El proceso de aprendizaje del ser humano

I. INTRODUCCION

El proceso de aprendizaje del ser humano se da desde el nacimiento y durante el desarrollo de la vida, la persona adquiere conocimientos, destrezas y habilidades a través de la experiencia, derivados de la observación, de la participación y de la vivencia de un evento proveniente de las cosas que suceden en la vida, es un conocimiento que se elabora de la interacción con otras personas. Cada etapa de nuestra vida es propicia para aprender nuevas cosas, ahora que venimos cursando el taller de habilidades gerenciales en la universidad, estamos aprendiendo a reconocer nuestras cualidades y habilidades personales, y a gestionar los recursos con los que contamos en el aula para desarrollar las diversas actividades de un aprendizaje innovador.

Hoy, el uso de la tecnología en el proceso de aprendizaje nos permite una mejor calidad en la educación, nos encontramos ante una generación digital, dejando atrás las generaciones análogas. “la irrupción de nuevas tecnologías nos obliga a educar a los niños de una manera distinta” (Howard Gardner).

La relación de lo que somos y lo que queremos ser, nos impulsa a trabajar nuestras cualidades personales para ser mejores cada día. “Caminante, son tus huellas el camino y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar” (Antonio Machado, Poemas del Alma). El autoconocimiento nos permite conocer nuestras debilidades para poder enfrentarlas y superarlas, nadie llega por accidente a tener éxito en la vida, el camino hacia el éxito es duro y largo, pero mejorando nuestras cualidades y habilidades personales, y trabajando en nuestras debilidades podremos lograr alcanzarlo. Nosotros somos capaces de producir cambios en nosotros mismos y de nuestro entorno a través de nuestro propio esfuerzo, es decir podemos ejercer un grado de control sobre nuestro propio destino.

Conscientes de un nuevo escenario en la administración, las organizaciones se están esforzando en desarrollar las habilidades humanas (habilidades blandas), más allá de lo académico o conocimiento técnico (habilidades duras). De igual forma vemos como las emociones, las percepciones y la motivación se confluyen en el ser humano para formar un sistema en la vida interior que influye en la vida laboral. Por otro lado vemos como la autoeficacia nos permite identificar nuestras capacidades y en base a ellas ejecutar nuestros actos para alcanzar nuestras metas. Y por último tenemos a la autoestima (la autoevaluación de nosotros mismos), que afecta todos los aspectos de nuestra vida y es la clave de nuestro éxito o fracaso.

II. DESARROLLO

Las primeras clases del taller de habilidades gerenciales a las que asistía, rodeado de muchachos con mucha energía y ansiosos por aprender, me preguntaba: “¿para qué sirve todo esto?” Me refiero al uso del papelógrafo en el que dibujábamos nuestra silueta, pegábamos algunas figuras extraídas de diversas revistas y periódicos, en el cual escribíamos nuestras fortalezas y debilidades. De la misma forma me preguntaba: ¿he venido a clase para jugar bingo? Ahora, ya más inmerso en el desarrollo del curso he podido concluir que hay que ver el trasfondo de las cosas.

Analizando cada una de mis dudas y relacionándolas con las sendas lecturas y videos facilitados por el profesor, me han ayudado a darme cuenta del significado de dichas actividades; a veces la indeterminación de algunos conceptos nos parece tan lejana hasta que nos damos cuenta que alguna vez las hemos experimentado. Cómo no poder advertir que la descripción de uno mismo, es detallar nuestras fortalezas y debilidades, y ¿quién mejor que uno para poder describirnos? Este autoconocimiento nos permite tener una opinión de nuestra eficacia y es uno de los factores más influyentes en nuestra vida. Estos juicios de valor sobre nuestras capacidades coadyuvarán a trazarnos metas desafiantes pero a la vez realistas de corto y largo plazo, las cuales nos posibilitará alcanzar un rendimiento adecuado. “El establecimiento de objetivos que el sujeto realiza constantemente está determinado, en gran parte, por las auto-estimaciones de sus capacidades, por lo que las personas evitarán y anularán conductas y acciones que valoren como imposibles de realizar, y por el contrario intentarán realizar aquellas conductas y acciones que se crean capaces de dominar Cuanto más fuerte sea la autoeficacia percibida, más retadores serán los objetivos que se marquen las personas y mayor firmeza mostrarán para alcanzar sus compromisos”. (Bandura 1986, 1999)

Continuando

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