EVALUACIÓN DEL PROGRAMA DE ENSEÑANZA Y EVALUACIÓN DEL INTERNADO ROTATORIO DE PREGRADO
Maara303025 de Agosto de 2014
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DE PUEBLA
Introducción
La Real Academia Española define la competencia como incumbencia, pericia, aptitud e idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado. (2014) De acuerdo a Tobón y García Fraile, “la incumbencia y la idoneidad implican integrar diferentes saberes, como valores, conocimientos y capacidades, para tener impacto en lo que se hace y reflejar calidad en el logro de una meta determinada.” (2010)
En el libro “Secuencias Didácticas: Aprendizaje y Evaluación de competencias” Tobón y Fraile señalan que para ser competentes es preciso que además de las acciones prácticas, los alumnos, estén en condiciones de comprenderlas, contextualizarlas y analizarlas a partir de conceptos y teorías, y que además las realicen con un compromiso ético, lo cual nos lleva a la necesidad de integrar las diferentes áreas del currículo para que los estudiantes aprendan a actuar desde la educación inicial con base en el saber hacer, el saber conocer y el saber ser (que integra el saber convivir), con el fin de alcanzar determinados propósitos pertinentes en el contexto. Una competencia, no es sólo tener un saber hacer, un saber conocer o un saber ser por separado, sino movilizar los diversos saberes (ser, hacer conocer) hacia el logro de una meta determinada en el contexto.
Lo anterior ha sido tomado en cuenta por la comunidad médica y se ha empezado a transformar la enseñanza de las nuevas generaciones. Por lo tanto, en el año 2003, la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina (AMFEM) inició el debate de la educación por competencias. La AMFEM ha considerado a las competencias como capacidades abiertas que preparan al médico para tomar decisiones en ambientes dinámicos y complejos. (AMFEM, 2008).
Por primera vez se busca determinar las Competencias del Médico General Mexicano, proyecto establecido por la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina A.C. Con objeto de que los profesores conozcan lo que deben enseñar; a los estudiantes lo que deben aprender, y a la sociedad en general lo que el médico general certificado es capaz de hacer, definiendo siete grandes competencias genéricas, las cuales son una forma de sistematizar las competencias fundamentales del médico general. (AMFEM, 2008).
Las siete competencias genéricas son:
1. Dominio de la atención médica general
2. Dominio de las bases científicas de la medicina
3. Capacidad metodológica e Instrumental en ciencias y humanidades
4. Dominio ético y del profesionalismo
5. Dominio de la calidad de la atención médica y trabajo en equipo
6. Dominio de la atención comunitaria
7. Capacidad de participación en el sistema de salud
Las competencias han surgido en la educación como una alternativa para abordar las falencias de los modelos y enfoques pedagógicos tradicionales, como el conductismo, el cognoscitivismo, y el constructivismo. (Tobón, García, 2010)
Esto lo hacen con una nueva perspectiva, con un cambio en la lógica, transitando de la lógica de los contenidos, a la lógica de la acción. En la década de 1990, las competencias eran muy criticadas por quienes estaban en los otros paradigmas educativos, pero poco a poco la comunidad pedagógica comenzó a aceptarlas por que brindaban respuestas pertinentes y claras en torno al currículo, el aprendizaje, la evaluación y la gestión educativa-docente. (Tobón, García, 2010)
Aunque el modelo de competencias generó nuevas formas de mediar los procesos de aprendizaje y evaluación en los estudiantes, al buscar que estuvieran en condiciones de identificar, interpretar, argumentar y resolver problemas pertinentes del contexto retomó presupuestos y técnicas didácticas y de evaluación de otros modelos pedagógicos, como el constructivismo, con el cual guarda una mayor relación. (Tobón, García, 2010)
La AMFEM, además señala que las competencias admiten la diversidad en los medios pedagógicos. Constituyen referentes evaluables y exigibles que contribuyen a garantizar la calidad de la atención y seguridad de los pacientes. Recuperan las mejores prácticas a nivel internacional y contemplan un horizonte de futuro para que los egresados sean capaces de dar respuesta tanto al presente, cuanto a las exigencias del mañana. (2008)
El CIFE (Centro de Investigación en Formación y Evaluación) ha identificado cuatro grandes enfoques de las competencias a nivel mundial; funcionalista, conductual, constructivista y socioformativo. (Tobón, García, 2010)
