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El Director Escolar


Enviado por   •  16 de Mayo de 2015  •  3.948 Palabras (16 Páginas)  •  268 Visitas

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ESCUELA TÉCNICA ROBINSONIANA AGROPECUARIA

ALFREDO ARVELO LARRIVA

COLONIA DE MIJAGUAL BARINAS

El Director Escolar

Características

Es el representante del Ministerio del Poder Popular para la Educación ante su comunidad y por ende es el responsable de establecer buenas relaciones entre la institución que dirige y los integrantes comunales, todo ello con la finalidad de involucrarlos en el desarrollo del proceso educativo.

El director escolar como conductor de una escuela, debe organizar medios personales y materiales para satisfacer la función social que le cabe a la institución educativa, por lo cual se puede decir que el director es un gerente o administrador de la misma. Pero también, y esencialmente, el directivo escolar es una profesional docente que, en la mayoría de los casos, trabaja en relación de dependencia en escuelas públicas y/o privadas. A cargo de él están decenas de niños, adolescentes y docentes, él deberá diseñar las estrategias para alcanzar las metas institucionales, y armonizar las energías y capacidades del grupo de profesionales a su cargo para desarrollar esas estrategias. Es él, también, quien deberá responsabilizarse por corregir los defectos y estimular las virtudes de sus dirigidos, quienes, las más de las veces, completarán sus niveles básicos de formación a través del propio ejercicio de la función docente, bajo la orientación y supervisión del directivo.

El gobierno de una escuela exige del director escolar “habilidad para ejercer un liderazgo democrático que lo constituya en el animador, promotor, iniciador o inspirador de acciones destinadas a lograr los objetivos deseados y compartidos por el grupo de trabajo. En tanto conductor de esa empresa que es la escuela, es el responsable último del planeamiento, de la organización y de la administración institucional. En ejercicio de su liderazgo, en armonía con la institución escolar y su entorno, requiere de él una actitud prudente y equilibrada. La dirección de una escuela estará cimentada sobre bases racionales. El director, antes que mandar, deberá persuadir sobre la legitimidad, conveniencia y eficacia de sus procederes. La equidad es la herramienta esencial con la que serán resueltos los conflictos, sin que ello implique un menoscabo de la jerarquía.

Otro aspecto importante tiene que ver con los elementos políticos que signan la función directiva. La política es un arte y una ciencia. Cuando se enfoca el rol directivo desde el punto de vista del liderazgo que se ejerce sobre un grupo humano, nos acercamos al arte de conducir.

Para ejercer una gestión con arte y calidad se han señalado cuatro premisas. En primer lugar se debe inducir a través de conductores. Las responsabilidades de la conducción se corporizan a través de individuos concretos Se trata de dar a la dirección institucionalizada un rostro humano. Dependerá de la habilidad política del conductor mantener el equilibrio entre su sello personal y lo institucional.

En segundo lugar hay que tener presente que, para conducir, es necesario tener contacto con las personas y conocer su accionar en el lugar en que se desempeña. El conductor no puede, ni debe dirigir desde su despacho. Es cierto que el cúmulo de tareas por realizar plantea a veces exigencias impostergables que obligan a los directores a no moverse de su escritorio. Pero también es cierto que gran parte de la realidad acontece del otro lado de la puerta.

En tercer lugar se plantea la consideración de un tema bastamente conocido por los docentes: el espíritu de servicio. Decimos que éste es un asunto conocido por los educadores porque muchas veces se los esgrime para justificar las postergaciones salariales, atribuyéndoles la condición de “sacerdotes laicos’. No obstante, igualmente subrayamos algo que quien elija la profesión docente deberá tener asumido. La dirección existe para brindar una prestación a los que reciben el servicio; los alumnos y el personal docente.

La última de las premisas apunta a remarcar la importancia de una conducción que emprenda una gestión signada por un clima de alegría, de calidad y superación. Advertimos que esto no es sencillo, aunque tampoco imposible. Cuando se ejerce responsablemente una actividad, las tensiones derivadas de esas funciones tienden a agobiar. No obstante, la preocupación por la eficiencia no debe ser una barrera contra el buen humor, ni tampoco el camino hacia el acartonamiento y la formalidad injustificada. Quien esté seguro de su autoridad no deberá temer “desalmidonarse” y compartir sus vivencias con docentes y alumnos.

En cuanto a las funciones administrativas o gerenciales de la labor directiva pueden ser sistematizadas a la luz de lo que establecen modernas ciencias de la administración en cinco momentos: planeamiento, organización, dirección, conducción del personal y control.

El planeamiento consiste en el establecimiento de premisas, la fijación de objetivos, la consideración y desarrollo de las alternativas, la selección de alternativas y-la toma de decisiones.

Por un lado, la organización comprende el emprendimiento de actividades por funciones, áreas, niveles, equipos, etc., y, por otro, se estructura asignando autoridad a otros mediante a delegación de responsabilidades. –

La dirección se vincula con el arte de conducir y presupone el liderazgo, la motivación y la comunicación. Con referencia a la conducción del personal deberá tenerse presente su selección y contratación, cuando ello dependa del rol directivo y la evaluación del desarrollo de su labor.

El control tiene que ver con la mediación del desempeño, con el establecimiento de perfiles y con a corrección de desviaciones.

A quien ya está ocupando un cargo directivo le bastará mirar lo que hace para saber que es docente, pero que además tiene responsabilidades “gerenciales” o “administrativas”; que debe asumir un liderazgo y que, en la mayoría de los casos, depende de un empresario particular, de una municipalidad, de un Estado o del Gobierno Nacional.

En la actualidad algunos directores no han reconocido dichos cambios, y su trabajo a nivel de plantel sigue adherido al enfoque administrativo rutinario de actividades de escritorio y a la acción disciplinaria con el alumno.

El Director debe tener presente ciertos niveles generales en los cuales su función y atribución de líder comunal ha de orientar la conducción del plantel y está en a obligación de integrar la administración escolar a través del trabajo compartido, puesto que la finalidad de a administración como disciplina aplicada

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