a una sola empresa, pues para conocer y evaluar la responsabilidad atribuible a esta compañía, es importante conocer algo de la historia de la región en manos de las empresas que la antecedieron.

El complejo contaminante de La Oroya fue creado en 1922 por la empresa norteamericana Cerro de Pasco Copper Corporation, la cual conservo su dominio hasta el año de 1974 cuando fue expropiada por el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado, quien la entregó a la empresa estatal Centromín Perú.

En 1997, durante el régimen de Alberto Fujimori (1990-2000), el complejo fue vendido a Doe Run Company de Missouri, propiedad del controvertido y exitoso empresario estadounidense Ira Rennert. No obstante, es conveniente aclarar que la Compañía Doe Run no adquirió todo lo que antes era Centromín o Cerro de Pasco Cooper

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