Los enfoques conductual, funcionalista y constructivista, ponen mucho énfasis en los requerimientos externos y desde allí orientan los procesos formativos, con lo cual se corre el riesgo de orientar la educación hacia las demandas sociales y no hacia la generación de nuevas propuestas y el afrontamiento de los ratos del futuro. En el enfoque socioformativo se enfatiza la formación del compromiso ético ante uno mismo, la especie humana, las otras especies, el ambiente ecológico, la Tierra y el cosmos. El enfoque socioformativo sigue los principios del pensamiento sistémico-complejo y, se encuentra mejor establecido para afrontar los retos actuales y futuros. (Tobón, García, 2010)
El Modelo Universitario Minerva (MUM) que la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla implementó en el año 2007, considera la responsabilidad que la institución tiene con la sociedad, establece que la orientación social-participativa, o socioformativa, de acuerdo a Tobón y García, es el enfoque que puede responder a los compromisos sociales que se tiene como universidad pública. (BUAP, 2007)
En el documento 3 del MUM, “Estructura curricular”, se especifica que la práctica Profesional Crítica es una asignatura no cursativa pero con valor en créditos que es aprobada por el estudiante al mostrar que ha cumplido con tres requisitos, el segundo de los cuales señala claramente:
“Haber cumplido sus prácticas profesionales, las cuales debieron haber sido supervisadas por un/una docente o investigador/a (habilitado/a para impartir los cursos avanzados de la carrera y con experiencia de campo, quien guiará al estudiante en la elección del sector en el que las realizará y se asegurará de que sea una experiencia significativa en el aprendizaje de su profesión.)” (BUAP, 2007)
Planteamiento del problema
De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-234-SSA1-2003, Utilización de campos clínicos para ciclos clínicos e internado de pregrado, se denomina Internado de pregrado al “ciclo académico teórico-práctico que se realiza como parte de los planes de estudio de licenciatura en medicina, como una etapa que debe cubrirse previamente al servicio social, al examen profesional y al título respectivo”. Este ciclo tiene una duración de 1 año, en donde el estudiante acude a la institución de salud a realizar prácticas clínicas en horarios que cubren una jornada laboral, además de realizar guardias máximo tres veces a la semana con intervalos de por lo menos 2 días. Durante este período los estudiantes deben de continuar adquiriendo conocimientos, mismos que las instituciones de salud deben facilitar, y al final evaluar.
De acuerdo al MUM, la práctica profesional tendrá de 5 a 10 créditos y serán las Unidades Académicas quienes determinen la pertinencia de la asignación de estos en función del programa. (BUAP, 2007) En la Facultad de Medicina de la BUAP, la evaluación del Internado Rotatorio de Pregrado equivale a 4 materias: Ginecología y Obstetricia, Cirugía General, Pediatría y Medicina Interna, por lo que es de gran valor y necesidad, la existencia de un programa institucional que unifique las competencias que los alumnos deben de adquirir durante este ciclo, siempre en concordancia con la Asociación Mexicana de Facultades y Escuelas de Medicina (AMFEM), así como la unificación de los criterios de evaluación que deben considerar las distintas instituciones de salud para que coincidan con aquellos criterios que la Facultad de Medicina de la BUAP aplica a los alumnos que se encuentran aún en sus aulas.
Justificación
La Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, está comprometida con sus estudiantes no solo con la transmisión de conocimientos, si no, que pretende integrar el saber ser, el saber hacer y el saber ser y convivir en su currículo con el fin de formar profesionales capaces de resolver problemas con un alto grado de ética y compromiso social. Considerando que la parte práctica es de suma importancia para el profesionista, es también durante estos períodos en donde es necesario contar con programas acordes al currículo que la Universidad ha diseñado para sus estudiantes.
El período de práctica profesional más importante que tiene la Licenciatura de Medicina de la BUAP es el denominado Internado Rotatorio de Pregrado, por lo que se requiere valorar que el programa que se ha diseñado y establecido sea de acorde a las competencias que todo Médico General debe de tener y al enfoque socioformativo y que por lo tanto la evaluación de estas competencias sea basada en criterios que consideren no solo el saber hacer y saber ser, sino, también el saber convivir.
De este modo, se pretende que al analizar el programa de enseñanza que los Médicos Internos de Pregrado deben cumplir en las diferentes Instituciones de Salud adquieran o mejoren las competencias que deben de tener para enfrentar el año de Servicio Social que iniciarán al finalizar y al egresar de la carrera.
Objetivos
Objetivo General:
Determinar si programa de enseñanza del año
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