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Educacion Y Sociedad


Enviado por   •  15 de Febrero de 2013  •  1.974 Palabras (8 Páginas)  •  429 Visitas

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• UNIVERSIDAD PEDAGOGICA DE EL SALVADOR

FACULTAD DE EDUCACION

EDUCACION Y SOCIEDAD

GUION DE CLASES

TEMA: SISTEMAS EDUCATIVOS

La pedagogía supone un proyecto de hombre y de sociedad; mientras la acción pedagógica, se orientará de manera radicalmente diferente, según se plantea y se resuelva el problema de su relación con el sistema social. Por sistema social entendemos aquí todo el complejo de interrelaciones humanas, económicas y políticas que dan unidad y organización a la convivencia de los hombres.

¿Cuál es la relación entre el sistema educativo y el sistema social?

Ante esta pregunta se pueden dar las siguientes respuestas:

1. El sistema educativo es una entidad independiente del sistema social.

2. El sistema social es producto del sistema educativo.

3. El sistema educativo está determina por el sistema social.

4. El sistema educativo y el sistema social son diferentes, pero estructuralmente interdependientes.

Analizaremos brevemente cada una de estas concepciones.

1. EL SISTEMA EDUCATIVO ES UNA ENTIDAD INDEPENDIENTE DEL SISTEMA SOCIAL.

Esta concepción se representa gráficamente de la manera siguiente:

Hoy día nadie se atreve a hacer dicha afirmación, sin embargo, se obra a veces como si se aceptara, se planifica la educación desde los escritorios, sin hacer estudios de necesidades, y características del medio. Se adoptan esquemas foráneos de educación, sin suficiente crítica, o adaptación al ambiente de aplicación.

La transferencia de tecnología y la organización o enfoque de los currículos son a menudo copia de esquemas extranjeros que ignoran la idiosincrasia, la cultura y las necesidades de la comunidad concreta.

Se pretende aislar el sistema educativo de la realidad social, o se le confina a pasivo acólito de un sistema social determinado. La escuela se convierte en una isla dentro de la realidad social, en un centro de pensamiento universal y creador; Sus actividades se reducen a lo académico, y su fin a la formación de profesionales competentes en las diferentes ramas del saber. Se pretende hipócritamente apolitizar la escuela, y hacer de sus profesores y estudiantes cerebros sin duda ilustrados, pero al mismo tiempo social y políticamente amorfos, sin compromiso con la sociedad en la que viven, aislados de la vida concreta.

Las tareas se reducen a ir a clases y a presentar las pruebas reglamentarias, como requisito para la recepción de títulos académicos.

Los estudiantes se limitan a estudiar, los maestros a enseñar. Una vez salidos de los claustros, podrán dedicarse a trabajar en su ambiente social.

2. EL SISTEMA SOCIAL ES PRODUCTO DEL SISTEMA EDUCATIVO

Esta concepción es el caballo de batalla, tanto de quienes buscan el cambio de sistema, como de los que pugnan por la defensa del Status quo.

Los primeros afirma que cambiando el sistema educativo, el sistema social saltará hecho pedazos; los segundos lucharán por la conservación o imposición de determina sistema educativo; los primeros creen utópicamente que cambiando la escuela cambiará la sociedad.

También corresponde esta concepción los pensamientos idealistas y religiosos, para los cuales a evangelización es el presupuesto para el establecimiento o la conservación de la sociedad cristiana.

En nuestro medio el aparato educativo se transforma a menudo en bastión y botín para politiqueros para su acción proselitista. Los programas educativos se moldearan, a los valores del orden preestablecido, buscando satisfacer sus necesidades y coadyuvar a sus estrategias. El educador es el servidor de un sistema, es un empleado público de una empresa estatal. Educar se reduce a adoctrinar, a adiestrar, a transmitir ciertos valores y conocimientos sin posibilidad de crítica; es una domesticación para la domesticación.

Los programas escolares se reducen a copiar los sistemas socioeconómicos y a servirles, preparando a profesionales incapaces de resolver las necesidades concretas del país. Son orientados por quienes detentan el poder político y económico, para satisfacer las necesidades de mano de obra barata de los empresarios, siguiendo la ley de la oferta y la demanda (sociedad capitalista) o rígidos planes estatales (estados socialistas).

