Educacion Especial
karlenpaola2 de Noviembre de 2012
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INTRODUCCION
La década de los 60, época floreciente en la investigación sobre desarrollo infantil, marca el comienzo de la era moderna en intervención temprana. Se reafirma la idea acerca de las capacidades que tiene el ser humano en los primeros años de vida. En 1964, Bloom (1.965) publica un trabajo en el cual señala que gran parte del desarrollo intelectual del niño ocurría antes de los 4 años.Estos aportes teóricos han contribuido a tomar en consideración la importancia de la primera etapa del desarrollo del niño, comenzando desde el momento del nacimiento y que en materia de educación especial, han contribuído a generar en Venezuela una preocupación creciente surgiendo, a mediados de los años 70, los programas de intervención temprana en el país.En 1976 se comienzan a implementar en Venezuela acciones concretas en Prevención e Intervención Temprana, un año después de la creación de la Dirección de Educación Especial. El documento denominado "Conceptualización y Política de la Educación Especial en Venezuela" (Ministerio de Educación, 1976) estableció la base que ha regido las principales acciones emprendidas a todo lo largo de estos 20 años. Los principios de la política en la Modalidad de Educación Especial de Democratización y Modernización: Prevención, Normalización e Integración siguen vigentes, guiando y orientando el trabajo a corto y mediano plazo. Por otro lado, en el mismo año se crea la "Unidad de Detección Precoz" en la Casa de Maternidad "Concepción Palacios", dando lugar a la creación de los primeros Centros de Desarrollo Infantil, en el área metropolitana, destinados en un principio a proporcionar atención a la población de alto riesgo biológico, referida de la Unidad de Detección Precoz.
Al hacer una revisión del modelo de atención actual para el niño de alto riesgo y con necesidades especiales menor de 6 años, se evidencia que su visión esencial de interdisciplinariedad implementado en la década de los 70 se mantiene vigente, pero sus elementos característicos de operatividad se corresponden con una orientación clínica, cuestión que se evidencia en la terminología utilizada, en la dinámica de trabajo de cada profesional, en el flujograma de funcionamiento de las unidades operativas, y en la función del docente especialista como reeducador. Por otra parte, la atención al niño en edades tempranas estaba contemplada en el modelo entre 0 y 4 años de edad, en términos de su plan de intervención individualizado, concluyendo con una estrategia de seguimiento como cierre del proceso de atención al niño y a la familia.Actualmente, serios problemas estan afectando el desarrollo de los niños; entre otros, se evidencia un deterioro a nivel de la estructura familiar: un número cada vez mayor de familias donde la madre se constituye en el único sosten; elevados índices de adolescentes embarazadas; bajo porcentaje de control prenatal, lo cual impide la prevención de muchos casos de retardo mental u otras limitaciones que requieren de atención educativa especializada; desconocimiento de los padres en relación a la importancia de los primeros años de vida para el desarrollo futuro del niño y la influencia que ejerce la familia en esta primera etapa del desarrollo.
Todo esto es extremadamente importante; más allá de la intervención temprana, relacionada con las necesidades propias del niño que presenta alteraciones en el desarrollo, deben considerarse aspectos como el cuidado prenatal, la nutrición, programas educativos dirigidos al niño entre las edades de 0 y 6 años, servicios sociales a través de las líneas de acción intersectorial y la participación de los padres en la educación inicial de sus hijos.
Atendiendo a lo expuesto anteriormente, en la actualidad se justifica plenamente, una reorientación en la conceptualización y política de la prevención e intervención temprana, si se toma en consideración la crísis social y económica del país en los últimos años, la cual ha afectado de manera desfavorable las condiciones de vida de los niños venezolanos, incrementando los factores de riesgo de tipo socio-ambiental, causantes de la aparición de necesidades especiales en esta población. Esto ha traído como consecuencia la necesidad de redimensionar y establecer políticas y acciones desde una perspectiva mucho más amplia, al considerar su incidencia en la población infantil y el abordaje efectivo de estos factores.
Investigaciones en el campo de la psicología y la educación han acumulado suficiente evidencia que sustenta la importancia del entorno y su influencia durante los primeros años de vida del niño ya que puede ocasionar cambios en el curso de su desarrollo. Numerosos autores han escrito acerca de la maleabilidad de la inteligencia concluyendo que en ningún otro momento de la vida puede ocurrir el aprendizaje tan fácil y rápidamente como en los primeros años; la mitad de lo que el ser humano ha aprendido durante el curso de su existencia ocurre antes de la edad de cinco años (Leighton, 1992; Mäki, 1994; Vygotsky en Bloom, 1964).
