Educacion Plural
darmvs4 de Noviembre de 2013
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M. ROSA BUXARRAIS ESTRADA (*)
MIQUEL MARTÍNEZ MARTÍN (")
JOSEP M. PUIG ROVIRA (")
JAUME TRILLA BERNET (*)
INTRODUCCIÓN
Nuestra colaboración está estructurada en dos partes diferenciadas. La primera
de ellas, de carácter discursivo, pretende analizar y reflexionar en torno a la importancia
de la educación moral y/o educación en valores en la sociedad actual y
en el momento pedagógico de nuestro contexto socio-político-cultural. En esta primera
parte se presenta nuestro modelo de educación en valores y nuestra propuesta
de educación moral insistiendo en aquellos objetivos que desde nuestra
perspectiva deben atenderse de forma prioritaria.
La segunda parte de esta colaboración pretende concretar a nivel curricular y
de acuerdo con las orientaciones y pautas que van a guiar la reforma del sistema
educativo lo que entendemos debería ser el trabajo pedagógico-moral en el marco
escolar de la educación primaria y secundaria obligatoria. En esta segunda parte
se debate el problema de la neutralidad y la beligerancia en educación especialmente
aquellas actitudes y valores que deberían, a nuestro entender, caracterizar
el ejercicio profesional del docente en este ámbito.
La diferencia en los estilos y niveles de concreción de los diferentes apartados
de este trabajo responden a la doble consideración que desde nuestra perspectiva
pedagógica merece el tema que nos ocupa.
No creemos que sea suficiente un discurso teórico y filosófico alejado de la
realidad de la escuela y del aula ni tampoco creemos que sea adecuado ni posible
diseñar materiales curriculares sin atender a los fundamentos teóricos y a las urgencias
de carácter social y pedagógico que reclaman su presencia. Nuestro objetivo
como grupo de investigación (1) en educación moral es la integración de cono-
(1) El trabajo del grupo de investigación (Grup de Recerca en Educació Moral, de la Universitat de
Barcelona. GREM) del que formamos parte en el Departamento de Teoría e Historia de la Educación
de la Facultad de Pedagogía ha sido posible gracias al ICE de la misma Universidad y a las ayudas que
(*) Universidad de Barcelona.
Revista de Educación. núm. 297 09921 paga 97.122. 97
cimientos derivados del discurso teórico sobre la educación moral con los derivados
de la práctica pedagógica a través de diferentes programas de investigaciónacción
en el marco escolar de forma que, a través de ellos, podamos incrementar
la eficacia de la acción pedagógica en este ámbito, la educación moral, fundamental
y basal en la educación integral de la persona.
1. PROBLEMÁTICA Y NECESIDAD DE LA EDUCACIÓN MORAL
La tradición histórica y política de los pueblos y los condicionantes socioculturales
que a todos nos conforman hacen difícil, aún hoy, en España hablar de
educación moral y/o de ética y/o de educación en los valores con la necesaria objetividad
y amplitud de miras que un tema como éste requiere. Aunque el progreso
científico, social, político y pedagógico es quizá una de las características más
notables de la última década y media en nuestro país, aún hoy en día existen entre
otros, políticos, sociólogos y pedagogos que dudan en utilizar estos términos
por temor a confundirse con quienes durante décadas lo han defendido en aras a
objetivos diferentes e incluso opuestos a lo que creemos deben servir.
Sin embargo, y a pesar de ellos, la acción pedagógica en torno a los valores y
a la construcción de una moral colectiva e individual es necesaria. Esta necesidad
debe atenderse de forma compatible y coherente con el progreso social y
solidario y, a la vez, con el progreso individual singular y autónomo de cada uno
de nosotros.
Es una urgencia social y pedagógica y precisa atención de aquellos que se dedican
a la práctica pedagógica y de aquellos que en función de su optimización se
preocupan de la investigación pedagógica.
No es posible construirse como persona ni colaborar a la construcción de los
demás a través de la acción pedagógica sin prestar la atención que sea precisa a la
dimensión ética y moral de cada uno de nosotros.
