EL ROL DEL ABOGADO
ADRIANBLANCO19 de Septiembre de 2012
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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
ALDEA “ANTONIO JOSÉ DE SUCRE”
ESTUDIOS JURIDICOS
EL ROL DEL ABOGADO
Discente
Adrián C. Blanco S.
Maracay, enero de 2012.-
INTRODUCCIÓN
El rol del abogado se refiere al lugar que ocupa, es decir el modo en que un sujeto es visto por otro. Ese lugar está dado por lo que ese sujeto signifique inconscientemente, el significado puede hacerse consciente o mantener su lugar de inconsciente.
Esa significación estaría asociada con la experiencia personal, mundo externo y/o inconsciente de dicha persona que realiza la significación. Si se afirma que el abogado ocupa el lugar del defensor, se lo puede entender como un hecho social que responde a la realidad, pero si se le agrega que ocupa el lugar de una figura tutelar como por ejemplo padre o madre, en el momento que se espera que ésta haga justicia, entonces el sentido social se aleja de la palabra defensor para ingresar en el ámbito psicológico.
Entonces, el lugar que ocuparía el abogado sería el de un justiciero invencible referido al mundo fantástico del sujeto.
“El abogado es aquel que con título universitario legítimo y la habilitación profesional, ejerce la abogacía. Es el licenciado, perito en derecho positivo, que se dedica a defender a otro en juicio sea por escrito o de palabra, los derechos e intereses de este”.
Guillermo Cabanellas.
“Abogado viene del latín ADVOCATUS = LLAMADO, a quien se llamaba para asesorar en los asuntos judiciales o para actuar en ellos. Abogar equivalía a defender en juicio o de palabra o entender a alguien hablando en su favor”.
Ángel Osorio.
Así vemos, que la relación profesional debe estar medida tanto por la significación inconsciente como por el consciente reconocimiento de su rol social.
De acuerdo a lo referido, estableceré mi criterio sobre el rol del abogado.
ALGO DE HISTORIA
Retrocedamos en el tiempo y lleguemos hasta la época del auge de Grecia, donde según los escritos de la época aparecieron los primeros abogados, y posteriormente tras ese legado el imperio romano destacó esta profesión. Cabanellas comenta que según las escrituras bíblicas a partir del Nuevo Testamento, Dios envía a su Hijo Jesucristo para que sea abogado de nosotros, y Él dio su vida como justo precio por salvar nuestras almas del castigo eterno. (Ver evangelios Mateo, Marcos, Lucas, Juan).
También en Roma, los abogados fueron utilizados para brindar asesoramiento técnico sobre cuestiones jurídicas, y eran denominados “advocatus”, “togati”, “scholastici” u “oratores”.
Eran personas que se destacaban principalmente por su oratoria y elevada posición social, que ejercían gratuitamente su función, aunque en general se los retribuía con obsequios, llamados “honorarium”. Estos regalos fueron prohibidos a partir del año 204 a. C. por la “LEX CINCIA DE DONIS ET MUNERIBUS” al hacer ilegales las donaciones que superasen un cierto límite.
El emperador Claudio los declaró legítimos con topes máximos (diez mil sestercios) y el emperador Nerón impuso el pago de honorarios como obligación.
A partir de Justiniano aparecieron las asociaciones de abogados, cuyos miembros eran los únicos que podían litigar ante los tribunales superiores. Fueron famosos abogados en Roma Quintiliano y Cicerón.
En Atenas, Grecia, surge la primera escuela del foro y su impulsor Pericles se constituye en el primer abogado profesional, pues los griegos al momento de comparecer ante los tribunales, acostumbraban solicitar la intervención de famosos oradores o amigos a objeto de impulsar su pretensión y mejorar su defensa.
Se dice que en Roma, las mujeres desempeñaban la profesión de abogado hasta que les fue prohibido el ejercicio mediante edicto del Emperador, pues; existía en ese entonces una señora llamada Caya Afrania, de quien se dice, tenía un genio y viveza especial para enervar al Pretor con la violencia de sus arengas o intervenciones. De ahí que solo se le permitió a las mujeres abogar por si mismas.
En cuanto a la vestimenta, el traje de los abogados de la época, era similar al de los senadores pero sin el cinto, más bien era una toga blanca y la edad mínima requerida para desempeñarse era de 17 años. Los nombres de los abogados autorizados para actuar en los tribunales se inscribían en una tabla por el orden correlativo de su admisión y de igual forma podían ser borrados de ella, lo que era similar a la “capitis”, por “iusta causae” o por faltas graves.
