El Proceso

INTRODUCCION

Es un relato del autor Franz Kafka donde nos narra un largo proceso legal de un señor banquero enamoradizo y con una gran atracción hacia las mujeres llamado Joseph K quien rentaba en la pensión de la señora Grubach, junto con otros inquilinos entre ellos el sobrino de la misma el cual era llamado el Capitán y la señorita Bürsten, con la cual mantendrá un romance corto.

Este proceso comienza desde que despierta una mañana y se encuentra custodiado y arrestado en su casa, por dos jóvenes enviados por la corte, quienes se dan la libertad de tomar su recamara y la de la señorita Bürsten donde se encontraba el juez de instrucción quien es el encargado de darle una breve explicación ya que no estaba autorizado para decirle el motivo de su arresto y sin explicaciones, sin saber lo que pasaba K y confundido al pensar que se trataba de una broma de sus compañeros del banco, después quiso hablar con la señora Grubach la que le llevaba todas las mañanas el desayuno, sin éxito y desconcertado sin saber qué hacer ni a dónde acudir ya que lo único que el juez le informaba era que el proceso ya estaba en curso y que él se iba a enterar en su oportunidad.

“K vivía en un estado constitucional la paz reinaba por doquier y las leyes estaban en vigor.”

Irónica la frase ya que a raíz de cómo va surgiendo la historia nos damos cuenta que en realidad es un estado absoluto donde solo una persona es la que conoce y decide cómo se llevan a cabo las cosas sin explicaciones de ningún tipo a los afectados

EL PROCESO

Temeroso de que de todo lo ocurrido en esa mañana y de lo que iba a pensar la señorita Bürstern de cómo habían dejado su recamara, decide esperarla una noche espiando desde su recamara para lograr verla, ya que ésta llegaba muy tarde por razones de trabajo en el teatro.

Se tardó varias noches para hablar con ella ya que no llegaba a dormir, después de esperarla durante esas noches logro hablar con ella, quien después de entrar a su recamara y molesta de ver como la habían dejado, le pidió una explicación de todo lo sucedido. K. le explico todo lo ocurrido en esa mañana y ésta interesada en su caso le ofreció su ayuda. Y ahí comenzó un romance corto y sin éxito.

Después de un largo tiempo es llamado un domingo al primer interrogatorio en donde se llevaría a efecto una breve investigación y a donde estaba obligado a asistir.

K. nuevamente asustado y molesto porque no le habían dado la dirección exacta de la ubicación de la sala de audiencias lo llevo a pensar que “era tratado con un raro descuido o una indiferencia indignante” ya que le quitaban un derecho y era obligación de la corte decirle en donde estaba ubicada.

Astuto K. opto por ir preguntando en cada una de las casas si ahí era donde vivía el carpintero Lanz. Después de buscar tanto logro localizarlo, éste se encontraba dentro de una casa en donde toda la semana funcionaba como una casa normal y la cual los fines de semana la sala funcionaba como juzgado donde se hallaba en un extremo una mesa con gente, donde detrás de ésta mesa se encontraba un hombre vestido de negro quien rápidamente y sin darle ni una oportunidad de hablar a K, quien le reclamaba de su retardo por llegar.

La sala estaba dividida en dos en la derecha se encontraba la gente que se podría decir que lo apoyaba, gente que con cada expresión que hacia K le aplaudía y le gritaba, mientras que de lado izquierdo se encontraba la gente más difícil de convencer.

Desesperado de no saber en dónde se encontraba ni que era lo que proseguía, enojado por la forma en como es tratado ocasionando que expresara lo siguiente “señor juez de instrucción, usted me ha preguntado- dijo- si yo soy pintor de brocha gorda; mejor dicho, usted no me ha preguntado nada, usted ha querido asestarme esa suposición como una primera verdad. Eso es característico del modo como todo este proceso ha sido llevado en contra mía”.

En esta parte del relato podemos identificar a la autoridad en la burocracia donde en esta organización es dirigida por una sola persona en este caso el juez quien decide y hace prácticamente lo que quiere. K emocionado por el silencio que había en la sala y al ver la atención que le tenían todas las personas que estaban dentro mencionó:

“Detrás de las manifestaciones de esta justicia, detrás de mí detención, por consiguiente, para hablar de mí, y detrás del interrogatorio al que se me ha sometido, hoy se encuentra una gran organización; una organización que no solo ocupa a inspectores venales, a funcionarios y jueces de instrucción estúpidos, sino que hasta mantiene jueces de alto rango, con su imprescindible y numeroso sequito de lacayos, escribientes, gendarmes y demás auxiliares, tal vez hasta verdugo.”

ELPROCESO

Frase interesante ya que nos muestra a una organización con una jerarquía funcional con estructura vertical, donde cada persona tiene el cargo dependiendo de sus habilidades y capacidades.

En esta organización que describe el autor no hay respeto a los derechos de cada persona específicamente hacia la mujer ya que menciona los abusos que venían de un joven abogado que participaba en los interrogatorios hacia la mujer encargada de la casa durante la semana, en donde nadie decía nada y permitían todo y su esposo sin poder hacer nada tolera la situación ya que de ello dependía su supervivencia.

Con la llegada del tío de K enterado del proceso de su sobrino y al ver que este no atendía el caso le llama la atención y le dice que si llegaba a perder el caso significaría que quedarían borrados de la sociedad y con ello todos los de la familia.

Vemos que importante es esta forma de dominación del tribunal que hace reaccionar de esta manera al tío de K.

Al presenciar esta situación lo pone en contacto con el abogado Huld quien es profesionista y buen defensor. Al llegar a la casa de éste abogado es atendido por Leni quien atendía al abogado y de quien de igual manera se enamoró K.

Los únicos enterados de la situación de los procesos eran los abogados que se movían en los círculos de justicia. Porque los abogados de profesión que no estaban vinculados con estos círculos eran menospreciados y atacados.

“Los expedientes de la justicia, y sobre todo, el acta de la acusación, eran inaccesibles para el acusado y el defensor”.

De manera que no había ningún abogado reconocido por la justicia; todos los abogados que actuaban en calidad de defensores no eran, en el fondo, más que simples leguleyos.

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