Y lo anterior no sólo es necesario en la acción pedagógica escolar o formal
sino que debemos considerarlo también en las acciones pedagógicas no formales
y de modo específico en lo que venimos denominando educación social y
entendemos como aquella que es propia de ámbitos como la educación especializada,
la animación sociocultural y la pedagogía del tiempo libre y la educación
de adultos.
para el desarrollo de nuestros proyectos de investigación recibimos del CIDE de la Secretaría de Estado
de Educación y de la CICYT de la Secretaría de Estado de Universidades. Entre otras publicaciones es
autor de: Puig, J. M. y Martínez, M., Educación moral y democracia. Barcelona, Laertes, 1989. Buxarrais,
M. R., Carrillo, I., Garcerán, M. M., López, S., Martín, M. J., Martínez, M., Paya, M., Puig, J. M., Trilla, J. y
Vilar, J., Etica i escola. el tractament pedagògic de la diferincia Barcelona, Edicions 62, 1990; Martínez, M. y
Puig, J. M. (coords), La educación moraL Perspectivas de futuro y técnicas de trabajo. Barcelona, Graó, 1991; Buxarrais,
M. R., Carrillo, I., Galcerán, M. M., López, S., Martín, M. J., Martínez, M., Paya, M., Puig, J. M.,
Trilla, J. y Vilar, J., L'interculturalisme en el currículum. El racisme. Barcelona, Rosa Sensat, 1991.
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Quizá, y por razones estratégicas, algunos prefieran referirse a la educación
moral como educación ética o educación en y de los valores, pero, e incluso, a pesar
de que los anteriores son sinónimos, lo importante es prescindir de problemas terminológicos
y atender lo que clásicamente ha sido una dimensión basal de la educación
integral de la persona que es su dimensión moral.
La situación mundial y la que nos es más propia y cercana en tiempo y espacio
reclama un nivel de profundización en los valores democráticos y un nivel de solidaridad
y compromiso real de cada uno de nosotros en proyectos colectivos de indudable
importancia y urgencia. Ni la democracia ha alcanzado los niveles de libertad,
justicia y respeto a las minorías que en buena lógica hubiera debido ser capaz
de alcanzar, ni los estudios sobre los valores de los ciudadanos en diferentes
zonas de Europa y del mundo occidental manifiestan la existencia de valores
como la solidaridad y el compromiso en procesos y proyectos colectivos de pro.
greso y bienestar social y humano tanto a nivel social como individual, en el nivel
suficiente, deseable o lógico si se compara con otros valores de carácter social,
económico y cultural (Orizo, 1991).
Se ha confundido en ocasiones la acción pedagógica con la instrucción para el
ejercicio de unas profesiones o para la incorporación a estudios posteriores de carácter
superior. Hemos descuidado el trabajo no productivo ni fácilmente evaluable
en torno a los valores y actitudes, descuidando así lo que son condiciones necesarias,
aunque no sean suficientes, para que el ejercicio de nuestra existencia sea
personal y singular, autónoma y también responsable con los compromisos sociales
e individuales aceptados y construidos.
Si en otras ocasiones hemos insistido en la importancia de aprender en detrimento
incluso del aprender hechos y conceptos por sí mismos, en esta ocasión hemos
de insistir en la importancia de los valores y de las actitudes. Entre ellos merecen
especial atención la capacidad para construir valores y evidenciar actitudes
coherentes y conformes con nuestra forma singular, autónoma, racional y dialógica
de pensar y actuar en consecuencia.
Los procedimientos deben ser en términos de la LOGSE el elemento clave del
cambio en la forma de actuar de los profesores, en la forma de abordar su trabajo
en el aula, en la de evaluar y en la de diseñar su acción. Las actitudes y valores y,
en segundo término, las normas, deben ser sin duda el resultado de aprendizaje
más notable y fundamental en los alumnos a conseguir a través de la ley que regula
la educación escolar y formal en nuestro país, y a través de las acciones de
educación social que puedan desarrollarse en los ámbitos formales y no formales
de la educación no escolar.
Habitualmente los términos de educación ética, ética y educación moral se utilizan
como sinónimos y, en no pocas ocasiones, este uso indiscriminado contribuye
a crear confusiones no sólo terminológicas sino también, y especialmente,
semánticas. Los textos legales y orientaciones que conforman y desarrollan la ley
de la Reforma del Sistema Educativo, los libros de texto e incluso los profesionales
y administradores de la educación utilizan estos términos de forma indistinta,
identificándolos en su discurso con el ámbito de la educación en valores y con el
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conjunto de contenidos que el diseño curricular derivado de los presupuestos de la
Reforma
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