En este sentido, tiene vigencia e importancia la detección temprana y la atención integral desde los comienzos de la vida, en particular para el niño de alto riesgo y con necesidades especiales. Esta atención integral es un proceso que se inscribe en una orientación educativa y requiere continuidad y coherencia en sus acciones, en la evaluación, planificación, reevaluación de objetivos y metas logradas; además de integrar de manera activa a los padres, requiere experticia por parte de profesionales de diferentes disciplinas y programas sociales de apoyo, ampliamente coordinados para el logro de objetivos dirigidos al niño, a su familia y a la comunidad. Es así como los Programas de Prevención y Atención Integral Temprana dirigidos al niño de 0 a 6 años en condiciones de riesgo, necesariamente deben ser intersectoriales, donde se perfilen líneas de acción en las áreas de supervivencia, protección y desarrollo.
Los avances de la psicología especializada en desarrollo infantil orientan propuestas curriculares más acordes con los aprendizajes del niño; tal es el caso de la teoría del constructivismo social que destaca la importancia de la relación social y su vinculación con "los estadios del desarrollo cognitivo". Según Ziegler (en Schopler y Mesibov, 1984), lo que va a determinar "el desarrollo de la personalidad del niño no es jugar con objetos inanimados, sino la naturaleza y cualidad de sus interacciones con aquellos adultos importantes en su vida".
Al considerar la valiosa experiencia de los Centros de Desarrollo Infantil acumulada durante 20 años de trabajo, así como también la orientación de nuevas políticas en intervención temprana, se evidencia que van en el sentido de garantizar la implementación de programas de prevención y atención integral temprana al niño de alto riesgo y con alteraciones en su desarrollo, para lo cual es indispensable el diseño de planes y programas dirigidos a la familia y al niño, que garanticen su continuidad en la modalidad o en la educación preescolar formal, atendiendo a líneas de acción sectoriales e intersectoriales.
En este sentido la política dirigida a la población de alto riesgo se plantea desde el nacimiento hasta los 6 años y se realiza mediante dos líneas de acción: la Intevención Básica General y La Intervención Básica Específica. La primera establece acciones interrelacionándose con otros sectores como el de salud y el social a través de diferentes programas para la atención integral en términos de prevención e intervención temprana para el niño de alto riesgo de 0 a 6 años. La segunda, la Intervención Básica Específica, establece los lineamientos normativos para la atención del niño de 0 a 6 años en situación actual de riesgo y con necesidades especiales, orientándose hacia una atención integral temprana individualizada que se puede especificar para dos rangos etáreos. En el caso del niño de 0 a 3 años, el modelo se orienta hacia una intervención temprana integral, atendiendo a la condición de alto riesgo y a las alteraciones en su desarrollo. En el caso del niño de 3 a 6 años, el modelo se orienta hacia una atención educativa temprana que garantiza la continuidad de los alcances del proceso de intervención temprana en el niño.La Intervención Básica Específica de 3 a 6 años puede llevarse a cabo en el Centro de Desarrollo Infantil, en el preescolar de los Institutos de Educación Especial en concordancia con la caracterización de la población o en los preescolares regulares. En estos dos últimos casos el Centro de Desarrollo cumple funciones de seguimiento y de servicio de apoyo.
VISION RETROSPECTIVA DE LA PREVENCION E INTERVENCION TEMPRANA
La importancia acordada a la intervención temprana en niños que presentan riesgo biológico, social y con necesidades especiales comprobadas, es incuestionable en la actualidad. La revisión histórica aporta elementos valiosos que en el tiempo han servido de base para el establecimiento de programaciones que aborden al niño en las primeras etapas de su vida. La educación preescolar, la creación y proliferación de servicios de atención a los niños de corta edad, las investigaciones realizadas en el área de desarrollo infantil y la evolución de la educación especial, concretan los aportes para el desarrollo de los programas de intervención temprana en la población de riesgo con y sin alteraciones en el desarrollo.Los programas de atención temprana para niños en situación de riesgo biológico, social y/o con necesidades especiales, nacen en un contexto educativo, ya que la meta es "el pleno desarrollo de la personalidad" y el logro
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