El impacto de lo moral en la historia del derecho

El impacto de lo moral en la historia del derecho.

Como estudiantes de derecho nos hemos preguntado ¿qué impacto tiene la moral en la historia del derecho? Con este ensayo pretendemos visualizar el panorama entre la relación de la historia del derecho y la moral.

Con fines técnicos iniciaremos conceptualizando ¿Qué es historia del derecho? Según José Sánchez-Arcilla Bernal es la parte de la ciencia jurídica a la que corresponde el estudio del fenómeno jurídico en su dimensión temporal con independencia de su vigencia. 
El derecho, aunque requiera estabilidad o permanencia, no es fijo ya que está sujeto a transformaciones en el tiempo. Esto se da ya que la sociedad es cambiante y requiere de nuevas normas que regulen el comportamiento del ser humano, esto quiere decir, que la moral ha influido en el cambio que ha obtenido el derecho.

Por lo tanto, para el entendimiento de lo anterior tenemos que tener el claro que la moral es un conjunto de normas de conducta y convivencia esta emerge con la claridad inocultable y plantea lo que ha de hacerse mientras que el derecho propone regular el comportamiento humano.

“Todo lo jurídico es moral pero no todo lo moral es jurídico”. Se puede decir que el contenido del derecho tiene una clara dependencia de la moral social vigente de la misma forma que toda moral social pretende contar con el esfuerzo cautivo del derecho para así lograr la eficacia social. La moral se refiere a la conducta que observamos en cada uno de nosotros. El derecho, a diferencia de la moral, es creado por alguien. También sabemos que existen normas morales y que no son obligatorias a diferencia de las jurídicas.

En la antigua Roma todas las personas dependían del patrón o jefe de familia y las costumbres de los mayores eran las normas que regían a las familias. La cultura Romana era institución central que vertebraba la sociedad en la familia, esta agregó al mundo el factor moralizante, con el que se pretendía pasar de los simples recuerdos a la posible obtención de enseñanzas concretas, así fue como de esta manera la historia se transformó en una disciplina moral y el historiador en un moralista. Este principio venia de la idea de que los acontecimientos tienen un sentido, que no es una simple sucesión aleatoria de sucesos, sino el desarrollo de una moraleja, en la que las buenas acciones son premiadas y las malas reciben un castigo. Tomando la historia como repertorio de hechos e ideas antiguas destinadas a obtener de ella enseñanzas y reglas de conducta evitamos y/o disminuimos la constante repetición de los errores y conseguimos la trascendencia del hombre.


La historiografía de derecho nos ha hecho saber que en las más pequeñas comunidades ha sido necesario regir la vida social con base a los principios que tiene el grupo ya que las toman como costumbres y reciben el nombre de normas.

Para concluir,

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