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Educar Con Diciplina


Enviado por   •  3 de Agosto de 2012  •  2.218 Palabras (9 Páginas)  •  505 Visitas

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¿Qué significa educar a los hijos con disciplina?

Al hablar de disciplinar a nuestros niños, lo que proyecta nuestro pensamiento es la imagen de los padres castigando a sus hijos, esto es porque se asocia la idea de disciplina a algo negativo, egoísta, autoritario. Afortunadamente estos universales conceptos están en decadencia.

Pero, del mismo modo, es esencial que los padres entiendan que los niños necesitan disciplina, pero ¿qué clase de disciplina? una disciplina que los ayude a convivir, a respetar los derechos de los demás y reconocer que ellos también tienen sus propios derechos, pero también sus deberes. La palabra disciplina se origina de "discípulo", que significa "aprendiz". Disciplina significa enseñanza y preparación. Forma parte de nuestra tarea de ser padre o madre. Es una forma de transmisión de amor y de valores a nuestros hijos.

La disciplina es una manera efectiva de enseñar: conductas y hábitos correctos; maneras acertadas de expresar sentimientos; modos adecuados de jugar y compartir; valores familiares y sociales; seguridad para el niño, para otras personas y cosas.

Explicaremos la importancia de la disciplina desde el hogar, como es aplicada, como ha cambiado la manera de verla con el tiempo y de que manera se refleja en nuestros hijos,

Educar con disciplina

El interés más común expresado por los padres de familia se relaciona con el manejo de la disciplina.

Advierten que deben marcar límites a los comportamientos inadecuados de sus hijos. Se sienten incapaces para superar las hostilidades pequeñas o grandes que se generan a partir del intento de imponer normas.

Simple y sencillamente no es conveniente que el niño coma a todas horas, que vea televisión cada vez que le place hacerlo; tampoco es adecuado que suba los pies a los muebles, juegue pelota dentro de la casa, camine sobre la duela de la estancia con los patines puestos; dejar la bicicleta bajo la lluvia, estropear o perder la herramienta de papá, fallar en cumplir los deberes escolares…constituyen comportamientos que preocupan ala mayoría de los padres de familia. (1)

Una reflexión profunda nos permitirá advertir que el alcance de la disciplina va mucho más allá que la procuración de la obediencia.

La disciplina tiene que ver con la formación de sus hijos capaces de asumir la responsabilidad de sus actos, comprometidos con las necesidades propias y ajenas.

La crianza de los niños requiere de una continua educación por parte de los padres. Estos son los responsables de enseñarles a desarrollar sus máximas capacidades, autocontrol y su conducta, elementos que marcarán para siempre la vida de los hijos.

Ayudar al niño a comportarse de una manera aceptable es una parte esencial de su crianza. La disciplina varía con la edad. Generalmente, los niños quieren complacer a sus padres. Los padres, si son sabios, integran ese deseo de complacer a sus actividades disciplinarias.

Cuando los padres demuestran su alegría y aprobación por el comportamiento que les agrada, esto refuerza el buen comportamiento del niño. Cuando los padres demuestran su desaprobación al comportamiento peligroso o desagradable del niño pequeño, tienen mayor posibilidad de éxito cuando el niño sea mayor.

La disciplina es necesaria para enseñar a los niños a controlar su comportamiento y para que sepan qué es lo que se espera de ellos como miembros de la familia, estudiantes, compañeros de juegos, etc.

1. Santín H. Lorna, Como educar a sus hijos con disciplina, 2004, Editorial Selector.

La meta principal de la disciplina es enseñar, no castigar. El castigo puede servir para detener un comportamiento en un momento dado, pero no enseña a los niños las maneras adecuadas de comportarse y no impide que se sigan comportando mal cuando la persona que puede castigarlos no está presente. Es decir, el castigo enseña a los niños a regular su conducta en base a criterios externos ("No hago esto porque me castigarían; por tanto, si sé que nadie me va a ver y no me van a castigar, puedo hacerlo").

En cambio, la disciplina adecuada tendrá como objetivo que los niños aprendan a regular su conducta en base a criterios internos y a un código ético. Una vez interiorizadas estas normas de comportamiento, los niños se regirán por ellas independientemente de que exista o no una autoridad que pueda castigarlos.(2)

La enseñanza de disciplina ha de hacerse de un modo controlado (sin estallidos emocionales) y sin violencia, aunque de manera firme y consistente.

Tanto en casa como en la escuela, los adultos pueden observar el comportamiento de los niños y premiarles o elogiarles por su buen comportamiento, en vez de limitarse a castigar el mal comportamiento ignorando las conductas adecuadas, pues de este modo, los niños pueden aprender que sólo reciben atención de los demás cundo se portan mal, mientras que son ignorados si se portan bien.

Para los niños, sobre todo los más pequeños, la existencia de una disciplina es importante para su bienestar psicológico, pues aún no han aprendido a regular su conducta y necesitan una guía externa, alguien que dirija su comportamiento y su vida de un modo adecuado hasta que aprendan a hacerlo por sí mismos (que es uno de los principales objetivos).

2. http://www.cepvi.com

Por tanto, es importante que los padres establezcan una serie de reglas claras y bien definidas y que dichas reglas se mantengan y no se varíen de manera caprichosa o al azar, pues eso crea una gran incertidumbre en los niños.

Por tanto, el mejor modo para evitar conductas negativas consiste en apoyar y reforzar las conductas positivas.

Nuestros antepasados y muchos de nosotros fuimos educados con una disciplina de forma autoritaria. Crecimos bajo la ley de “lo haces porque yo digo y punto”. Los adultos eran firmes y seguros, no titubeaban al tomar decisiones, en raras ocasiones tomaban en cuenta nuestros sentimientos o preferencias.

En este sistema autoritario el hijo tenía muy claro sus límites y sabía las consecuencias si no obedecía. Los padres ejercían su derecho a educar sin temor a ser criticados, y

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