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El Liderazgo


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2013  •  2.608 Palabras (11 Páginas)  •  284 Visitas

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La Condición de los Sindicatos Puertorriqueños en la Actualidad

Este trabajo es un ensayo sobre el tema de la condición de los sindicatos puertorriqueños en la actualidad.

Según el diccionario de la Real Academia Española, “un sindicato es una asociación de trabajadores constituida para la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros”. Es una agrupación de emplados de alguna entidad, sea del sector público o privado, que defienden sus intereses laborales y económicos ante el patrono. Ellos escojen un liderato quienes son los que negocean los reclamos de los empleados con el patrono. Según aprendido en el curso, la negociación colectiva es aquella que se realiza entre los trabajadores de una empresa o sector, normalmente (aunque no siempre) reunidos a través de un sindicato o grupo de sindicatos y la empresa o representantes de empresas del sector. La finalidad de la negociación es llegar a un acuerdo en cuanto a las condiciones laborales aplicables a la generalidad de los trabajadores del ámbito en el que se circunscribe la negociación (contrato o convenio colectivo de trabajo).

Según la Organización Internacional de Trabajadores, “los trabajadores y los empleados, sin ninguna distinción y autorización previa, tienen el derecho de constituir las organizaciones que estimen convenientes, así como el de afiliarse a estas organizaciones, con la sola condición de observar los estatutos de las mismas. Los sindicatos velan que se salvaguarden los derechos que tiene un empleado frente al patrono. Algunas de la reglas para formar un sindicato son:

1. Hay que asegurarse de que existan trabajadores dispuestos y deseosos a organizarse.

2. Se debe determinar el tipo de sindicato que se va a formar.

3. Lograr el número de trabajadores que se necesitan para formar un sindicato.

4. Preparar la asamblea constitutiva y escoger sus directivos.

5. Obtener la personalidad jurídica e inscribir el sindicato en el registro oficial del Estado”.

Entre la leyes laborales federales que rigen a los sindicatos, una de las más mencionadas es la Ley Wagner. De acuerdo con George Bohlander y Scott Snell, “la Ley Wagner de 1935 (o Ley Nacional de Relaciones Laborales) ha tenido, por mucho, el efecto más significativo en las relaciones obrero-patronales. Colocó con firmeza el poder protector del gobierno federal detrás de los esfuerzos de los empleados a organizarse y negociar colectivamente por medio de representantes de su elección. La Sección 7 de la ley garantiza estos derechos de la siguiente manera: “Los empleados tendrán el derecho a la autoorganización para tomar, unirse o ayudar a organizaciones sindicales a nagociar colectivamente por medio de representantes de su propia elección y dedicarse a actividades cocertadas para el propósito de la negociación colectiva u otra ayuda o protección mutua, y también tendrán el derecho de abstenerse de cualquiera de estas actividades hasta el punto de que dicho derecho pueda verse afectado por cualquier acuerdo que requiera afiliarse a una organización sindical como condición para el empleo”.

En Puerto Rico, los sindicatos están cobijados por distintas leyes laborales. Entre ellas: la Ley 45 del 25 de febrero de 1998, “Ley de Relaciones del Trabajo para el Sector Público de Puerto Rico”. Esta ley fue creada para conceder el derecho a organizarse en sindicatos, a negociar colectivamente a los empleados del sector público en las agencias tradicionales del gobierno central a quienes no aplique la Ley 130 del 8 de mayo de 1930, según enmendada, conocida como: “Ley de Relaciones del Trabajo de Puerto Rico” y crear la Comisión de Relaciones del Trabajo del Servicio Público; establecerlos poderes, deberes, responsabilidades, facultades y funciones de esta comisión.

De acuerdo con Félix Socorro, “los sindicatos se convirtieron en verdaderos defensores de la condición laboral, aportaron ideas y soluciones a aquellos problemas en donde la empresa no poseía sensibilidad y garantizaron un tratamiento bajo la visión de igualdad de condiciones para todo el personal; y tenía sentido, para el momento de su aparición los empleados eran más que un “recurso” obligado para el desarrollo de las tareas propias de la empresa o un número más en la plantilla de la nómina, pues solamente se había trasladado el antiguo concepto de la esclavitud al ambiente laboral siendo la única diferencia notable el pago de sueldos por el trabajo realizado” . Hay que reconocer que si no fuera por los sindicatos, quizá los empleados aun fueran tratados como esclavos o recibiendo un salario injusto. Gracias a las gestiones hechas por Santiago Iglesias Pantín y el Derecho Laboral existente, hoy podemos decir que tenemos un trato humano justo, buena remuneración y buenos beneficios marginales. Es triste decirlo, pero todavía en muchos países de latinoamérica que no cuentan con leyes laborales que les otorguen privilegios al trabajador.

Según Foro Sindical, “a principios del Siglo XXI el movimiento sindical puertorriqueño se encuentra en una etapa crítica de su desarrollo así como en un dificil proceso de transición. La clase patronal, tanto en Puerto Rico como a nivel mundial, ha desatado una feroz ofensiva neoliberal la cual, empuñando la privatización y la desreglamentación laboral ha golpeado seriamente a las organizaciones sindicales y a la clase obrera como un todo. De esta manera el neoliberalismo, o capitalismo salvaje, se ha convertido en el peor enemigo de la paz y el peor enemigo de la Humanidad” . Es cierto que el fantasma del neoliberalismo o del capitalismo está tratando de traer la privatización a las empresas públicas del gobierno y eso no se debe permitir porque son patrimonio del país. La incertidumbre arropa a la clase obrera y eso es lo que los motiva a levantar su voz de protesta contra el gobierno. Hay algo que me preocupa y es la desunión que existe entre los sindicatos del país. El movimiento laboral está en crisis y la desunión entre sindicatos lo confirma. Cada cual se manifiesta por su lado y no hay consenso entre ellos. Si los líderes no han podido llegar a unos acuerdos favorables, en parte ellos mismos son los culpables por sus intransigencias con el gobierno. Al ver esto, el pueblo ha dejado de apoyarlos porque no están contentos con su labor. Repudian de los líderes que llaman a sus miembros a protestar y paralizar los servicios esenciales de la comunidad puertorriqueña, no importando las consecuencias que esto pueda traer.

En los pasados años, los sindicatos

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