Según Pierre Bourdieu y Jean Claude Passeron, se trata de reproducir no solo las relaciones de producción y un sistema clasista, sino una cultura y unos valores clasistas. La educación garantiza que algunos grupos sociales, puedan mantener una posición dominante, mediante una cultura de dominación. Se trata de una educación dirigida por y al servicio de una clase dominante. El aparato educativo es un filtro por el cual ascienden solo los integrantes de las clases altas, segregando de forma sutil a las clases bajas, La igualdad de oportunidades educativas son ficción. Los contenidos culturales que se imponen, los métodos pedagógicos, los criterios de selección y control, etc... Benefician a los grupos más favorecidos. Todos corren por el mismo camino aparentemente, y hacia las mismas metas, pero unos lo hacen a pie y otros en bicicleta.

Según esta concepción, el currículo está centralizado y dictado desde arriba. Los objetivos de la actividad educativa son incuestionables.

La actividad de la escuela se limita a implementar estrategias, métodos y medios para lograrlo.

La organización escolar se basa en el orden y la autoridad, y es esclava del aparato productivo o del Estado

3. EL SISTEMA EDUCATIVO ESTA DETERMINA POR EL SISTEMA SOCIAL.

Esta opción está inspirada por Marx, para quien las relaciones sociales, y en particular las relaciones de producción, determinan la calidad de todas las demás estructuras de la comunidad. Esta rígida concepción puede conducir a dos posiciones extremas: a un fatalismo sobre la posibilidad de cambiar el mundo desde la escuela (sin el cambio de las estructuras sociales no hay nada que hacer), o a un revolucionarismo a ultranza, que acabe con la escuela o la convierta en barricada contra el orden social, en trinchera de lucha revolucionaria.

Para instaurar un sistema educativo nuevo es preciso destruir nuestras estructuras socioeconómicas. Nada en el ser humano es neutro, o sirve para el sistema o sirve para destruirlo, todo educador es un conformista, un servidor del sistema, o un revolucionario, la escuela de ser, escuela de revolucionarios sociopolíticos, hay que hacer saltar desde la escuela, el sistema capitalista.

En el marxismo, el sistema educativo es un aparato ideológico al servicio del estado para destruir las relaciones económicas de producción (capitalista) e introducir otras. La educación moral y ciudadana y la filosofía son las disciplinas que de forma más directa están encargadas de socializar ideológicamente a los estudiantes, pero no se trata de enseñar a pensar, sino de llevar a pensar a los estudiantes de una determinada manera. Sin embargo, para los marxistas solo un cambio en las estructuras de producción puede producir cambios profundos en la educación, ya que la conciencia de los hombres, está determinada por las relaciones sociales y económicas en las cuales viven.

4. SISTEMA EDUCATIVO Y SISTEMA SOCIAL SON DIFERENTES, PERO ESTRUCTURALMENTE INTERDEPENDIENTES.

El sistema educativo está estructuralmente integrado a todo el sistema social, pero sin perder su identidad, su función específica y una relativa autonomía.

Los partidarios de esta posición, al mismo tiempo que eliminan la dicotomía entre educación y medio socioeconómico, evita entronizar cualquier sistema social, La educación se ejerce inevitablemente dentro de un sistema social, pero debe de ser ciego instrumento de ningún sistema cerrado y dogmatico; de lo contrario, pierde su función vivificante y creadora. Es como un motor que inevitablemente lleva al cambio y al crecimiento, la vida no puede esquematizarse ni sistematizarse rígidamente. El estudiante atreves del desarrollo sus capacidades creadoras, se manifestará como ser libre, n como esclavo de esquema alguno, ni de ninguna ideología o sistema. La sensibilidad personal y social, la capacidad de criticar y autocriticarse, la dinamicidad, la inquietud, el inconformismo, la búsqueda y superación, son componentes esenciales del hombre. Pero debe tenerse siempre en cuenta, que los problemas fundamentales de la educación no son a menudo problemas pedagógicos, y el mismo sentido de los vocablos “Educación”, “Pedagogía”, “Hombre”, “Sociedad”, “Libertad”, son diferentes según el marco social en el cual se inserten. Es por demás imposible separar la acción educativa de su condicionamiento, biológica, social, económica y cultural.

