El Autocontrol Y Sus Habilidades
DrNachovki10 de Agosto de 2014
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Me ayudarán a mejorar la capacidad de solucionar mis necesidades. En ocasiones los problemas a los que me enfrento causarán efectos emocionales. Necesitaré mantener la calma hasta que comprenda bien el problema y encuentre la mejor solución.
Sentir inquietud hacia decisiones difíciles, sentir preocupación por un riesgo, ansiedad ante determinadas situaciones… Son reacciones normales y me sirven para estar alerta. Cuando la meta que intento lograr se contraría, o mi plan de vida falla:
El estrés se define como la presión de una situación que creo, no poder controlar: Una tensión crónica reduce mi eficacia y me lleva a la fatiga. Que aparezca una emoción es el signo o señal de que algo es lo suficientemente importante para hacerme reaccionar. Muchos malestares se deben al fracaso.
Identifico mis reacciones: Es mejor evitar que planteamientos precipitados me dominen ante una situación de estrés. Puede que intente buscar una satisfacción inmediata y en ese momento desencadenar deseos de consumos, anticipando sus efectos como liberadores de la tensión que siento. Lo primero es reconocer que tengo un problema o necesidad que resolver. Las emociones son un tipo de reacción natural ante los hechos que me ocurren o las situaciones que vivo cada día. Las emociones destacan del comportamiento habitual por su intensidad, espontaneidad, impulsividad e irracionalidad. En contraposición con otras conductas “más deseables” como la reflexión, el control, la voluntariedad. Las emociones me informan sobre cómo van las cosas. La emoción cambia constantemente, aparece y desaparece e incluso está sometida a variaciones a lo largo de nuestra vida en función de la etapa en la que me encuentro.
Si estoy atravesando una etapa feliz y tranquila, sin problemas o preocupaciones importantes, el estado emocional tiende a ser más estable. Si por el contrario estás en momentos de grandes cambios o aparición de nuevas situaciones, mis emociones se ponen en marcha y es más frecuente que aparezcan tanto las emociones positivas como las negativas. Sentir emociones es bueno en términos generales, es la prueba de que uno está "vivo" y reacciona ante lo que le ocurre o lo que acontece a su alrededor. Las emociones son necesarias un nivel moderado de activación facilita mi rendimiento, tiene un efecto motivador, me ayuda a resolver problemas, etc.
Cuando son excesivas o no las manifiesto de forma adecuada: Provocan mayor demanda de recursos del organismo y mantenidos durante demasiado tiempo me influye en el desarrollo de trastornos físicos y psicológicos. Las emociones afectan tanto a la manera como pienso... como a las reacciones que se producen en mi cuerpo... y lo que pienso y las reacciones emocionales de mi cuerpo se relacionan entre si.
Si aprendo a controlar mis pensamientos y las reacciones del cuerpo, controlaré mejor mis emociones, es importante que aprenda a controlar cualquiera de estos elementos, ya que así seguro que las cosas me saldrán mejor, a la vez que estaré mejor conmigo y con los demás.
Utilizando las emociones positivas: Mi juicio es más benévolo tanto conmigo como con los demás.
Hago más fácil que me lleguen buenos recuerdos con los que puedo corroborar, consolidar y prolongar mi bienestar. Genero estilos de pensamiento más flexibles o menos rígidos. Tiendo a ser más creativo, dando respuestas más imaginativas y novedosas. Tengo menos dudas y tardo menos en tomar decisiones. Puedo ayudar mejor a otros o mostrar conductas solidarias, compasivas o altruistas. Tolero mejor el dolor. Controlar las emociones no significa suprimirlas. Puedo tomar la decisión de reconsiderarlas. Identifico mejor cómo pienso, me comporto y siento. Las emociones me informan sobre mis necesidades:
Ira
Enfado, irritación, cólera, hostilidad, indignación o rabia. Algo que ha ocurrido lo interpreto como una ofensa contra mí o lo mío. Función: eliminar obstáculos o la fuente de frustración.
Ansiedad
Inquietud, nerviosismo intenso. Me enfrento con algo que es una amenaza y no "controlo" bien lo que puede ocurrir. Función; alerta, detención o escape.
Miedo, terror
Algo que acaba de ocurrir o es inminente me asusta, me produce sensación de peligro, me paraliza. Función: identificar una amenaza y producir huida o ataque.
Felicidad Ha ocurrido algo que deseaba, se han cumplido algunos deseos y estoy alegre, divertido, el balance me parece positivo, estoy entusiasmado y me siento satisfecho porque estoy encaminado hacia el logro de mis objetivos.
Tranquilidad, Descanso
Bienestar, paz, seguridad. Me siento sereno y calmado. Nada me pone nervioso.
