El Hombre En Busca De Sentido

EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO

VICTOR E. FRANKL

A través de este libro, Victor E. Frankl, un judío, que le tocó vivir la horrible experiencia de los campos de concentración durante la ocupación alemana en los países europeos, sobre todo en Alemania, nos cuenta su terrible experiencia, en los campos de Auswichts, o el campo para “retirados”, que fueron algunos de los más significativospara el pottodos los cambios que implicaron en su vida.

Frankl, nos cuenta de una manera, tal ves no tan detallada, como lo han hecho otros autores lo que fue su experiencia, nos relata sobre lo que sintio, sobre lo que fueron algunas de sus experiencias que lo ayudaron a formar su teoria, la “logoterapia” , la tecnica de psicología que le ayudo a salir con vida de estos campos de concentración, tal ves sin nada material, incluso con una malestar corporal o físico increiblemente grande, podriamos decir que no tenia casa, ni familia, y tal ves solo le sobrevivian algúnos amigos, pero salio adelante.

Frankl, en su libro nos platica como fue la vida en los campos de concentración, ahora mencionare algunos de los ejmplos que el mismo nos dá y que me dejaron impactada o que me hicieron sentir un escalofrio en todo el cuerpo.

Por ejemplo algo impactante es las condiciones en las que los tenían, vivian en condiciones pésimas, solo vestían un uniforme que les tenía que durar casi todo el año, si antes de esto los rompían a los nazis no les importaba, ellos tenían que arreglarselas como puedieran para cubrirse del frio. Mientras fue invierno tuvieron que soportar estas condiciones adversas de climas bajo cero, en las que sus uniformes ruidos, y desgastados eran todo su cobijo. Los zapatos estaban en las mismas condiciones, solo poseían un par, muy gastado y los utilizaban sin calcetines y sin agujetas, lo que hacia que les lastimaran sus pies, pues el pie se mueve por dentro y no hay nada que lo separe del zapato, esta la piel en contacto con el material del zapato todo el tiempo, lo que les ocacionaba ampollas, o llagas en los pies.

Respecto a la comida en todo el día solo consumian un trozo de pan, o de salchichon o de papa, y un plato con solo un cucharon de sopa, y sin verdras, era solo el caldo, solo a los privilegiados o a los amigos de los capos de vez en cuando metian el cucharon hasta el fondo para darles un poco de habichuelas. De vez en cuando tenian que robarse algunas papas para alimentarce un poco mejor. El pan se los daban normalmente como desayuno, y algunos se lo comian instantameamente, aunque otros preferian guardarlos para el mopmento de la “comida”. Como era muy poca la comida y mucho y muy pesado el trabajo todos los prisioneros estaban “en los huesos” y algunos se murieron de hambre o fatiga.

Las condiciones de trabajo eran pésimas, los levantaban desde temprano y los sacaban a trabajar, a mover materiales, o hacer hoyos en la tierra, o algo los ponian a hacer, pero considerando la malísima alimentación que tenían, esto los agotaba. Además en la noche les era muy difil dormir o descansar, ya que apesar de dormir tarde lo hacían en barracas donde dormian hasta nueve, pegados cuerpo a cuerpo (lo que les ayudo a sobrevivir en los frios), de lado, o en una posición muy incómoda, y solamente tenían una frasada, con lo que no se cubrian nada.

En las cuestiones de salud no eran nada cuidadosos. En una ocación comenta Frankl, que a un chico de 12 años, que se le congelaron los dedos de los pies, lo llevaron a la “enfermeria” y así como si nada sin ningún cuidado ni consideración le arrancaron los dedos, eso es muy cruel y despiadado, pero a los nazis no les importaba. Tambien a los enfermos de tifus o alguna otra epidemia de las que les dio, les daban solo media pastilla si se sentían muy mal, pero tenian posibilidades de vivir.

Tambien era muy común que los mandaran a “las regaderas”, que en otras palabras eran las camaras de gas, o los crematorios. Cuenta Frankl, que cuando llegó al campamento de Auswitchs, los separaron en dos filas los de la derecha y los de la izquierda, los de la derecha se los llevaron a a bañar, a rasurar todo el cuerpo en absoluto, a darles la otra ropa mugrienta y a despojarlos de lo poco que llevaban. Pero a los de la izquierda los llevaron a otro lado. Frankl pregunto a una prisionero que ya tenía mucho tiempo por un amigo de él que se habían llevado al lado izquierdo. La persona a quien pregunto muy tranquilamente le dijo que estaba allá y señalo el humo que salía de una chimenea, en otro edificio, le dijo la persona, alegrate por él, ya no tiene que sufrir, el ya va rumbo al cielo.

En pocas palabras era desquiciante la “vida” que llegaron a tenere los priosioneros de un campo de concentración. Aparte de todo el sufrimiento físico estaba el sufrimiento espiritual por la falta de los seres queridos o la incertidumbre, el no saber que es lo que estarían pasando sus seres queridos. Llegaron todos a un punto en donde ya no les costaba trabajo, ni sentimiento ver el sufrimiento que pasaban los demás cuando eran golpeados o maltratados por los nazis. Todo esto se convirtio en un clima sumamente pesado.

Frankl al igual que millares de judios de muchas naciones europeas, paso por sitaciones de hambre, cansancio y fatiga extremas, apatia, incomprensión, enfermedad, frio extremo, tristeza, angustia y tal ves hasta deseos de suicidio, pero ¿que fue lo que le ayudo a salir adelante?. El tener una meta, el tener algo inconcluso, algo a lo que le debia de dar una terminacíon, para poder estar bien consigo mismo y tal ves para cumplir su misión en la vida.

Como él mismo lo expresa, según algunos estudios que se realizaron despues de la segunda guerra mundial, la mayoria de las personas que sobrevivieron dejaron algo inconcluso, algo a lo que le debían de dar una terminación, por ejemplo, menciona el caso de un prisionero que decía que no se

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