La capacidad de aprendizaje del cerebro humano, los factores genéticos, las enfermedades, etc. Limitan el acto educativo. Idéntica afirmación debe hacerse respecto de las posibilidades económicas de la escuela y del educando en lo referente a alimentación, vestido, adquisición de medios escolares, acceso a la escuela ( cupo), economía en los países en desarrollo, desempleo, etc.

Las condiciones familiares o de grupo social, la ambientación psicosociológica, etc., son variables que influyen en la educación.

Lo mismo puede decirse de la mentalidad de la gente, de sus valores, de su marco conceptual y de sus aspiraciones. Esta relación entre marco social y educación, no es únicamente de acondicionamiento y función, se trata de una relación constitutiva y estructural.

Como bien lo ilustra Althusser cada sistema trata de reproducir las condiciones de su existencia. No hay acción profunda que no produzca las condiciones de su supervivencia. La educación colabora con el sistema preparando la fuerza de trabajo “Competente” (a su juicio) para que colabore con el sistema. Provee el sistema de coherencia, haciendo que se conserven las posiciones inmutables (Educación elitista). Para ocupar altos puestos se requiere de un titulo (en la mayoría de los casos) se requiere venir de familia de altos puestos.

Por medio de la inculcación de determinados valores y hábitos, provee a la sociedad de individuos ya influidos o fácilmente influidos por el sistema.

La escuela logra esto no solo mediante el contenido, sino por su autoritario método de enseñanza y por la estructura escolar estrictamente jerarquizada y planificada.

Por lo tanto la educación no logra sus objetivos sin la reestructuración del conjunto del edificio. “Solo tiene valor si está integrada al sistema entero y conduce a repensarlo y a renovarlo” (Edgar Faure). Un sistema escolar separado del sistema social, es como un engendro fuera de la matriz. La acción educativa será ineficaz sino se inserta dentro de un sistema social global, general que comprenda al hombre en todas sus dimensiones personales y comunitarias, teniendo en cuenta las fuerzas que rigen el acontecer social.

En medio de esta relación estructural, la escuela conserva una relativa autonomía y una función específica. Es iluso cambiar la sociedad desde la escuela, o pretender que cambiando las estructuras escolares cambiaran las estructuras sociales.

Obviamente, la sociedad no admite en forma estable y organizada estructuras escolares que cuestionen las estructuras sociales. Sin, embargo, la escuela es un medio privilegiado en la construcción de la sociedad. El peligro radica como anotan Bourdieu y Passeron, en que esta relativa autonomía se convierta en un espejismo: “Asignar al sistema de enseñanza la independencia absoluta, a la cual pretende, o, al contrario, no ver en él sino en reflejo de un estado económico o la expresión directa del sistema de valores de la sociedad global, es negarse a ver que su autonomía relativa le permite servir a las demandas externas, bajo las apariencias de la independencia y de la neutralidad, es decir, disimular las funciones reales que cumple y, de esta manera, cumplir más eficazmente.

Dentro de la realidad social concreta, si la educación quiere cumplir con auténticos objetivos de humanización y socialización, engendrará rechazo del sistema social. La posición del educador, si quiere ser autentico, se torna subversiva del orden social, al cual cuestiona y del cual recibe frontal rechazo. Educador se convierte en luchador por unos valores de índole social y humana que nuestra organización socioeconómica niega o desconoce.

El educador debe ser subversivo y revolucionario. Subversivo en cuanto no traga entero, ni es mero copiador o seguidor de ideas y tecnologías, sino creador de nuevas ideas y de nueva tecnología; revolucionario, porque con la fuerza de su pensamiento creador, de su investigación y de sus realizaciones humano-sociales, es naturalmente insobornable e indomesticable por parte de cualquier sistema inhumano de dominación.

FUENTE: Suárez Díaz, R. (2002). La Educación: teorías educativas. Estrategias de enseñanza- aprendizaje. (2ª. Ed.).México: Trillas

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