Alivio
Me he quitado "un peso de encima", todo vuelve a estar bien porque ha desaparecido la circunstancia que me alteraba o preocupaba.
Amor
Siento que quiero a alguien y me siento bien estando con esa persona, que me importa, deseo estar con ella, tratando de expresarle mi afecto.
Es importante que aprenda a conocer mi repertorio de emociones, para poder ajustar mejor mi comportamiento. Expreso emociones de muy diversas maneras y ante situaciones muy distintas. Cada uno siente y manifiesta de modo particular y como tal, la capacidad de emocionarse forma parte de la personalidad de cada uno de nosotros. Manejar las emociones me ayuda A estar preparado para afrontar situaciones complicadas con mayor eficacia. A sentirme más seguro y satisfecho. Estilos de afrontamiento Existen distintos sentimientos ante los desafíos u obstáculos que me hacen sentir amenazado, débil e incluso indefenso o incapaz de superarlos.
Hay diversas maneras de afrontar situaciones en las que siento nerviosismo, miedo, enfado..., y todas ellas tienen consecuencias para mi, unas positivas y otras negativas.
Algunas emociones pueden convertirse en una razón para superarme, recuperarme o mejorar. Algunas de ellas me permiten "salir del paso" y sirven para aliviarme un poco a corto plazo, pero a la larga NO me permiten conseguir lo que realmente quiero, y termino empeorando, o renunciando a conseguir lo que realmente deseo.
Otras me permiten encubrir el miedo, la culpa, estrés, frustración, bajo otro aspecto más directo e hiriente. Pero sin llegar a ser la solución al problema porque empeora la situación, la relación o el estado de las cosas. Aunque no siempre pueda controlar lo que me sucede, si puedo controlar mi forma de responder a lo que me depara la vida.
La culpa acompaña a la ira cuando pensamos que no deberíamos habernos enfadado. Los sentimientos de culpa son frecuentes entre quienes tienen la obligación de ser agradables con todos, bondadosos y perfectos. Tiendes a sentirte mal cuando haces algo potencialmente dañino o perjudicial. El estrés ocurre cuando nos sentimos presionados.
Emociones positivas;
Las positivas se experimentan de manera placentera. Contribuyen a la realización de las metas o producen bienestar.
Emociones negativas
Las vivo como malestar o dolor. Normalmente interfieren con el logro de mis metas. Debo pues, controlarlas, para que me afecten sólo en la medida justa y averiguar qué situaciones personales las facilitan. De lo que se trata, no es de evitar experimentar emociones (todo el mundo siente miedo alguna vez, o se pone nervioso, o se enfada). De lo que se trata es que esas emociones no me perjudiquen a mi o a los demás.
Canalizar las emociones
Para que me permita alcanzar mis objetivos, encontrar soluciones a las dificultades de la vida.
Para defender mis derechos y los de los demás. Para que me proporcione la energía emocional que necesito para afrontar problemas y superar obstáculos y desafíos. Tendemos a reaccionar siguiendo tres estilos: evitando enfrentarnos a la situación, actuando de manera agresiva, o tratando de tranquilizarnos y parándonos a pensar cómo resolver la situación.
Estilo inhibido:
Comportamiento vacilante se siente frustrado con baja autoestima pierde oportunidades, pone a los demás por delante no suele lograr sus objetivos la evitación es una conducta seductora y compleja. Es tentador creer que los conflictos desaparecerán si hacemos como si no existieran.
La persona evasiva:
Teme tanto el conflicto que gasta demasiada energía evitando afrontar la situación.
Otros fingen que no hay conflicto porque no confían en su propia capacidad para abordarlo.
Estilo agresivo:
Comportamiento rápido e impositivo. Explosivo, hostil, amenazante. Puede conseguir sus objetivos pero perjudica a otros mucha gente se siente tan incómoda con el conflicto que llega a cualquier solución de rápido arreglo sin parar a considerar las consecuencias.
“Poner una tirita en la herida sin desinfectarla…”
Crea la ilusión de que los problemas están solucionados cuando realmente siguen sin clarificar ni resolver, empeorándolos. La falsa solución impide desarrollar un proceso eficaz en el futuro.
Estilo afirmativo:
Comportamiento firme, tranquilo, elige por sí mismo busca alternativas y valora ventajas e inconvenientes cumple las decisiones que toma evalúa el cumplimiento de sus decisiones
El estilo positivo
(tratar de mantener la calma y pararse a pensar) es el mejor, pues además de contribuir a expresar mis emociones de manera sana, y mejorar la relación con los demás, resulta más efectivo para resolver los problemas.
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