VUELTA AL PRESENTE
Luego de esta introducción histórica con respecto a la profesión de abogado, se hace necesario resaltar que el profesional del Derecho actual debe abrazar el ideal de la justicia, no en balde nuestra Constitución en su artículo 253 señala que los abogados autorizados para el ejercicio son auxiliares del sistema de justicia, no sólo del poder judicial.
Pero debemos reconocer que aún no vivimos en esa realidad, en virtud de que lamentablemente en la actualidad, todavía hay abogados que son verdaderos artistas en hacer que el pleito que llevan nunca termine, y justicia tardía no es justicia. La justicia debe basarse en concebirla como un sentimiento y ser una actitud humana que, fundamentada en los principios y en las normas de la ética, la moral y la ley, tiene como fin supremo lograr el respeto de los derechos colectivos e individuales de todos y de cada uno de los miembros que integran una determinada sociedad, induciéndonos a decidir acciones como instrumentos específicos de premiar o sancionar la conducta humana, en proporción igual al bien o al daño causado por dicha conducta.
Algunos abogados se manejan bajo los conceptos de una ética utilitarista, basada esta en los postulados del empirismo, reduciendo el bien moral a la utilidad; es decir, que todo lo que pueda reportar utilidad (económica, política, social, espiritual) o produzca progreso social o individual es bueno, lo contrario a eso es malo.
Como ya hemos dicho, el hombre es el fundamento de la vida social cualesquiera que sean las formas o manifestaciones de ésta. De allí que sea importante redescubrir al hombre como eje y centro de la dinámica social.
ASPECTOS QUE DEBEN CARACTERIZAR AL ABOGADO
Estos seis aspectos deben ser grabados en letras de fuego en el corazón y pensamiento de los abogados y son a saber:
1) Intelectuales.
2) Físicos.
3) Emocionales.
4) Su lugar de trabajo.
5) Social.
6) Idioma.
Intelectuales
El abogado, por su mismo nivel de formación, debe tener un estilo especial al hablar, dominando siempre la ética profesional, debe contar además, con un sistema de valores definidos, así como tener un estado psicológico estable; asimismo el abogado debe tener una filosofía social propia y sobre todo ser muy culto, más aún, “debe saber mucho de todo”. En cuanto se refiere al derecho, este debe ser constante en sus estudios y actualizarse siempre sobre nuevas leyes, decretos y reglamentos, además; dominar las leyes sustantivas procesales y especiales, utilizar lenguaje forense en sus escritos, ser amable con sus clientes y sobre todo tener un amplio dominio de las relaciones humanas.
Físicos
El abogado no debe vestir de manera escandalosa, sino más bien moderado, discreto, elegante, estar siempre bien afeitado, bañado y peinado, no importa su aspecto físico pues su cualidad intelectual puede compensar su desventaja.
Un buen abogado no debe fumar, al menos no en su bufete, ya que ello le traería desconfianza por parte de sus clientes y mucho más aún si le gusta el alcohol.
Es importante que el abogado se mantenga en línea, haciendo ejercicios y erradicando por completo la vida mundana que practican algunos malos abogados.
Recuerde que un abogado, debe evitar andar desaliñado, ya que no es un hippie sino un profesional universitario del derecho.
Emocionales
El abogado debe ser tranquilo, amable y no mostrarse agresivo con sus clientes y menos con la contraparte, debe actuar con mucha inteligencia y ser muy hábil en cualquier actuación legal, tolerar y escuchar a sus clientes, nunca abandonarlos a su suerte, un abogado debe tener sentido común, así como sentido del humor y ante todo, evitar en el trabajo las inestabilidades emocionales.
Su lugar de trabajo
La oficina de un abogado debe ser llamativa, sin pecar de suntuosa, limpia e impecable, sobre todo bien ordenada, ofrecer comodidad a los clientes, así como tener literatura actualizada, amena y en idioma nacional para los mismos. Debe contar además, con eficientes secretarias y acuciosos investigadores, además de expertos forenses en diferentes disciplinas, diligentes y educados que posean amplios conocimientos de derecho y trato a la gente, pues el éxito del bufete también depende de ellos.
Social
En todo lo que sea relaciones sociales, el abogado debe comportarse conforme a las reglas del trato social, ser educado y cortés en sus círculos, debe dominar las reglas de etiqueta y en cada reunión debe saber guardar bien sus secretos profesionales.
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